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Artigos: Cuba
Raúl Castro 'El Cruel' y sus complejos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 06 de Abril de 2024 11:07

Raúl Castro.

Por ROBERTO ÁLVAREZ QUIÑONES.-

Raúl Castro actúa de manera cada vez más irresponsable y cruel. Quiere que el final del régimen que lleva su apellido tenga un final traumático, no civilizado. Se niega a liberar la casi colapsada economía socialista. No le importa que los cubanos ya están pasando hambre, en vivo y en directo.

Y aflora aquí un detalle fundamental. Fue el propio Fidel Castro quien admitió que ese modelo "no funciona ni siquiera para nosotros". Se lo dijo en un desliz senil que tuvo al periodista Jeffrey Goldberg, de The Atlantic, en septiembre de 2010.

Al día siguiente, al darse cuenta de que había metido la pata, muy indignado insistió en que él no dijo eso, que se tergiversaron sus palabras. Y eso último es lo que cuenta para Castro II, que su hermano siguió plantado en el socialismo. Y se niega a acercarse siquiera a una economía de "mercado socialista" como la china, pues traicionaría a su hermano.

A Raúl incluso no parece importarle que los cubanos desean que sus restos sean colocados de una vez en el mausoleo de la Sierra Cristal para que se produzcan los cambios necesarios. Y digo que no le importa porque de ese deseo nacional de que él salga de la escena política, vivo, o muerto, Castro II está al tanto. Es mediocre, pero no bobo.

Complejo de inferioridad, mediocridad, crueldad, misantropía

Hay varios factores que explican el actuar de Castro II. Para empezar, todo indica que Raúl padece de complejo de inferioridad, que le viene básicamente del contraste entre su personalidad y la de Fidel. Y se da la simbiosis paradojal de que siente devoción por él, y a la vez lo atormenta la sorda envidia que siente de su "brillante" hermano.

Castro II parece estar consciente de su escasa inteligencia, falta de talento, de carisma, astucia y de facilidad de palabra para hipnotizar a las masas y hacerles ver que lo blanco es negro, como hacía Fidel, quien por desgracia para Cuba era inteligente, buen orador, culto, y astuto. Y fue siempre el héroe, tutor y paradigma para Raúl desde que eran niños. Personificaba el ideal de persona que él hubiera querido ser. Por eso fue siempre su ayudante, guardián y perrito faldero.

Si Castro II desde 1959 fue el segundo al mando del régimen, y hoy el "número uno" se debe exclusivamente a su condición de hermano de Fidel. De no haber sido así, hoy a Raúl solo lo conocerían familiares y amigos.

De su menguada inteligencia un solo dato es ya suficiente. Raúl fue expulsado del Colegio de Belén porque no aprobaba las asignaturas. Fidel le comentó a su profesor de Literatura, el sacerdote jesuita español Armando Llorente: "Padre, yo sé que mi hermano es un desastre, que no vale para nada…", cuando el profesor le dijo que Raúl no aprobaba las asignaturas. Eso lo narró el padre Llorente en una entrevista realizada en 2006 en Miami.

Pero más allá de sus limitaciones lo peor es que Castro II es un hombre cruel. Hay sobradas expresiones de ello, y cito solo dos muy ilustrativas.

La primera es la matanza de la Loma de San Juan. En enero de 1959 Castro II interrumpió un juicio en Santiago de Cuba contra 72 militares de Batista, y gritó al tribunal: "Si uno es culpable, los demás también lo son. Los condenamos a todos a ser fusilados"

Ya él había ordenado excavar una zanja de unos 40 metros de extensión en la Loma de San Juan (cerca del monumento donde se firmó el armisticio entre EEUU y España en 1898), y allí de espaldas a la larga fosa fueron acribillados los 72 prisioneros.

En el juicio interrumpido se daba por hecho que muchos acusados eran inocentes. Pero todos fueron ametrallados y lanzados a la zanja, algunos de ellos vivos, según el periodista Antonio Llano Montes, de la revista Carteles, quien al día siguiente vio la mano de uno de los fusilados, que enterrado vivo estuvo tratando de salir de allí.

Otra muestra de su afición sanguinaria es que en las fotos de ejecuciones de supuestos traidores en la Sierra Maestra quien aparece como verdugo es Raúl. Si bien el Che Guevara y Ramiro Valdés eran voluntarios para fusilar en las lomas orientales, era Castro II quien se hacía tomar fotos junto a los cadáveres de los ejecutados, tal y como hacían los nazis. Obviamente disfrutaba aquello. Y hoy sigue disfrutando de sus canalladas.

Castro II no es un megalómano, pero disfruta de su crueldad

Y hay en esto otro factor muy importante. Castro II no es un megalómano tipo Hitler o Mussolini, como el Fidel "iluminado" poseído por una egolatría y un narcisismo pocas veces visto en la historia mundial. Raúl no se percibe a sí mismo como el Zeus en el Olimpo rodeado de seres inferiores, y que todo lo que hace es perfecto, como sí se lo creía Fidel, como un semidios, infalible, superior a los demás mortales.

Mientras Castro I enajenado disfrutaba hablando horas ante grandes multitudes, y hasta cuatro horas y media sin parar en la ONU (récord impuesto en septiembre de 1960), su hermano está a años luz de poder hacer lo mismo. Carece de facilidad de palabra, de cultura suficiente, de capacidad histriónica, y de carisma. Necesita que alguien le escriba sus discursos. Y aun así teme hablar en público.

Yendo al punto, Castro II es un hombre cruel a capela. No es un “elegido” como Castro I, quien estaba convencido de que todo lo que hacía era correcto y que el pueblo lo adoraba. Raúl tiene los pies puestos en la tierra. Comprende mejor que hace sufrir, y que el pueblo no lo quiere.

Otro detalle: tampoco es un hombre valiente. Sin precisar las fuentes, se dice que a fines de 1958 Ramiro Valdés, cuando combatía en Las Villas como segundo jefe de la columna guerrillera comandada por el Che, comentó: "Raúl es un pendejo".

Luego de este bosquejo de su personalidad no debe sorprender que ahora como número uno y no segundón de nadie, Raúl se realice actuando para convencerse a sí mismo de que es un tipo duro, seguro de sí mismo, más intransigente y capaz que sus subordinados. Y hace lo que mejor sabe hacer: causar daño a diestra y siniestra. Pero como no puede escapar de su mediocridad congénita jamás toma grandes decisiones sin consultarlas con sus cúmbilas más cercanos.

Por cierto, el caso de Raúl es parecido al de Deng Xiaoping, aunque al revés. Deng al retirarse de sus cargos oficiales siguió siendo el "Líder Supremo" de China. Nada importante se decidía sin su aprobación, y hasta que murió a los 92 años (en 1997), con su consigna de "Enriquecerse es glorioso" insistió en la profundización de las reformas capitalistas en China.

Castro II, también supuestamente jubilado, con 92 años y "Líder Histórico de la Revolución", se niega a liberar la economía Eso sí, Deng era tan criminal como su colega cubano.

En resumen, Castro II es personalmente el artífice de la tragedia que vive hoy el pueblo cubano. Y aunque presenta el deterioro físico propio de su edad, en él no se advierten hasta ahora síntomas de que esté decrépito.

Por supuesto, hay aquí otra cara de la moneda. No pocos generales y coroneles, sobre todo los de GAESA, están deseosos de desmontar el centralismo estatista de la economía y montar un tinglado capitalista al servicio de ellos, ante todo, algo así como una hibridación de los modelos de Rusia y de China, con componentes fascistas. Pero ese es un tema resbaloso que debe ser abordado en otro artículo.

Por ahora lo que cuenta es que el ¿general? comparte el cinismo filosófico-político de otro monarca absolutista como él, el rey Luis XV de Francia, con aquello de "Après moi le déluge" ("Después de mí el diluvio").

En su lucha interna contra su mediocridad, y para neutralizarla, el dictador quiere pasar a la historia a lo grande, y no le importa si es como ¡Raúl El Cruel!

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Lunes, 29 de Abril de 2024 01:12
 
'Corriente y comida' también es 'Patria y Vida' PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 23 de Marzo de 2024 12:00

Participantes en la protesta del 17 de marzo de 2024 en Santiago de Cuba.

Por RAFAELA CRUZ.-

Es difícil encontrar una revolución de esas que han cambiado el destino de una nación o de la humanidad toda, que no haya cuajado a partir del infortunio económico aglutinador de grupos humanos que en común solo tenían la miseria y la desesperanza en el sistema.

Desde la inconformidad fiscal de las Trece Colonias a los pasteles de María Antonieta, ha sido la economía —la mala economía específicamente— lo que ha impulsado movimientos que luego se elevaron liderados por élites ilustradas que pensaban un poco más allá de su estómago… aunque tampoco mucho más allá, sino mírese a los patricios separatistas que no decidieron que ser cubano y español era incompatible hasta que no tuvieron la quiebra encima.

Sin embargo, por salir a la calle a pedir corriente y comida han sido criticados los santiagueros por otros cubanos que cuando no llegan se pasan, y parece que solo quedan satisfechos si en la Isla nos empinamos reclamando valores sublimes como la libertad o la democracia, pero no el sancocho que desesperadamente necesitamos para aliviar el hambre de nuestros hijos.

"En cuanto les tiren dos cucharones de sancocho y les pongan media hora de luz se acaba todo y se vuelven a erizar", publicó Zoé Valdés, aparentemente asqueada por las prosaicas masas que se manifestaban por corriente y comida.

Pero lo sublime es generalmente lujo de élites con el pan seguro cada día; élites que, sin embargo, nada pueden hacer sin masas que les secunden. Pero las masas no siguen ideas, al menos no al principio; a las masas las excitan el hambre y la miseria, las ausencias concretas que posteriormente son llenadas por ideas abstractas como patria e independencia que, supuestamente, llevadas a la práctica alejan desdichas materiales.

El castrismo debe su longevidad a mantener desconectadas las ideas que se le oponen de las masas que pondrían músculo y martillo para derrocar a un Gobierno que monopoliza desde las bayonetas hasta los productos de la libreta. El totalitarismo, siempre ejercido en nombre de ideas colectivistas supuestamente solidarias, es en esencia el más individualista de los sistemas políticos, pues dedica toda su energía a mantener a los individuos aislados entre sí, solo conectados por y para el Estado.

Todas las organizaciones nacidas como contrapartida al poder centralizado —sindicatos, partidos, agrupaciones estudiantiles, profesionales, regionales, cooperativas de distinta índole, hermandades, parlamentos— bajo el totalitarismo son tentáculos de ese único poder, insertados en la sociedad para absorberle vitalidad e independencia. La ausencia absoluta de sociedad civil es la marca del totalitarismo, y también lo que lo hace prácticamente imposible de derrocar desde dentro.

Y es que el totalitarismo "enfría" a las sociedades a tal punto que, para "calentarlas" y hacerlas estallar contra sus tiranos, requieren dosis más altas de presión, de ahí que el pueblo cubano aguante resignado —porque está "enfriado"— afrentas que en otros lares conducirían a sunamis populares que, rápidamente y para que no se extingan, son capitalizados y liderados por estructuras cívicas ya existentes y autónomas, como movimientos obreros, estudiantiles, de propietarios o étnicos, nada de lo cual existe en Cuba.

En una sociedad totalitariamente subyugada, la única forma de generar calor revolucionario es aumentando en unos cuantos pascales la presión de la miseria. Solo cuando la vida es materialmente inaguantable, insufrible, cotidianamente invivible, las masas se alborotan. Si no se llega a esos extremos sencillamente vivirían una situación que, en vez de ser negra con pespuntes grises, seria gris con pespuntes negros, cuestión de matices de miseria mientras una casta parasitaria yace tranquila sobre colchones de tonfas y chivatos… El castrismo ha desaprovechado cada oportunidad que ha tenido para no destruir completamente al país y ha llevado al pueblo al extremo, el extremo redentor donde los cólicos del hambre comprenden mejor la teoría política y se pasa rápidamente de "corriente y comida" a "Patria y Vida".

Que las masas salgan exigiendo sancocho es exactamente lo que se espera cuando acontece la absoluta quiebra física y moral de un sistema aún apuntalado por inercias totalitarias, pero debilitado por el esfuerzo de transformar la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto en un inmundo estercolero.

El reto real es lograr conectar a la masa que desde el 11 de julio de 2021 se descubrió enardecida, con un liderazgo que encause ese maremágnum espontáneo, que solo a veces desborda en manifestaciones, pero que espera latente en el aire enrarecido del lodazal de sudores y basureros de esquina de cualquier ciudad cubana.

Muy probablemente no hay manera de arreglar el cortocircuito entre liderazgo —oposición estructurada— y pueblo que ha sabido crear el castrismo, con lo que estas manifestaciones, aunque catárticas, sirven principalmente para erosionar el corazón de la bestia, el núcleo de un sistema compuesto por diferentes intereses viles que colisionan en las altas esferas de un régimen mafioso cuya cúpula está compuesta por lo peor del sistema, los mas ruines, los dispuestos a cualquier traición o crimen, los ambiciosos sin escrúpulos que han sabido escalar el poder castrista no para salvar la Revolución, sino a ellos mismos. Así que cuando puedan escoger —cuando los dinosaurios estén extintos— escogerán salvarse y terminarán de desmontar un régimen que, gracias a manifestaciones de "Patria y Vida" y "corriente y comida", ellos saben que está muerto y pudriéndose, y ellos son cualquier cosa menos gusanos.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Sábado, 06 de Abril de 2024 11:17
 
El rescate ruso de Cuba se evapora PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 15 de Marzo de 2024 18:38

El canciller ruso Lavrov y Raúl Castro dialogan en La Habana.

Por EMILIO MORALES.-

Mientras Cuba se apaga, las esperanzas sembradas por el PCC de un rescate financiero ruso a raíz del anuncio de que Cuba adoptaría el modelo ruso, se han desinflado a la velocidad en que un merengue sobrevive en la puerta de un colegio.

Después de más de un año de que Miguel Díaz-Canel anunciara que Cuba adoptaría el modelo ruso para su economía, todo ha quedado en el anuncio. En la práctica, nada serio y tangible se ha concretado hasta ahora. Las expectativas creadas por el régimen de que Rusia venía al rescate financiero no han sido más que una gran decepción para el propio régimen cubano. A quienes pensaron que la ayuda rusa iba a llegar de forma inmediata y que significaría un salvador alivio financiero, no les ha quedado más remedio que guardar sus expectativas en el closet y poner los pies en la tierra para entender que el sistema no es salvable ni por los rusos.

Al paso de los meses esas expectativas se fueron apagando a medida que se producían viajes de funcionarios rusos y cubanos en ambas direcciones, los cuales han terminado con más acuerdos militares que comerciales. El globo comenzó a inflarse cuando Miguel Díaz-Canel hizo una gira pedigüeña en diciembre de 2022 por varios países aliados (Rusia, China, Argelia y Turquía) rogando ayuda financiera.

La gira tenía el propósito de resolver siete problemas medulares clave que presentaba la crisis cubana:

  1. La reconstrucción de la matriz energética.
  2. Terminar con la escasez de alimentos.
  3. Terminar con la escasez de medicamentos.
  4. Recuperar la industria turística.
  5. Recuperar las industrias del país, incluida la industria azucarera, para incrementar las exportaciones.
  6. Recuperar los ingresos por concepto de exportación de servicios médicos.
  7. Detener el creciente descontento de la población.

La gira fue un fracaso. Ninguno de los socios aflojó la billetera para extender nuevas líneas de crédito. Lo único que consiguió Díaz-Canel fue el perdón de intereses de la deuda y la posposición del pago al principal por dos años. Por lo que las condiciones y los factores que generaron la crisis multisistémica que vive el país se mantendrían activas con la perspectiva de que empeorarían en el futuro sino se hacen profundas reformas económicas. De hecho, eso es lo que ha ocurrido desde entonces.

El acercamiento a Rusia

En el periplo, uno de los destinos visitados fue Rusia. Díaz-Canel fue de perro faldero a lamerle las botas a Putin y darle su apoyo en su genocida invasión a Ucrania. Su intención era que, a cambio, el régimen recibiera una ayuda financiera que los ayudara a tomar un respiro.

Los rusos comenzaron la puesta en escena de la ayuda solicitada enviando al empresario Boris Titov, comisionado presidencial para la Protección de los Derechos de los Empresarios de Rusia para iniciar los contactos y establecer el acercamiento con las autoridades cubanas. Desde el comienzo Titov comprendió que invertir en Cuba sería una misión imposible. La precariedad primitiva y arcaica del retorcido sistema legal cubano iba a ser una barrera que había que derrumbar si en verdad iban f a invertir en la Isla. De lo contrario, sería un ejercicio prácticamente inútil.

Lo primero que dejó entrever el experto ruso a las autoridades cubanas fue que tendrían que hacer una profunda reforma de mercado o sería imposible hacer inversiones. Para el experto ruso estaba claro que el marco legal cubano era extremadamente rígido, que el país estaba en ruinas y gran parte del comercio interno era dominado por el mercado negro. En ese escenario, su apuesta era entrar al mercado cubano de forma directa, sin la mediación de empresas estatales cubanas, con la prerrogativa de poder fijar precios de forma independiente para poder competir por la principal fuente de divisas que entra a manos de la población cubana: las remesas que envían los exiliados.

Con este diseño de entrada al mercado cubano, Titov se convertía en el manejador de la "cubastroika", al ser designado presidente del Consejo Empresarial Rusia-Cuba. En su estrategia de enganche, Titov vendió mediáticamente que el think tank Instituto de la Economía de Crecimiento Stolypin asesoraría una transición de la estatalizada economía cubana hacia el libre mercado, algo que solo tenía sentido si la inversión rusa a realizar en la Isla fuese estatal, estando entonces el Kremlin preocupado porque la Isla fuese capaz de honrar sus deudas.

Hasta el momento, solo se han acercado empresarios del sector privado (los oligarcas) a husmear las "oportunidades rusas en la Isla". En la práctica, del sector estatal ruso no ha salido un centavo. Hay que recordar que Putin le perdonó a Cuba 29.000 millones de dólares en 2015, a raíz del deshielo con EEUU, quedando como deuda unos 3.000 millones que Putin dio la orden de que se usaran como capital ruso para invertir en la Isla. Desde entonces esa deuda no se ha saldado. ¿De verdad Miguel Díaz-Canel pensó que solo con el apoyo incondicional a Rusia por su invasión genocida a Ucrania significaría borrón y cuenta nueva para volver a recibir cientos de millones de dólares? Su genuflexa inocencia hoy le está pasando factura sien piedad: no hay inversiones en Cuba, hay más inflación, más apagones, menos comida, menos petróleo, más pobreza y más descontento ciudadano.

En mayo de 2023, el propio Titov especificaba que además de la concesión gratuita de tierras nacionales por 30 años —más tiempo que a los propios cubanos— y garantías arancelarias y de repatriación de capitales, los potenciales inversores rusos necesitarían preferencias fiscales, políticas de personal independiente a la legislación cubana y acceso preferencial a contratos con el Estado. Así las cosas, el castrismo contra la pared, al parecer estaban dispuestos a dar lo que los rusos pidiesen. Sin embargo, a poco más de un año de que se anunciara la cubastroika, han sido más los proyectos y deseos que las realizaciones palpables.

¿En qué ha quedó la "reforma de mercado" que apadrinaría el Instituto para la Economía del Crecimiento Stolypin?

Hasta ahora no ha trascendido nada importante de ello. Sin embargo, por el poco movimiento que se ha visto es comprensible que la parte rusa está siendo muy cautelosa en lo que se refiere a tomar decisiones de hacer inversiones millonarias en Cuba. Ellos saben perfectamente que el régimen cubano no es un socio confiable en términos económicos. Por otro lado, se han percatado de la precariedad del modelo cubano y de la mentalidad primitiva a la hora de hacer negocios por parte de la nomenclatura cubana.

En ese sentido, no encaja el viejo y obsoleto modelo económico cubano con el modelo ruso. Esta disparidad no permite un avance más rápido en las negociaciones. Es por ello que todo queda en especulación y en promesas que no parece que vayan a cumplirse. En realidad, el verdadero acercamiento ha sido en el plano geopolítico militar, en el juego de la nueva Guerra Fría, desatado a partir de la invasión rusa a Ucrania, y comprobado en la práctica con el espaldarazo que ha dado el régimen cubano a Rusia enviando mercenarios cubanos a la guerra y poniendo a disposición el territorio cubano para recibir visitas de bombarderos y submarinos rusos portadores de armas nucleares.

Los empresarios rusos no confían en el sistema legal cubano. En varios de los preacuerdos rubricados en varios memorándums de entendimientos firmados con las contrapartes cubanas, las empresas rusas contratan a terceras partes para que los ayuden a redactar los contratos y a entender las leyes cubanas, pues no confían en la parte cubana.

Lo cierto es que desde que Titov hizo su primera visita a la Isla, en términos prácticos pocas cosas han ocurrido en el ámbito económico y comercial. Se ha creado una empresa en El Mariel para el almacenamiento y distribución de mercancías, pero hasta ahora nada se mueve en ese almacén. Se han conectado los bancos rusos con los cubanos para permitir el uso de las tarjetas rusas en la Isla.  Se ha firmado un MOU con vistas a explorar las posibilidades de invertir en la producción y elaboración de azúcar. Pero de ahí no ha pasado. Lo más trascendente ha sido el incremento de los números de vuelos desde Rusia a Cuba, lo cual ha significado un aumento del turismo ruso en 3% en comparación con el año anterior. Han ocurrido acercamientos para explorar inversiones en el sector energético, pero nada concreto hasta el momento. Ya ni siquiera petróleo ruso llega a Cuba.

Al parecer, el complicado sistema legal cubano ha resultado ser uno de los principales obstáculos para la aprobación de las facilidades que solicitó la contraparte rusa para poder comenzar a canalizar los proyectos de inversión. La falta de pericia y la poca iniciativa de la parte cubana de romper con los viejos esquemas legales y comerciales que todavía amordazan a la economía cubana constituye una barrera que le está serruchando el piso a los empresarios rusos. Este es el candado que lastra el avance de la penetración comercial rusa en el mercado cubano. Ni siquiera ha habido un enganche serio con GAESA. Al parecer los oligarcas del holding militar cubano no están dispuestos a compartir la piñata con los empresarios rusos.

Por otra parte, tampoco hay mucho que ofrecer. El mercado cubano está seco de divisas, y las pocas que llegan a través de las remesas y el poco turismo que arriba al país el régimen cubano no está dispuesto a compartirlas. No existe un mercado estable, ni creciente, que garantice el retorno del capital que se requiere invertir en el país, ni siquiera en el largo plazo. En este escenario los rusos tampoco están haciendo muchos esfuerzos por invertir en Cuba, un país extremadamente endeudado, que le debe a todo el mundo (incluso a ellos: 3.600 millones que quedaron como deuda cuando le perdonaron 29.000 millones de dólares en 2015). Con ese fantasma gravitando en el ambiente comercial, más los juicios que se llevan a cabo en Londres por dos acreedores contra Cuba por falta de pago, no cesa la desconfianza de la parte rusa a la hora de desembolsar las sumas millonarias que requiere la ruinosa economía cubana.

Conclusión

A más de un año del anuncio a bombo y platillo de la cubastroika, no hay señales tangibles de ayuda rusa a la alicaída economía cubana. El régimen continúa atrapado entre la espada y la pared. Mas que una estrategia mediática del PCC para sembrar optimismo y falsas esperanzas, la cubastroika revela la gran incapacidad y mediocridad que tiene la nomenclatura cubana, que le impide tomar decisiones para salir del atolladero en el que están metidos. No es solo con los rusos, al régimen cubano le cuesta mucho cambiar las leyes para engranarse en el comercio que hoy practica el mundo enteros. Y esta no es la primera vez que el régimen cubano tira por la borda la oportunidad de atraer inversiones. La etapa del deshielo, bajo la presidencia de Obama, fue la gran oportunidad perdida para cambiar el giro de la rueda, y no lo hicieron.

Tampoco van a hacerlo con los rusos. La nomenclatura cubana no se adapta a vivir en la mentalidad del mundo comercial que rige hoy las relaciones comerciales internacionales, ellos están enquistados en una edad primitiva. Cambiar las leyes que rigen el mercado cubano como están exigiendo los rusos traería muchos reclamos por parte de los países occidentales que todos estos años han invertido en la Isla y se han endeudado con la esperanza de que el régimen cubano haga en algún momento los cambios que la economía necesita para transformarse.

Los rusos han tratado, pero no han podido materializar nada importante desde el punto de vista económico. El embajador de Moscú en La Habana ha moderado las expectativas generadas con la cubastroika. En este sentido, ha dicho que "cualquier proyecto tiene perspectivas cuando es interesante para ambas partes". A esto habría que sumar el cubo de agua fría vertido por el canciller Lavrov en su reciente visita a la Isla, cuando en una conferencia de prensa respondiendo a una pregunta sobre los resultados de la cubastroika expresó: "Hace tiempo se formalizaron las bases legales para aumentar las relaciones (…) Hemos confirmado la intención de realizar otra reunión de la Comisión de Cooperación Interparlamentaria Ruso-Cubana en los próximos meses". La realidad muestra, sin embargo, que nada concreto ha sucedido.

El drama de la cubastroika confirma que las economías parásitas son engendradas por gobiernos parásitos, donde no hay espacio ni para amigos ni para enemigos. El tiempo va pasando, la crisis en Cuba sigue escalando y apretando el cuello de los cubanos, y los rusos comienzan a aburrirse del marasmo del régimen cubano y ponen miras para invertir en otros mercados donde el capital no tenga trabas para rendir frutos y reproducirse.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Miércoles, 20 de Marzo de 2024 13:35
 
Raúl Castro: el general en su derrota PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Miércoles, 06 de Marzo de 2024 20:01

Raúl Castro.

Por RAFAELA CRUZ.- 

Si se mezcla cobardía patológica con nulidad intelectual se obtiene un Raúl Castro. Lo de este general con más estrellas en la charretera que tiros disparados en combate —su comandancia en Segundo Frente fue un campismo popular— rayaría lo patético si no fuese porque mientras él vive en los mejores cayos de Cuba, el pueblo se rompe los callos buscando qué comer.

Su difunto hermano —protagonista principal de la ruina del país—, aunque atesoró una ristra de desastres suficiente como para encabezar la enciclopedia universal del fracaso, al menos tuvo habilidad para sobrevivir prostituyéndose políticamente, monetizando su virulenta ideología y exportando su método totalitario. Pero Raúl, ni eso.

El general heredó el poder con ínfulas de reformador, despertando ilusiones de una Cuba más abierta y dinámica. Su círculo cercano confirmaba su admiración por China y él, atrevido, en arranque de coraje revolucionario, declaró que todo cubano iba a tomar la leche que quisiera, epopeya inaudita bajo cualquier socialismo.

Pero en vez de lograr la asombrosa hazaña de la leche por todas partes, esta isla de Raúl, su Cuba de vacas secas merodeando llanuras de marabú, su Cuba bloqueada para la leche en polvo, pero no para los carros de Policía, ha tenido que "establecer prioridades dentro de las prioridades" y terminar solo asegurando leche para los menores de seis meses y "el 50% del consumo a los niños que tienen dietas por enfermedades crónicas". El general ha sido derrotado en la batalla de la leche.

La otra y probablemente la mayor apuesta de este gran líder del comunismo internacional es la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, cuya "ubicación geográfica en la ruta de los principales flujos de transportación marítima de nuestro hemisferio", estaba seguro que propiciaría su consolidación "como una plataforma logística de primer orden a nivel regional", según sus triunfales palabras inaugurales.

Diez años después y habiendo endeudado al país hasta las trancas, en la zona hay solo 64 negocios, y en toda una década ha captado apenas 3.340 millones de dólares, cifra que palidece de vergüenza ante los alrededor de 4.000 mil millones de inversión extranjera que anualmente capta República Dominicana. La batalla del Mariel ha sido su mayor derrota.

Y es que el general, que padece síntomas claros de anencefalia, no comprende que lo que valoriza la situación geográfica de Cuba no es su cercanía a México, Guatemala o Haití, sino las escasas 90 millas náuticas que la separan del mercado más potente del mundo, algo que, sin embargo, no vale nada si tu política cierra las puertas a tal paraíso comercial.

Si estás fajado con los yanquis, da igual construir un puerto de aguas profundas al norte de Cuba o al sur de la Antártida, el comercio internacional va a ignorarte de igual manera.

Debía saber el general, entonces, que el éxito del Mariel no dependía de cuantas grúas modernas instalasen sus mal pagados ingenieros, ni del calado al que se drague el canal de atraque, sino de que los diplomáticos cubanos no fuesen percibidos en Washington como cómplices y aliados de los mayores enemigos de Occidente.

Y puede que supiera todo eso, pero es demasiado cobarde Raúl para abandonar a aquellos compinches que le aplauden el seguir siendo faraón de una isla que se derrumba, pero faraón al fin.

Ni leche ni Mariel. Raúl y sus secuaces, carentes del magnetismo de Fidel y desorientados ante una izquierda poco preocupada ya por la lucha de clases, están cada vez más solos, fosilizados como misil de la guerra fría en un museo que nadie visita, una reliquia aislada en una urna polvorienta, incapaz de conectar con la modernidad.

La política errática producto del miedo y carente de objetivos por falta de inteligencia, ha sido la nota dominante de esta era rauliana, colofón perfecto de un régimen que comenzó engañando a millones, se mantuvo asesinando a miles, que está cercano a desaparecer extrañado por nadie, gracias a Raúl y sus derrotas.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Martes, 19 de Marzo de 2024 13:08
 
La “Revolución Cubana”, un bodrio carente de virtudes para los cubanos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Indicado en la materia   
Sábado, 24 de Febrero de 2024 23:21

ESPAÑA SE AFERRA A SU COLONIA CUBANA. Por Alfredo M. Cepero. - Cuba  Democracia y Vida

Por Jorge Hernández Fonseca.- 

Todo lo mal hecho se justifica en la Cuba de los hermanos Castro como siendo producto de lo que la dictadura llama “bloqueo imperialista” de los Estados Unidos, como si el asesinato por fusilamiento de miles de cubanos fuera producto del “bloqueo” y no de la ideología marxista que llama a eliminar a todo “el enemigo de clase”, es decir, fusilar a aquel que simplemente no esté de acuerdo con el desastre revolucionario. Como si el “bloqueo” fuera el culpable de que confiscaran las tierras de los campesinos, y a los pocos que quedaron se les prohibiera vender sus productos agrícolas directamente.


La “Revolución Cubana”, un bodrio carente de virtudes para los cubanos

Jorge Hernández Fonseca

4 de Febrero de 2024


Resulta extraño --comprendo-- asociar la palabra “virtud” a la llamada “revolución cubana”, incluso sabiendo que la misma ha implantado una dictadura, que siempre va a carecer de tal adjetivo. Sin embargo, el ideólogo que concibió un sistema como el cubano, Vladimir Lenin, defendió la ‘dictadura del proletariado’ como siendo un procedimiento lleno de virtudes, debido a que esa dictadura protegería lo que imaginaba fueran ventajas para la mayoría del pueblo ‘explotado’, ya que impediría que el capitalismo regresara y continuara ‘explotando’ al pueblo.


Sin embargo, la “revolución cubana” implantó una dictadura que ha destruido la economía, el tejido social, la cultura nacional, la estructura física de las ciudades y pueblos de la isla, sin haber podido evitar los males que ellos enunciaron del capitalismo, como son la explotación de los trabajadores --hoy más que nunca-- la pobreza, extensiva a todas las clases sociales en la isla, la miseria, creciente debido a los bajísimos salarios, y un largo etcétera de deterioro cultural, moral y social, como no ha habido antes en la historia de la isla de Cuba.


Todo lo mal hecho se justifica en la Cuba de los hermanos Castro como siendo producto de lo que la dictadura llama “bloqueo imperialista” de los Estados Unidos, como si el asesinato por fusilamiento de miles de cubanos fuera producto del “bloqueo” y no de la ideología marxista que llama a eliminar a todo “el enemigo de clase”, es decir, fusilar a aquel que simplemente no esté de acuerdo con el desastre revolucionario. Como si el “bloqueo” fuera el culpable de que confiscaran las tierras de los campesinos, y a los pocos que quedaron se les prohibiera vender sus productos agrícolas directamente. Como que la falta total de mantenimiento de ciudades, acueductos, aeropuertos, hospitales, escuelas en la ciudad y en el campo (ya no queda una) fuera culpa del “bloqueo”. Simplemente, no hay nada positivo en la “revolución cubana”, porque la misma está atada a un anti-norteamericanismo enfermizo, que no es ni utilitario ni virtuoso.


Cuando un pueblo decide hacer una revolución, siempre es pensando en mejorar. Sin embargo, en la Cuba castrista no hay ningún acápite que pueda señalarse como que ha mejorado, salvo la vida de los “cuatro gatos” que dirigen el partido comunista cubano. La culpa siempre la carga el “bloqueo”, que, incluso también es culpa de la propia “revolución cubana”, que confisco sin compensaciones todas las propiedades norteamericanas en la isla, que si hubieran sido adecuadamente compensadas económicamente, no hubiera habido justificación para el ‘embargo económico’, que es la reacción natural al no pago de las propiedades norteamericanas.


Por todo lo anterior y por el desastre económico, social, financiero, material y moral que ha significado la implantación de la “revolución cubana” en la isla contra el sufrido pueblo cubano, no hay razón para que la cúpula gobernante castrista permanezca detentando y mal utilizando el poder de continuar oprimiendo y empobreciendo a la sociedad cubana.


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Última actualización el Viernes, 15 de Marzo de 2024 23:14
 
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