La posibilidad de usar tarjetas de crédito norteamericanas en Cuba ha generado entusiasmo en sectores del cuentapropismo de la Isla, después de que Stonegate se convirtiera la primera institución financiera norteamericana en permitir su uso en el país.

Sin embargo, los ciudadanos cubanos residentes en la Isla no son elegibles para el otorgamiento de estas tarjetas, aunque en teoría, un nacional cubano podría abrir una cuenta bancaria en cualquier parte del territorio estadounidense.

"Las tarjetas de crédito sólo se expedirán a los ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes de los Estados Unidos de América", se puede leer en el sitio digital de la compañía, que promociona unas mil tarjetas decoradas con la obra del célebre artista cubano Michel Mirabal, para conmemorar el cambio en las relaciones entre los dos países.

"Las tarjetas de crédito sólo se expedirán a los ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes de los Estados Unidos de América"

Las compañías bancarias estadounidenses pueden autorizar el uso de tarjetas de crédito y débito que permiten transacciones entre EE UU y Cuba desde que en diciembre de 2014 el presidente Barack Obama anunció un paquete de nuevas regulaciones hacia la Isla.

Según afirma la compañía, su propósito es hacer más sencillos los trámites financieros de los viajeros norteamericanos a la Isla, que al utilizar sus servicios se ahorrarían la penalización del 10% impuesta por el Gobierno cubano a las transacciones en dólares americanos.

Dave Seleski, director ejecutivo del banco dijo a 14ymedio que, aunque la nueva MasterCard está disponible desde el pasado miércoles en el sitio digital de la compañía, las primeras tarjetas de crédito no serán entregadas hasta dentro de un mes. Se trata de tres modalidades de la marca: Gold (dorada), World (mundo) y Platinum (platino).

Según Seleski, el uso de las tarjetas desde la Isla ha sido probado "intensivamente", por lo cual no deberían existir problemas técnicos una vez comiencen a utilizarse. Sin embargo, su uso será limitado, pues los turistas norteamericanos o cubanoamericanos no podrán extraer dólares, como parte de la política cubana en materia financiera.

Stonegate fue el primer banco norteamericano en abrir una cuenta al Gobierno cubano a través del Banco Internacional de Comercio, lo cual permitió solucionar el problema que enfrentaba la entonces Sección de Intereses Cubanos en Washington, que llevaba más de un año sin cuenta bancaria debido a las complicaciones financieras derivadas del embargo. En aquella ocasión, varios activistas cubanos se manifestaron en contra de la compañía en su sede de Pompano Beach por sus negocios con Cuba.

El banco fue también el primero en permitir el uso de sus tarjetas de débito en Cuba. Según la institución, en la Isla hay más de 10.000 puntos terminales equipados para el pago con tarjetas, en hoteles, restaurantes y tiendas, pero en la práctica la posibilidad se cerró cuando el Gobierno cubano la canceló para implementar medidas de seguridad en sus sistemas.

Stonegate ha dejado claro, además, que solo se podrán utilizar sus tarjetas cuando los cubanoamericanos o ciudadanos estadounidenses viajen a la Isla en alguna de las 12 categorías permitidas hasta el momento.

A la pregunta sobre las posibilidades de verificar el crédito disponible desde una dirección IP cubana, el director ejecutivo afirmó que es imposible, debido a las regulaciones impuestas por la legislación norteamericana. "Las leyes impiden que se realicen transacciones bancarias en Estados Unidos desde suelo cubano. Esa es un área muy gris", aseveró.

Hasta el momento la prensa oficial cubana no se ha hecho eco de la noticia

El director ejecutivo dijo que, aunque la MasterCard podría utilizarse desde Cuba como cualquier otra tarjeta de crédito, no tenía la seguridad de que su uso fuera válido en transacciones con terceros países, para compras de boletos de aviación, recargas de celulares, entre otras operaciones. Hasta el momento la prensa oficial cubana no se ha hecho eco de la noticia.

Según Idania del Río, cuentapropista de la tienda Clandestina en la capital cubana, sería una excelente oportunidad para que las pequeñas empresas que están ganando terreno en Cuba pudieran utilizar Terminales de Punto de Venta (TPV), algo que hasta ahora no ocurre.

"Hay un enredo con todo esto de los bancos. Allá dicen una cosa y después aquí no se puede hacer", lamentó la diseñadora.

Varios cubanos residentes en la Isla han denunciado que, a pesar de las disposiciones referentes a la apertura de cuentas bancarias a ciudadanos cubanos, los bancos norteamericanos no quieren asumir el riesgo.

14 Y MEDIO