El cierre de la frontera con Colombia y las elecciones del 6-D |
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Escrito por Indicado en la materia
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Lunes, 31 de Agosto de 2015 11:56 |

Por Luis V. León.-
“El cierre de frontera de Venezuela con Colombia y la deportación de colombianos ilegales en Venezuela intenta crear un tema estrambótico de campaña electoral. Y puede funcionar.
(Prodavinci. Venezuela)-. Lo primero que se debe saber es que, en este momento, es imposible saber qué impacto ha tenido la medida en cuanto a apoyo popular o a rechazo al gobierno de Nicolás Maduro. Tampoco se puede saber si ha compensado las pronunciadas caídas de popularidad previas, pero la dirección que toman puede terminar siendo favorable.
Sobre todo si separamos en el análisis los temas vinculados con la legalidad, la solidaridad, la economía y la política, porque los efectos del decreto no son los mismos en materia social, económica o política. Es un error caer en la visión simplista de quien mete todo en un mismo saco, así que vayamos por partes.
En los aspectos legales, el gobierno venezolano tiene el derecho y la obligación de actuar contra el contrabando y de deportar a los inmigrantes que estén en situación de ilegalidad. Y, precisamente, en eso se escuda. Pero, puesto en dos platos, si usted se pregunta si cerrar la frontera tiene un impacto sobre el control de contrabando o de la inmigración ilegal, la respuesta es simple: no.
En el aspecto económico, cerrar la frontera no detiene el contrabando, porque en nuestro país los estímulos para el contrabando se mantienen intactos. Una medida como ésta encarece los productos y obliga a las personas a buscar mecanismos diferentes, pero no lo detendrá mientras siga siendo negocio. Ahora, el impacto económico del cierre de frontera para ambos países sí es demoledor. Y, además, afecta las economías regionales: las poblaciones de frontera tienen un altísimo nivel de dependencia de las transacciones entre ellos, tanto legales como ilegales.
Y en el aspecto social, el decreto de emergencia tiene los impactos más duros, más crueles y más difíciles de procesar. Empecemos por decir que el cierre de la frontera aísla y afecta a personas cuya vida cotidiana se lleva a cabo en el paso de frontera. Incluso, hay impactos familiares ocasionados por separaciones vinculadas con el cierre de frontera y con la deportación. Y por muy cuidadoso que digan que fue el proceso de deportación, es difícil separar la acción física del Estado venezolano de las violaciones a los Derechos Humanos.
Una medida masiva de deportación deteriora indefectiblemente las relaciones con el país vecino, que se siente agredido. Pero ni éste ni ninguno de los análisis económicos o sociales que usted pueda leer tocan el centro del problema: todo esto se trata de un asunto político.
Y un posible punto de partida para afirmarlo es que los problemas que hoy el gobierno venezolano está atacando existen desde hace mucho, mucho tiempo, pero han decidido abordarlos de manera exagerada y en campaña.
Considere lo siguiente: el gobierno arranca esa campaña con una brecha superior a los 20 puntos en contra y una gran presión política que los obliga a hacer lo que sea necesario para evitar una derrota electoral. Algo más: tome en cuenta que ninguna acción económica populista de las clásicas los ayudaría de manera relevante, porque en este momento la crisis es descomunal. El típico aumento de gasto público que el chavismo ha hecho antes de cada campaña hoy sólo aumentaría la presión inflacionaria y la escasez, pero además su impacto en votos sería mínimo.
En resumen: ésta es una campaña en la que buscar acciones estrambóticas que agiten el escenario local se convierte en una necesidad inminente para el oficialismo. Así que, dentro de este marco, el gobierno va a fabricar culpables de la crisis y distractores del debate económico, todo con una sola intención: evadir los costos políticos.
La acción en frontera cumple todos los requisitos para lo que se llama “un issue atractivo” de campaña. Y el gobierno y no lo va a desaprovechar. Por ejemplo: con el cierre de la frontera, el Ejecutivo Nacional puede resaltar su tesis de que la culpa del desabastecimiento es de los contrabandistas y bachaqueros.
Es obvio que el origen del desabastecimiento no está ni en los contrabandistas ni en los bachaqueros, sino en las distorsiones económicas. También es obvio que los bachaqueros y los contrabandistas son una consecuencia de la crisis y no una causa de la crisis. Pero, en términos políticos, para las masas lo que existe es lo que se ve. Y en estos momentos lo que todos vemos es contrabandistas y bachaqueros, porque el gobierno ha decidido mostrarlos.
Entonces, cuando el Gobierno cierra la frontera con Colombia lo que intenta es mandar un mensaje: “No dejaremos que otros se lleven la comida que te estamos subsidiando a ti”, y así concentran el debate donde tienen un mayor margen de maniobra, alejándose de la inflación y la escasez, donde el gobierno no tiene cómo responder.
La radicalización del discurso sobre contrabando e inmigración ilegal, además, refuerza la construcción de enemigos externos. Y el tema de la deportación dividirá, pero le da al gobierno la opción de convertirse en un aparente “defensor de la soberanía” y así aprovechar las potencias del nacionalismo exacerbado y el chauvinismo.
Es decir: las acciones en frontera no detienen el contrabando, no aumentan la producción ni generan confianza en el país… pero ponen el debate donde al gobierno le conviene. Mientras tanto, las acciones políticas de rechazo que toman los líderes colombianos en su país son positivas para ellos allá y también son útiles para Maduro aquí.
Es imposible no conmoverse con lo que están sufriendo las familias que han sido obligadas a abandonar nuestro país. A ellos hay que considerarlos como unas nuevas víctimas de las mismas causas que hacen que (más allá de los debates políticos y los distractores artificiales generados para servir de campaña) la gente salga a comprar leche y no la encuentre… y de que si la encuentra no puede pagarla.
Lo evidente es que en Venezuela es necesario un cambio inmediato en las políticas económicas. Evadir esa verdad ya está a punto de enfrentarnos contra un país hermano. ¿Cuál debe ser el mensaje correcto? Decirle no al contrabando, no al bachaqueo, pero entender que no son las causas de la crisis. Decirle sí a la producción, sí a la inversión privada, pero no a la corrupción”.
INFOLATAM |
Última actualización el Martes, 22 de Septiembre de 2015 11:16 |
Ecuador: de líder a Presidente |
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Escrito por Indicado en la materia
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Domingo, 28 de Junio de 2015 11:37 |
Por SIMON PACHANO.-
(Infolatam).- En la mañana habló Rafael Correa, en la noche lo hizo el presidente de la República. El aliento a la confrontación, la iracundia, los insultos, las palabras desbordas y el tono airado del primero contrastaron con el llamado al diálogo, la tranquilidad, el lenguaje moderado y el tono pausado del segundo. El tema tratado era uno solo: las leyes económicas recientemente propuestas y la reacción que estas provocaron en la ciudadanía.
El primero ratificó su inquebrantable decisión de no dar un solo paso atrás, de no cambiar una palabra ni una coma. El segundo comunicó su decisión de retirar los proyectos de ley. Habían pasado apenas ocho horas entre las dos intervenciones, tiempo suficiente para que Rafael Correa cruzara su pecho con la banda presidencial y cambiara radicalmente de posición.
Independientemente de los motivos –entre los que seguramente se contará una sutil insinuación de la curia sobre el ambiente que encontrará el papa-, lo cierto es que ese cambio entraña algo más que una expresión de esquizofrenia política. A lo largo de los ocho años que lleva a la cabeza del gobierno, Rafael Correa jamás había dado un paso hacia atrás.
Por el contrario, siempre reivindicó su derecho a imponer sus decisiones, sin debate, sin búsqueda de acuerdos. Era una estrategia de hechos consumados, que rendía los frutos esperados porque no encontraba obstáculos en los débiles y fragmentados grupos de oposición ni en una ciudadanía adormecida por la bonanza económica. En definitiva, podía darse el gusto de gobernar sin hacer política.
El discurso del lunes en la mañana fue la continuación de esa visión. El de la noche fue el de su bautizo en la política, entendida ésta como lo que es, un camino zigzagueante que está definido por el intercambio con otros actores. Sin embargo, al especificar que el retiro de los proyectos de ley es solamente temporal y al defenderlos con los mismos argumentos que irritaron a los manifestantes callejeros, se pudo ver que le resultará muy difícil, si no imposible, conducirse por esa ruta.
Es muy probable que se trate de un paso táctico motivado por la necesidad de asegurar la visita papal y sacar provecho político de ella. Pero, si es así y si vuelve a presentar los proyectos, la reacción podrá ser aun mayor a la observada en la semana anterior.
Como balance final queda el alto el costo político que debió pagar Rafael Correa. Su retroceso –sin ministros fusibles que puedan pagar las consecuencias- demostró que sin bonanza económica y con leyes que tocan los bolsillos no existen líderes invencibles. Las bajas expectativas económicas para los próximos meses llevan a sostener que se profundizará esa erosión del liderazgo y que tendrá poco espacio para mantener el estilo que le aseguró éxitos. Tampoco su conversión en Presidente le asegurará mantener los niveles de apoyo que ha tenido hasta ahora, porque ese giro no concuerda con su trayectoria ni con la imagen que la ciudadanía creó –y apoyo casi religiosamente- durante poco menos de una década.
INFOLATAM |
La política norteamericana hacia Venezuela |
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Escrito por Indicado en la materia
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Jueves, 02 de Julio de 2015 10:57 |

Por Jorge Hernández Fonseca.-
EUA cometió un error político en la evaluación de la lucha entre Maduro y Cabello y quién sabe si el verdadero objetivo tras esta reunión entre Shannon y Cabello sea el inicio de una estrategia para clarificar el panorama interno venezolano, eliminando a Maduro y al “factor cubano” con vistas a un cambio a medio plazo, porque mientras los hermanos Castro continúen mandando en Venezuela, no habrá solución.
La política norteamericana hacia Venezuela
Jorge Hernández Fonseca
15 de Junio de 2015
Hay una interrogante que se abre a partir de la reunión oficial de los Estados Unidos con Diosdado Cabello: ¿Cuál es la política norteamericana real respecto a un hombre señalado en ese país como jefe del más importante cartel del narcotráfico en Venezuela?
Se sabe de las diferencias entre Diosdado Cabello y Nicolás Maduro en pugna por el liderazgo de la Venezuela post Chávez. Constitucionalmente, la sucesión a la muerte de Chávez debería haberle correspondido a Cabello como presidente del Parlamento venezolano. Sin embargo, la Cuba de los hermanos Castro impuso a Maduro, que es un hombre que responde a la isla.
Ambos personajes son lo peor entre lo más malo del chavismo, sin embargo, si hubiera que hacer una selección entre ambos desde la óptica de los intereses norteamericanos, lo más efectivo es que se hubiera seleccionado a Cabello sobre Maduro por las razones siguientes:
- Primero, Maduro debe obediencia a los mandos de Cuba y ha sido formado en una escuela netamente antinorteamericana; Cabello es un militar, excompañero de Chávez, que lo ha seguido incondicionalmente, mostrando independencia del mando cubano;
- Segundo, por su formación, Cabello es más proclive a hacer una alianza con EUA que Maduro y en ese caso no tendría compromisos ni sumisión al mando cubano;
- Tercero, si EUA se ha acercado a Cuba debido al fracaso venezolano, y si Cabello en el poder cortara lazos con la Habana, la isla quedaría en manos de EUA;
Pocos dudan del apoyo de los militares a Cabello, apoyo del cual Maduro carece. Cabello fue un operador aventajado de Chávez y no un hombre ideologizado, como sí lo es Maduro. Pocos dudan también que para la política norteamericana en Latinoamérica y para la disminución de la influencia de la izquierda en el área, un acercamiento a Cabello hubiera resultado en una posibilidad de solución a la crisis de Venezuela a corto y medio plazo sin intervención cubana.
El viaje previo de Cabello a Brasil para negociar con Lula da Silva y la posterior negociación de Cabello con el enviado norteamericano Thomas Shannon, indica que EUA se ha percatado del error que cometió en el trato público de los supuestos compromisos ilegales de Cabello, quien sabe si sembrados por la inteligencia cubana queriendo definir la lucha interna por el poder en favor de Maduro para beneficio de la nefasta eternización del castrismo en Venezuela.
Por las razones anteriores pudiera decirse que EUA cometió un error político en la evaluación de la lucha entre Maduro y Cabello y quién sabe si el verdadero objetivo tras esta reunión entre Shannon y Cabello sea el inicio de una estrategia para clarificar el panorama interno venezolano, eliminando a Maduro y al “factor cubano” con vistas a un cambio a medio plazo, porque mientras los hermanos Castro continúen mandando en Venezuela, no habrá solución.
Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com |
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Ecuador: de líder a Presidente |
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Escrito por Indicado en la materia
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Viernes, 19 de Junio de 2015 11:23 |
Por Simon Pachano.-
En la mañana habló Rafael Correa, en la noche lo hizo el presidente de la República. El aliento a la confrontación, la iracundia, los insultos, las palabras desbordas y el tono airado del primero contrastaron con el llamado al diálogo, la tranquilidad, el lenguaje moderado y el tono pausado del segundo.
El tema tratado era uno solo: las leyes económicas recientemente propuestas y la reacción que estas provocaron en la ciudadanía. El primero ratificó su inquebrantable decisión de no dar un solo paso atrás, de no cambiar una palabra ni una coma. El segundo comunicó su decisión de retirar los proyectos de ley. Habían pasado apenas ocho horas entre las dos intervenciones, tiempo suficiente para que Rafael Correa cruzara su pecho con la banda presidencial y cambiara radicalmente de posición.
Independientemente de los motivos –entre los que seguramente se contará una sutil insinuación de la curia sobre el ambiente que encontrará el papa-, lo cierto es que ese cambio entraña algo más que una expresión de esquizofrenia política. A lo largo de los ocho años que lleva a la cabeza del gobierno, Rafael Correa jamás había dado un paso hacia atrás. Por el contrario, siempre reivindicó su derecho a imponer sus decisiones, sin debate, sin búsqueda de acuerdos. Era una estrategia de hechos consumados, que rendía los frutos esperados porque no encontraba obstáculos en los débiles y fragmentados grupos de oposición ni en una ciudadanía adormecida por la bonanza económica. En definitiva, podía darse el gusto de gobernar sin hacer política.
El discurso del lunes en la mañana fue la continuación de esa visión. El de la noche fue el de su bautizo en la política, entendida ésta como lo que es, un camino zigzagueante que está definido por el intercambio con otros actores. Sin embargo, al especificar que el retiro de los proyectos de ley es solamente temporal y al defenderlos con los mismos argumentos que irritaron a los manifestantes callejeros, se pudo ver que le resultará muy difícil, si no imposible, conducirse por esa ruta. Es muy probable que se trate de un paso táctico motivado por la necesidad de asegurar la visita papal y sacar provecho político de ella. Pero, si es así y si vuelve a presentar los proyectos, la reacción podrá ser aun mayor a la observada en la semana anterior.
Como balance final queda el alto el costo político que debió pagar Rafael Correa. Su retroceso –sin ministros fusibles que puedan pagar las consecuencias- demostró que sin bonanza económica y con leyes que tocan los bolsillos no existen líderes invencibles. Las bajas expectativas económicas para los próximos meses llevan a sostener que se profundizará esa erosión del liderazgo y que tendrá poco espacio para mantener el estilo que le aseguró éxitos. Tampoco su conversión en Presidente le asegurará mantener los niveles de apoyo que ha tenido hasta ahora, porque ese giro no concuerda con su trayectoria ni con la imagen que la ciudadanía creó –y apoyo casi religiosamente- durante poco menos de una década.
INFOLATAM
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El “evismo es mucho más fuerte que el masismo” |
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Escrito por Indicado en la materia
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Viernes, 22 de Mayo de 2015 10:55 |
Por Fernando Molina.-
La oposición boliviana completó su victoriosa actuación en las elecciones regionales y municipales del 29 de marzo ganando los dos balotajes o “segundas vueltas” que se organizaron este domingo en las regiones del Beni, en el oriente del país, y Tarija, en el sur.
(Infolatam).- En el Beni, plaza fuerte del antievismo, una región en la que nunca ganó un candidato con los colores del partido del presidente Evo Morales, el candidato opositor, Carlos Dellien, obtuvo, según los resultados extraoficiales, el 50,4% de los votos, mientras que el oficialista Alex Ferrier logró el 49,6%; una diferencia exigua que permite avizorar problemas durante el recuento oficial, el cual será dirigido por un tribunal electoral desprestigiado por sus controvertidas decisiones durante el proceso, sobre todo la eliminación, diez días antes de la primera vuelta, del partido Unidad Demócrata del Beni, de Ernesto Suárez, por haber difundido una encuesta no autorizada. Esta sanción, definida por una ley electoral “draconiana”, es la que explica, primero que todo, el que la oposición del Beni solo haya conseguido –luego de “subirse” a la sigla de una agrupación local sin perspectivas– un resultado estrecho y susceptible de ser desbaratado por alguna argucia administrativa esgrimida por el Movimiento al Socialismo (MAS).
La victoria en Tarija, en cambio, fue mucho más holgada: Adrián Oliva, que igual que Dellien representa en su región a la coalición opositora nacional Unidad Demócrata (aunque Dellien, como hemos visto, esté usando una sigla “prestada”), superó ampliamente (61 a 38%) al candidato oficialista Pablo Canedo. Oliva también había logrado el primer puesto en la primera vuelta, pero no pudo definir entonces por la falta de una pequeña cantidad de votos.
Estas victorias deben sumarse a los extraordinarios resultados obtenidos por la oposición en primera vuelta en La Paz y Santa Cruz, con lo que los partidos antigubernamentales controlan cuatro de nueve gobernaciones, restaurando un relativo equilibrio del poder regional, el cual se había roto desde 2009.
Un análisis de la renovada fortaleza de la oposición debe incluir los logros de los candidatos no masistas en los principales municipios del país, sobre todo la victoria de Soledad Chapetón en El Alto, que rompió el tradicional dominio del MAS sobre la “ciudad rebelde”, que en 2003 tuvo un papel estelar en el levantamiento popular que llevó a Evo Morales al poder. También fue importante para este bando de la política boliviana arrebatar al partido gubernamental la alcaldía de Cochabamba, la tercera capital del país, y conservar las de las dos capitales más importantes, La Paz y Santa Cruz de la Sierra.
Sin embargo, al mismo tiempo la mayoría de los electores siguen simpatizando con Evo Morales, que registra un índice de popularidad mayor al 70%, y aprueba con números igual de abultados su gestión. Como sintetizó el vicepresidente Álvaro García Linera en una entrevista con El País, hace un par de semanas, el problema que tiene el grupo gobernante boliviano es que “el evismo es mucho más fuerte que el masismo”.
En otras palabras, existe una diferencia de calidad entre las elecciones presidenciales y las locales, en las que el MAS, desprovisto de su gran caudillo, Evo Morales, tiende a obtener peores resultados. Pero también hay que contar los errores estratégicos cometidos por el oficialismo, el cual seleccionó postulantes débiles o inviables en varios lugares, solamente por sus necesidades políticas internas, confiando en que la sigla que estos candidatos representarían bastaría para auparlos al triunfo.
Sin embargo, cuando las encuestas mostraron al MAS su error , Morales trató de enmendarlo metiéndose de lleno en la campaña y advirtiendo a la población que no debía votar por la derecha, para defender el proceso que él dirige. Lo interesante es que este recurso terminó siendo contraproducente: agudizó la caída en las encuestas de los candidatos oficialistas. También es notable que la participación del Presidente en las campañas de balotaje no hubiera servido para asegurar el éxito oficialista.
Igual que los otros candidatos opositores que superaron al MAS el 29 de marzo, los ganadores en esta jornada obtuvieron el favor popular concentrándose en criticar las gestiones de las autoridades oficialistas que los antecedieron, lo que les permitió generar el “voto castigo” de los electores. El MAS reconoció que su “falta de liderazgos locales”, e incluso que algunos de sus candidatos hubieran sido sancionados por el electorado por estar involucrados en hechos de corrupción. Al mismo tiempo, consideró que no se ha producido un daño perdurable al proceso dirigido por Evo Morales, en la medida en que este siga siendo el que decida las grandes líneas de la gestión pública, y el líder más poderoso del país.
Esta incapacidad para pasar de un proyecto caudillista a uno de índole más institucional no genera grandes cuestionamientos dentro del MAS, ni tampoco lo hace el que las disputas internas hayan comenzado a aflorar, expresando y al mismo tiempo facilitando las derrotas electorales. De alguna manera se da por supuesto, tanto interna como externamente, que la viabilidad del MAS depende de la presencia de Morales en la arena política; por tanto, el siguiente paso es puramente lógico: la necesidad de reelegirlo indefinidamente, pasando por encima de la cláusula constitucional que restringe esta posibilidad. No es casual, por tanto, que justo después de la primera vuelta de las elecciones subnacionales el MAS haya comenzado a discutir, como quien no quiere la cosa, la posibilidad de ir a un referendo para cambiar este restricción.
Que el MAS no puede prescindir de Evo Morales –y que por eso requiere de la elección indefinida para seguir en el poder– es claro y quedó todavía más claro en los días de definición de candidatos para estas elecciones regionales y municipales, en los que se produjeron feroces luchas en las filas oficialistas, que ni siquiera la autoridad del Presidente pudo conjurar.
INFOLATAM
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