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Artigos: Cuba
LOS ERRORES DE RAUL PDF Imprimir E-mail
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Jueves, 08 de Abril de 2010 10:44

Por HUBER MATOS ARALUCE

En Cuba ya no se discute quién tiene la razón, sino quién tiene el control de las calles. La muerte de Orlando Zapata ha dejado a la dictadura con el miedo como único factor de supervivencia. En La Habana los bomberos están listos para frenar manifestaciones, y en Bayamo los tanques de la era soviética tienen la misma misión. Mientras tanto, las turbas organizadas atropellan a los disidentes.

Las cosas han cambiado desde que el carisma de Fidel Castro bastó para inducir a la mayoría del pueblo hacia el comunismo, al tiempo que aniquilaba a la oposición democrática con fusilamientos, prisión y exilio. Mientras una maquinaria represiva copiada de la URSS trituraba a quien se opusiera, en el mundo se aplaudía los “logros” de la revolución. Logros pagados con la generosa subvención soviética. Así cualquiera.

El colapso de la URSS dejó a la tiranía en Cuba sin legitimidad ideológica y sin los miles de millones con los cuales Moscú financiaba la vitrina revolucionaria castrista. La cohesión del régimen quedó entonces reducida a su capacidad represiva, al poder de manipulación de Fidel Castro y al respaldo internacional, que se concentró en la denuncia del “bloqueo”. El gobierno necesitaba una justificación para explicar las penurias en que vivía la población.

El retiro de Fidel Castro por razones de salud dejó al sistema sin su habilidad para maniobrar entre desastres y reprimir con alevosía. El fuerte de Raúl ha sido siempre doblegarse ante su hermano. Sus errores están a la vista.

Primero, creó dentro y fuera de Cuba expectativas de cambios estructurales, alegando que el mal funcionamiento de la economía no se le podía atribuir siempre al “bloqueo”. Las reformas nunca se materializaron y la economía continúo deteriorándose. Tres años después dice que las reformas son un asunto complejo.

Segundo, anunció su disposición a un acercamiento con Washington que tampoco se concretó, dejando a los aliados del régimen en espera y al gobierno de Obama en el limbo.

Tercero, le cerró al paso al grupo generacional en el gobierno que tenía la posibilidad de despertar alguna esperanza entre las filas castristas y la población.

Cuarto, atrincherado en la solución represiva, sin darse cuenta de que esta podía poner en peligro el apoyo internacional que le quedaba al régimen, le negaron el agua por 18 días (lo que equivale a una pena de muerte) a un humilde preso político y no le dieron asistencia médica.

Ante el repudio internacional, Raúl acusó a Zapata de haber sido un delincuente común. El Granma dijo que la huelga era para exigir un televisor para su celda.

Acto seguido se reprimió violentamente a las Damas de Blanco, que habían marchado por meses sin mayor repercusión. La televisión transmitió los sucesos que provocaron el rechazo del pueblo cubano y del mundo.

El resultado de las torpezas de Raúl Castro es un inédito aislamiento internacional cuyo costo está nada más que empezándose a sentir.

Sin la habilidad de manipulación de Fidel, Raúl Castro, después de purgar a quienes podían haberle dado al pueblo y a la nomenclatura la esperanza de reformas que él mismo alentó (y no puso en práctica), ha tomado el callejón sin salida de la represión, de donde a la corta o a la larga, alguien saldrá vencedor, el pueblo o la tiranía.

San José, Costa Rica

Última actualización el Jueves, 08 de Abril de 2010 11:32
 
Confusa muerte de un periodista PDF Imprimir E-mail
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Jueves, 08 de Abril de 2010 10:16

 

Por JOSÉ ANTONIO FORNARIS

Me lo mataron porque quería regresar a su patria”, dijo entre lagrimas la madre del periodista independiente Adrián Leiva Pérez, que murió ahogado el 24 de marzo, según lo informado por la policía política, aunque el cuerpo le fue entregado a sus familiares trece días después.


Adrian Leiva en el ataúd.

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - “Eva Leiva Pérez, hermana del colega fallecido, narró que el lunes cinco de abril se personó en Villa Maristas, cuartel principal del Departamento de Seguridad del Estado, para indagar por el paradero de su hermano, pues desde Miami, familiares y amigos le habían comunicado en varias ocasiones que Adrián había salido para Cuba en una lancha.

“Me presenté allí por la mañana, y sobre las tres de la tarde, luego que dos médicos me tomaron la presión, dije que me iba, porque no estaba allí detenida; que había ido a averiguar por mi hermano. Fue entonces que me dijeron que Adrián estaba en Medicina Legal y que hacía falta que los acompañara a identificar el cadáver”.

“Los agentes dijeron que mi hermano había llegado a las costas de Cuba en una lancha, por la zona de Jaruco, junto a tres hombres que se encuentran detenidos. Que la embarcación los dejó como a una milla de la orilla, que lo rescataron vivo en el agua, pero no pudieron salvarlo porque estaba en muy mal estado, y murió ahogado”.

También le dijeron que no habían informado a la familia porque tardaron en establecer su identidad. Que los restos mortales de su hermano serían llevados para la funeraria a las ocho de la mañana del martes 6, y que sólo podría ser velado hasta las cuatro de la tarde de ese día.

El cuerpo llegó a la funeraria de Santa Catalina y Buenos Aires, en la barriada de Santos Suárez, por un presunto error en los documentos confeccionados por Medicina Legal, a las once y veinte. Cuatro horas y cuarenta minutos después, partió el cortejo fúnebre hacia el cementerio.

Durante ese tiempo estuvieron presentes en la funeraria un teniente coronel de la policía política, de completo uniforme, y varios oficiales vestidos de civil. Seguridad del Estado había anunciado oficialmente que estarían presentes durante el velorio.

Adrián Leiva Pérez, de 51 años, formó parte durante varios años del Movimiento Cristiano Liberación, que preside Oswaldo Paya. Luego pasó a integrar la prensa independiente dentro de la isla. En el año 2005 llegó a Estados Unidos con visa de refugiado político.

En mayo de 2008 regresó a Cuba con la intención de establecerse nuevamente en el país. Aquí están su madre, que tiene 81 años, su única hija, su hermana y sus sobrinos. En octubre de ese propio año, fue obligado por las autoridades migratorias y la Seguridad del Estado a regresar a Estados Unidos.

Sus familiares aseguran que en 2009 compró hasta el boleto de avión para  regresar de visita a Cuba, pero las autoridades de la isla no le otorgaron el permiso de entrada.

Durante sus varios  años de opositor pacífico y periodista independiente, Adrián Leiva Pérez fue interrogado y retenido por la policía política en múltiples ocasiones. Sus datos  personales, por las gestiones que hizo para salir del territorio nacional, se encuentran en las oficinas de Emigración y Extranjería. Todos los cubanos poseemos un carné de identidad que entrega el Ministerio del Interior. Su rostro no sufrió ninguna transformación o deformación por la muerte. Es imposible creer que el motivo para no haber avisado de inmediato a los familiares y retener el cadáver durante tantos días, en una especie de secuestro, fuera la imposibilidad de establecer su identidad.

Su sobrino, Denis Leiva, asegura que Adrián tenía hematomas en el pecho, debajo de la región glútea y en ambos costado en la zona de las costillas.

Última actualización el Jueves, 08 de Abril de 2010 10:22
 
LA FE DE LOS CUBANOS PDF Imprimir E-mail
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Jueves, 08 de Abril de 2010 12:00

Por OSWALDO PAYÁ SARDIÑAS

Cuando estoy redactando las respuestas a los discursos del Señor Frei Betto, de la Señora Caridad Diego y del Reverendo Rául Suárez, publicados en el periódico Granma el Viernes Santo 2 de Abril,  me  comunican que en la prisión Combinado del Este al prisionero de conciencia Regis Iglesias Ramírez, le fue negada la asistencia a los oficios que celebró el Cardenal Ortega,  en ese centro de reclusión. Ningún prisionero de conciencia pudo estar presente en esos oficios.

Regis Iglesias, es un joven de Liberación, es uno de los Prisioneros de la Primavera de Cuba, vocero de nuestro movimiento, condenado a dieciocho años por impulsar el Proyecto Varela. Al igual que otros prisioneros de conciencia cubanos, se niega a vestir el uniforme de prisionero común. Pero Regis sabe, como todos nosotros, que para Jesús no son barreras las paredes y las rejas de esa inhumana prisión y que allí está con ellos celebrando su Resurrección.

A Regis y a muchos prisioneros políticos le imponen como condición vestir el uniforme de prisionero común para asistir a los oficios religiosos. Ellos no aceptan el chantaje.

Esa mentalidad del condicionamiento, es semejante  a la lógica del Señor Betto, según la cual, los cristianos pueden ser aceptados como tales para apoyar la revolución o más bien el proyecto totalitario impuesto en Cuba. Esa doctrina “de ponerse el uniforme” y no la del derecho inalienable de los hijo de Dios, ha estado en el fondo de la labor de Frei Betto en Cuba.

Frei Betto (no se si aun es fraile, lo digo con respeto) en Cuba ha sido la antitesis de la liberación, pues ha propagado la doctrina de la sumisión, del condicionamiento, del alineamiento de los creyentes con el totalitarismo como condición para el respeto al culto religioso.  Con su apoyo a un régimen opresivo, el no defiende el derecho ni la libertad de conciencia, sino que niega el derecho de los seres humanos cuya fuente es la primera libertad, sin condiciones, la libertad de los hijos de Dios.  Su visión es reaccionaria y palaciega, èl mira a los creyentes cubanos a través de Fidel Castro, por eso cuando  pactó su libro lo hizo a través de ese prisma. Betto prefirió hablar de Fidel y la Religión. Yo quiero hablar del pueblo de Dios, del pueblo y la religión, del cubano y su fe, como diría el padre Santana, que murió en la diáspora. Quiero hablar de otro fraile, fray Miguel Angel Loredo, siempre parte entrañable de nuestra iglesia, aunque está en el destierro, después de convertirse en “alguien molesto”. El fue y es, víctima de una patraña de estado, acusado con falsedades, juzgado y condenado a prisión donde estuvo por años. Estoy seguro, porque le conozco, en el no hay odio ni rencor, pero el ocultamiento de la verdad en cuestión, es una injusticia sostenida contra el y contra la iglesia y el pueblo de Cuba. Frei Betto pudiera denunciar esta injusticia contra otro fraile.   Si Betto viene al barrio del Cerro, aquí en el parque Manila, vera un letrero pintado en Julio de 2006, que dice “en una plaza sitiada la disidencia es traición”. Lo escribieron turbas del Partido Comunista, los Comité de Defensa de la Revolución dirigidos por la Seguridad del Estado, bajo órdenes del gobierno en represalia por el lanzamiento del Programa Todos Cubanos (www.oswaldopaya.org), algo que jamás se atrevería a publicar, como no ha publicado el Proyecto Varela. Ese domingo de Julio del 2006, regresábamos de la iglesia  mi esposa, nuestros  tres hijos y yo. Ahí estaban las turbas, apoyadas por policías uniformados, provocándonos, haciéndonos fotos y burlas con toda la fuerza de la cobardía que da este poder. Días después completaron el cartel poniendo como firma “San Ignacio de Loyola. Otro acto de repudio el 29 de Julio de ese año, también frente a mi casa y terminaron cantando la Internacional. “Ni cesar ni burgués ni Dios” dice, en su nostalgia estalinista. El asunto es que en el Libro de Ignacio Ramonet (el de Le monde Diplomatic) que al parecer ya se escribía por aquellas fechas, aparece en las primeras paginas la frase “en una plaza sitiada la disidencia es traición”.

Ramonet al igual que Betto hizo un libro con Fidel Castro, pero de 100 horas, en eso superó sus 23 horas. Por eso, por la cuestión de los libros es que cito este hecho. Yo se que los cubanos piensan y piensan bien.

Frei Betto aquí en Cuba es un hombre del palacio, no ha defendido al pueblo, sino al status de la minoría de poder, no ha defendido a los pobres que no tienen  ni  voz para decir que son pobres. Aquí en Cuba puede hablar a través de Granma, órgano oficial del Partido Comunista e insultar millones de creyentes cubanos, desfigurando la historia y la realidad de la persecución y de la opresión que hemos sufrido y que sufrimos. Betto, oculta el intento del régimen comunista, de descristianizar  nuestra vida,  nuestra cultura. De esa manera, el régimen, pretendía anular o silenciar la fe de los cubanos, la raíz cristiana y la memoria cristiana  de nuestro pueblo. Esa descristianización le era imprescindible para someter al pueblo totalmente y apropiarse perversamente de la persona humana. Toda una política de estado y doctrina de estado que se realizaba en la negación sistemática de las creencias de los cubanos, de su moral, de sus valores, de su familia y de las tradiciones cristianas del pueblo. Se realizó en la persecución, el confinamiento en campos de trabajo forzado a miles de jóvenes creyentes, el despojo abusivo. Se realizó y se realiza en la exclusión, la infamia contra los hijos y padres de la iglesia, el chantaje, el boicot, el adoctrinamiento ateo bajo coacción despiadada contra niños indefensos, los abusos mas cobardes, el destierro y el martirio. Betto lo reduce todo irrespetuosamente diciendo que era una cuestión de “prejuicio de los comunistas y miedo de los creyentes”. Ante todo y por justicia debo decir a nombre de unos miles de cubanos, que todo ese horror, no logró que negáramos nuestra fe ni nuestra pertenencia a la iglesia. Muchos por esa causa sufren aún el destierro, en la iglesia de la diáspora cubana y otros dentro de Cuba, pero sin miedo Señor Betto. Se convierte Frei Betto, en alentador de la intolerancia y de la imposición de la mentira abusando de la desventaja de un pueblo amordazado,  reforzando el daño a nivel mas profundo que ha hecho al ser humano este orden sin derechos, que todavía se impone por el miedo. El pueblo cubano no necesita, ni quiere que alguien venga de afuera a  ocupar el lugar de capellán del trono, porque es un lugar que ningún miembro de la iglesia en Cuba aceptó, ni aceptará jamás.

En Cuba, puede que hayan muchos comunistas, el caso es que siempre han habido muchos mas creyentes, inclusive cuando los comunistas no podían decir que eran creyentes.  Hay  un régimen de miedo contra los creyentes, contra los comunistas, contra los comunistas creyentes y contra los ni son creyentes ni comunistas, porque es el miedo contra los cubanos.

El camino de cambios pacíficos que proponemos junto a la mayoría de los que están en prisión injusta, lo pueden encontrar resumido en el documento “Unidos en la Esperanza” ( www.oswaldopaya.org). Yo lo invito a Usted Señor Frei Betto a un debate o diálogo sobre esto y sobre lo que Usted quiera, en los medios de difusión cubanos, que paga el pueblo, pero que Usted usa y nosotros no podemos usar para expresarnos.

Si Frei Betto quiere servir la causa de la justicia y la paz, que promueva el dialogo entre cubanos, sin exclusiones, como hombres y mujeres libres. Aunque lo tendrá que hacer desde el extranjero, porque si se atreve a hacerlo, ya no entra mas a Cuba. Al menos por ahora. El lo sabe, el sabe que aquí él tampoco es libre, aunque puede ser libre si  se une en el espíritu del Movimiento Cristiano Liberación.

El perdón y la reconciliación lo lograremos en un ambiente de confianza y esa solo se da en el respeto a los derechos y a la libertad de todos y cada uno de los cubanos, sin condiciones. Eso si es liberación.

 

 

 

Oswaldo José Payá Sardiñas

Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación

Domingo de Resurrección del año 2010

 

Última actualización el Jueves, 08 de Abril de 2010 12:01
 
Cuba, final del juego PDF Imprimir E-mail
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Miércoles, 07 de Abril de 2010 10:40

Por ZOE VALDÉS

Después del asesinato de Orlando Zapata Tamayo, al que su carcelero privó de agua durante 18 días, mientras el reo se extinguía en una huelga de hambre en la que exigía mejoramientos carcelarios, de otras huelgas de hambre por parte de opositores -como son los casos de Guillermo Fariñas y de Franklin Pelegrino- y de huelgas y ayunos de presos políticos, además de siete días de marcha de las Damas de Blanco, en las que se hizo sentir la represión y la violencia en su contra, de una paliza a Reina Luisa Tamayo Danger, madre de Orlando Zapata Tamayo, después de todo eso, sin contar la crisis de corrupción entre los jerarcas de Cubana de Aviación, y de empresarios extranjeros encarcelados, después de todo ese rosario de desgracias, por fin, habló Raúl Castro.
La única novedad del discurso de Raúl Castro es que amenaza con hacer desaparecer Cuba.

¿Qué dijo que valiera la pena? En síntesis, nada. Habló de un país hundido en la miseria y en el desencanto, aunque lo hizo con fintas, (más que metáforas, a él no se le dan los giros literarios en los que su hermano era un experto), porque bien sabe él que ese país lo han hundido él y su hermano, nadie más, volvió con el teque o descarga verborreica al referirse a los enemigos, al eterno imperialismo yanqui, y la novedad fue, un estreno: el enemigo europeo; era de esperar. Siempre que quieren créditos bancarios, se ponen a lloriquear como víctimas.

Y entonces, espantó con esa maravillosa frase amenazadora: "Este país jamás será doblegado. Antes prefiere desaparecer, como lo demostramos en 1962". ¿Estará dejando entrever que Vladimir Putín jugaría el papel de Nikita Krouchtchev? Mediocre momento de histrionismo; a lo más que puede aspirar Raúl Castro es a estas maromas de saltimbanqui, que sólo lo colocan no sólo fuera del juego, sino en el punto final del mismo.

Lo que resulta evidente es que se agotaron los grandes y memorables instantes (que duraron medio siglo), de su hermano mayor acaparándose el show. Pobre Raúl, hasta para su propio espectáculo llegó tarde, justo en el minuto en que se corren las cortinas que sellan el desenlace. No se ha dado cuenta aún de que, aunque coloque al niño balsero Elián González, hoy convertido en un joven sumamente serio y triste, vestido de militar, a tartamudear unas parrafadas mal aprendidas, el reflector del mundo se ha enfocado en los verdaderos protagonistas del cambio, en Óscar Elías Biscet, en Ariel Sigler Amaya, en Ricardo González Alfonso, en Guillermo Fariñas, en Franklin Pelegrino; en las valientes Damas de Blanco, y en la madre de Orlando Zapata Tamayo, la señora Reina Luisa Tamayo Danger, quien después de haber sido apaleada por los agentes de la seguridad del Estado, cuando se dirigía a la iglesia, no ha vacilado en enviar su denuncia al mundo, reclamando que nos hagamos eco de sus exigencias, que no son otras que las de una madre a la que no le han entregado aún el acta de defunción de su hijo asesinado, y que exige respeto, libertad, para que pueda haber paz.

Raúl Castro, con esa poca gracia que lo obligó a vivir a la sombra de su hermano, afirma que no aceptará chantajes, y, sin embargo, chantajea al mundo amenazándolo con que hará desaparecer la isla. Ah, curioso, ya no es que irán los americanos a invadirla y a bombardearla, ellos solitos se encargarán del último pistoletazo, del tiro de gracia final. Muy gracioso, si no fuera porque ya nadie lo escucha, aun cuando lo aplaudan, ¿o es que lo habrán escuchado alguna vez?

Lo que sí habrá que recordarle a Raúl Castro, aunque seguramente lo tendrá muy fresco en su memoria, es un poema de Heberto Padilla, del poemario que desencadenó los juicios estalinistas en la isla, un proceso que empezó en 1968 y culminó con el encarcelamiento del poeta en 1971, y que como broche de oro no tiene desperdicio:

Para escribir en el álbum de un tirano
Protégete de los vacilantes, / porque un día sabrán lo que no quieren. / Protégete de los balbucientes, / de Juan-el-gago, Pedro-el-mudo, / porque descubrirán un día su voz fuerte. / Protégete de los tímidos y los apabullados, / porque un día dejarán de ponerse en pie cuando entres.

Zoé Valdés, escritora cubana, vive exiliada en París.
06/04/2010
Última actualización el Miércoles, 07 de Abril de 2010 10:43
 
El mito se derrumba: la responsabilidad histórica del exilio cubano PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 05 de Abril de 2010 14:46

Por HUBER MATOS ARALUCE

El multitudinario y patriótico desfile en Miami, seguido por las marchas en Los Ángeles, New York y otras ciudades, trajeron a la superficie una realidad sepultada por años de fracasos y frustraciones: los cubanos del exilio podemos agruparnos alrededor de diferentes banderas políticas y ventilar nuestras diferencias ideológicas como enemigos al parecer irreconciliables; pero cuando el clarín suena, somos un solo pueblo que ama a Cuba y que nunca la ha olvidado.

Pero ¿durará el entusiasmo? ¿Estamos ante un fervor pasajero? ¿Morirá cuando la tiranía no se desmorone ante nuestros ojos, como tantos esperan?

Corremos el peligro de confundir la etapa final del castrismo – que puede durar su tiempo - con un colapso cercano e inevitable. Estamos celebrando la victoria antes de ganar una batalla en la cual la mayoría de los exilados todavía no ha decidido participar.

La tarea no es ni fácil ni corta. Cada cubano exiliado debe evaluar si ya cumplió con quienes luchan en Cuba, o si aprovechará la oportunidad histórica de ayudar a enterrar un régimen enfermo y a sembrar el árbol de la democracia en su lugar.

Cada compatriota se debe preguntar si quiere ser espectador o protagonista. Si va a contribuir con los aplausos desde la gradería o si va a asumir la responsabilidad que le corresponde.

En Cuba hay una oposición que ha mostrado valor y determinación. Es un pequeño ejército de activistas que día a día no saben ni cómo van a alimentar a sus familias. Sin embargo, no descansan y luchan sin recursos.

Ni Orlando Zapata, que murió sin saber el impacto trascendental de su muerte, ni los presos políticos, ni las Damas de Blanco, ni los disidentes se detuvieron a esperar las condiciones ideales para enfrentar al régimen.

No esperaron que el pueblo cubano perdiera el temor, que las organizaciones del exilio o de la isla se unieran, que Washington los ayudara o que España y Latinoamérica dejaran de coquetear con el castrismo. Simplemente dieron un paso adelante.

El exilio debe emularlos. La decisión de participar en este esfuerzo es una cuestión de índole personal: se simpatiza con los que luchan por la democracia o se es indiferente. Si la decisión es la de la solidaridad, hay que actuar.

Ya sea que usted decida apoyar a quienes en la isla organizan el partido Cuba Independiente y Democrática (CID), o bien que escoja alguna otra opción, le invito a que sea selectivo; a que estudie, pregunte y le dé seguimiento a su patrocinio.

El exilio cubano puede influir de una manera determinante en el fin del castrismo y en un auténtico tránsito a la democracia, evitando que una negociación a espaldas del pueblo cubano, le arrebate de nuevo su soberanía.

Estas marchas patrióticas han derrumbado el mito del derrotismo que tanto daño ha causado hasta ahora. Ha comenzado una nueva etapa y solo asumiendo la responsabilidad que nos corresponde, cumpliremos con los que ayer murieron por la libertad, los hoy se sacrifican por ella y los que mañana y siempre la defenderán. No atrasemos la ayuda a los compatriotas que en Cuba harán buen uso de ella.

Patria, Pueblo y Libertad

San José, Costa Rica

Última actualización el Lunes, 05 de Abril de 2010 14:51
 
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