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SOSTENIBILIDAD TRIBUTARIA PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Jueves, 21 de Enero de 2010 11:20

Por GUILLERMO RUIZ ZAPATERO.

El "Comité sobre el Futuro Fiscal de los Estados Unidos" ha publicado un extenso Informe titulado “Eligiendo el futuro fiscal de nuestra Nación”.El mismo aborda detalladamente el problema de la sostenibilidad a “largo plazo” del presupuesto federal si se proyectan las políticas de gasto e ingreso federal actuales. La necesidad y oportunidad del mismo es evidente cuando dicha cuestión es objeto de permanente consideración y cuando los actores políticos responsables de dicha sostenibilidad deberían dar ejemplo de transparencia y debate sobre las herramientas utilizadas para alcanzar dicho objetivo.

Una de las características de las nuevas realidades políticas es la del escaso o nulo margen para la improvisación. Como dice Manuel Castells (Magazine de La Vanguardia del 17 de Enero) : “la clase política todavía no se ha convencido de que se ha acabado el sistema en el que estaban y de que si ellos mismos no lo reforman y lo reorganizan, se lo reformarán o se lo destruirán sin reforma (…) Preveo tres niveles. Uno es la posibilidad de una individualización extrema (…) con un aumento del crimen, la violencia o, en nuestro contexto de la xenofobia o el racismo en términos totalmente destructivos.

Después puede haber un nivel de explosión social colectiva o de critica social al sistema que se manifieste votando a alternativas demagógicas que caoticen la forma de organización, y, por último, existe la posibilidad de una reforma de las instituciones políticas aumentando la participación, generando nuevas formas de articulación por internet y sintiéndose responsables de las demandas de los ciudadanos. Si esta forma noble no se produce-y aquí la clase política actual tiene que reformarse a sí misma-, entonces la ruptura social o la violencia individual pueden generalizarse. Y todo depende de cómo evoluciones la crisis económica”.

Por esta razón, todos los políticos deberían empezar por utilizar también los términos y definiciones usados por el Informe aquí comentado, en especial, los de “sostenibilidad tributaria” y “brecha tributaria”.Exigen esfuerzo y dedicación y dejan poco margen a la creencia de que la sociedad actual pueda ser lo que ninguna fue, es decir, una cera maleable en cualquier forma:

SOSTENIBILIDAD TRIBUTARIA

Los economistas califican a una política fiscal como insostenible si la deuda de un país está creciendo más rápidamente que su PIB. El Informe define la sostenibilidad de otra forma muy aproximada: un presupuesto es sostenible si durante un largo período: (1) tiene un ratio estable de deuda-PIB y (2) los ingresos tributarios y los gastos están equilibrados y previsiblemente permanecerán equilibrados. A estos efectos se define “un largo período” como 75 años.

 

Otros definen sostenibilidad tributaria de forma algo diferente (ver OECD, 2007; Schick, 2005).Por ejemplo, algunos afirman que la sostenibilidad tributaria exige que el valor actual de los excedentes presupuestarios futuros exceda del valor actual de los déficits presupuestarios futuros (Anderson y Sheppard, 2009).Esta es una definición más exigente que la usada en este Informe. Sobre todo, opinamos que la solvencia, definida como un exceso de la renta esperada sobre el gasto esperado, es al mismo tiempo una condición insuficiente e innecesaria de la sostenibilidad tributaria.

 

 

La definición de sostenibilidad no requiere especificar un objetivo del ratio deuda-PIB, y cualquier objetivo es potencialmente arbitrario, especialmente si no está sujeto a ajustes a la luz de nuevas circunstancias. Grandes deudas pueden devolverse, pero incluso pequeñas deudas pueden no ser sostenibles si la renta futura no es suficiente. Sobre todo, la deuda pública puede permanecer alta durante décadas y experimentar grandes oscilaciones a lo largo del tiempo. Por ejemplo, el ratio de la deuda pública del Reino Unido ha oscilado entre el 20 y el 270 por ciento y promediado en un 117 por ciento en los últimos 300 años. Aunque la deuda pueda haberse considerado insostenible en una serie de ocasiones de ese largo período, el hecho de que el Reino Unido nuca suspendiera sus pagos significó que el presupuesto era sostenible (Wyplosz, 2007)

 

Cualquier ratio deuda-PIB elegido como objetivo para la estabilización debe ser lo suficientemente bajo para inspirar confianza en los inversores que compran deuda de n país. El objetivo de estabilización elegido en este estudio, un ratio deuda-PIB del 60%, es elegido tanto por ser factible a corto plazo como para minimizar el riesgo de un adeuda creciente en el futuro. La parte prospectiva del objetivo está relacionada con la segunda parte de la definición de sostenibilidad usada aquí, que los ingresos y los gatos den estar aproximadamente equilibrados en el largo horizonte temporal.

 

 

La aritmética de la estabilización del ratio es directa. La deuda no puede crecer más rápido que le economía en cualquier período largo. Aritméticamente, el déficit primario-que es la diferencia entre ingresos y gastos (distintos del interés de la deuda) debería ser cero si el tipo de interés promedio de la deuda iguala la tasa de crecimiento de la economía.

 

 

Si el pago anual de interés sobre la deuda es el 5 por ciento del PIB y el déficit es igual al pago del interés, la deuda crecerá al 5 por ciento anualmente. Si la economía está creciendo también a una tasa del 5%, el ratio deuda-PIB permanecerá constante. Si el pago de intereses de la deuda como porcentaje del PIB excede de la tasa de crecimiento de la economía, entonces un excedente primario del presupuesto es necesario para estabilizar la deuda. Si el pago de intereses es menor que la tasa de crecimiento de la economía, entonces un déficit presupuestario primario puede ser consistente con la sostenibilidad tributaria ( von Furstenberg, 1991)

 

BRECHA TRIBUTARIA

 

La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) y otros han calculado una medida de la brecha tributaria como magnitud por la cual un presupuesto sobre un largo período se aparta de la sostenibilidad (con la sostenibilidad definida como un equilibrio a largo plazo entre los gastos esperados y los ingresos esperados (Auerbach, 1994; CBO, 2009).Los flujos federales esperados a largo plazo de gastos e ingresos están representados por un solo número, que es el valor actual de los pagos futuros al Tesoro y del Tesoro, descontados por el valor temporal del dinero para hacerlos comparables con los pagos de hoy.


La brecha tributaria es por tanto una medida del valor actual del desequilibrio tributario de la nación. Tal brecha refleja la insuficiencia de los ingresos en relación con los gastos estimados de un período dado. La cuantía de la brecha tributaria puede decirse que representa la medida en que el gobierno necesitaría inmediatamente y permanentemente elevar los impuestos, reducir los gastos o usar una mezcla de ambos para mantener la deuda del gobierno en el mismo tamaño relativo comparado con el de la economía al final de un período dado.

 

Una ventaja de la “brecha tributaria” es que condensa una serie temporal larga de estimaciones en un solo número significativo que puede usarse para juzgar la escala requerida de una acción de corrección y para comparar con estimaciones de la brecha hechas en diferentes momentos o en relación con presupuestos con diferentes componentes de políticas de gasto a proyectar en el futuro. Una desventaja de la medida de la “brecha tributaria” es la cantidad de sofisticación matemática requerida para interpretarla.

 

Usando la herramienta estándar del CBO, Auerbach and Gale (2009) estimaron la brecha tributaria del presupuesto federal de partida a mediados del 2009 en el 4,4% del PIB para los flujos proyectados hasta el 2085 y del 6,25% del PIB si los flujos se proyectan indefinidamente. Bajo presupuestos teóricos alternativos más similares a los aquí utilizados, las estimaciones de la brecha tributaria oscilan entre el 7,44 y el 9,36% del PIB.

 

Este es el Informe completo

 

Esta es la página “Eligiendo nuestro (USA) futuro fiscal”

REFERENCES

Anderson, B., and Sheppard, J. (2010). Fiscal futures, institutional budget reforms, and their effects: What can be learned? OECD Journal on Budgeting, 2009(3).

Auerbach, A.J. (1994). The U.S. fiscal problem: Where we are, how we got here, and where we’re going. In S. Fischer and J. Rotemberg, eds., NBER Macroeconomics Annual, pp. 141-175. Cambridge, MA: National Bureau of Economic Research.

Auerbach, A.J., and Gale, W.G. (2009). The Economic Crisis and the Fiscal Crisis, 2009and Beyond. Available: http://www.taxpolicycenter.org/UploadedPDF/411843/_economic_crisis.pdf [December 2009].

Congressional Budget Office. (2007). The Long-Term Budget Outlook. Washington, DC: Congressional Budget Office.

Congressional Budget Office. (2009). The Long-Term Budget Outlook. Washington, DC: Congressional Budget Office.

Organisation for Economic Co-operation and Development. (2007). Paris, France: Organisa­tion for Economic Co-operation and Development.

Schick, A. (2005). Sustainable budget policy: Concepts and approaches. OECD Journal on Budgeting, 5(1), 107-125.

von Furstenberg, G.M. (1991). Taxes: A license to spend or a late charge? Part three of The Great Fiscal Experiment, R.G. Penner, ed. Pp. 155-191. Washington, DC: Urban Institute Press.

Wyplosz, C. (2007). Debt Sustainability Assessment: The IMF Approach and Alternatives. HEI Working Paper No. 03/2007. Graduate Institute of International Studies, Geneva, Switzerland. Available: http://ideas.repec.org/p/gii/-2007.html [December 2009

Última actualización el Jueves, 21 de Enero de 2010 11:22
 
No es error, es estrategia PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Lunes, 18 de Enero de 2010 15:55

 

Por MANUEL VÁZQUEZ PORTAL

La política no es pasional. Juega con las pasiones. Las enrumba. Las usa. Sabe con qué elementos se exacerban y con cuáles se apaciguan. La masa es para ella –no importa la tendencia: derecha, izquierda, centro- un juguete inconsciente al que se debe saber cómo darle cuerda.

No hay política mejor diseñada que aquella que se sustenta en las reacciones pasionales ajenas y multitudinarias. Cierto simbolismo, cierta morbosidad y cierta dosis de promesas reafirmatorias, son ingredientes intrínsecos de un bien montado andamiaje político para manipular las pasiones. Y ello se elabora antes de los sucesos por los que se aguarda, con los resultados previstos.

Los políticos no juegan al azar, elaboran una estrategia para alcanzar sus fines. Hay que sospechar de las jugadas obvias, de lo que nos puede, a simple vista, parecer un error porque puede resultar una trampa, sobre todo, si estamos deseosos de que ocurra aquello hacia donde nos inducen.

Bajo esos preceptos elementales –la política es más compleja aún- me gustaría echarle una ojeada a las relaciones Cuba-Unión Europea y el debate alrededor de la posición común, todo ello teniendo muy en cuenta el papel del gobierno socialista español y su jefe de relaciones exteriores.

El gobierno de La Habana no tiene el menor interés de dialogar. Sus posiciones son insostenibles en el mundo de hoy, y lo sabe; del mismo modo en que sabe que cualquier conversación, medianamente decente, lo conduciría al reajuste y cambio de esas posiciones que durante cincuenta años le han sido eficaces y rentables.

No aceptará diálogo, pero le resulta demasiado pedestre, demasiado ramplón para su medio siglo de experiencia política, postularlo de ese modo. Entonces tiene que inducir al error ajeno mostrando un supuesto error propio.

Para tal jugada necesita un portavoz. Elige al canciller español Miguel Ángel Moratinos, quien más por intereses económicos de su gobierno que por verdadera filiación política, es el adecuado para sostener, con cierto grado de credibilidad, que Cuba está dispuesta a dialogar.

Moratinos lo hace gustoso durante largo tiempo, mientras se empolla la presidencia temporal de la Unión Europea por parte de España. No olvida el gobierno cubano que la decisión final sobre la posición común se toma de manera plural por los 27 miembros del bloque y que la unanimidad es conditio sine qua non, cuenta por lo menos con el rechazo de República Checa y Polonia, por lo que la gestión de España está, de antemano, condenada al fracaso, pero no es conveniente a corto y mediano plazo que así se vea.

Cuando el esperado diálogo pudiera celebrarse, se comete el supuesto error para que las culpas del fracaso no recaigan sobre las gestiones de su vocero -a quien necesitará más adelante- ni sobre su disposición de dialogar -porque seguirá, también supuestamente, abierto a las conversaciones- sino sobre una intromisión en asuntos internos de la nación que no puede admitir.

De ahí que al primer sospechoso de injerencia que llegue al país, se le acuse de oscuras truculencias a favor de la disidencia interna, y se le expulse del país, hecho que, a no dudarlo, será noticia que pondrá en juego las pasiones y desatará todo un berenjenal de opiniones que hará visible y creíble el error elaborado con minuciosidad para que así se fuera.

La estrategia es no dialogar pero mostrar que se está dispuesto al diálogo. De ahí que se induzca al error real con un supuesto error. Expulsar de Cuba al eurodiputado Luis Yañez-Barnuevo, un dirigente histórico del Partido Socialista Obrero Español, no fue un error, es una estrategia ensayada innúmeras veces. El objetivo, sencillísimo, ganar tiempo para una gerontocracia incapaz de resolver los problemas económicos, políticos y sociales que ha creado durante cinco décadas y por los cuales no quiere rendir cuentas ante ningún tribunal, sabe que sólo la muerte en el poder los libraría de la condena, y por ello asumen la consigna de: Après moi, le déluge, que importa lo que digan las pasiones desbocadas si el fin se alcanza.

Para las pretensiones de acercamiento del presidente Barack Obama, la misma receta: se arresta y acusa de espía al contratista Alan Gross, quien repartía computadoras y teléfonos móviles en la isla, y luego verán a qué acuerdo llegan, pero siempre en la prudente distancia que necesitan los viejos guerrilleros para morir en el poder.

Fuente: http://www.tintainfelizmierdaflorida.blogspot.com/

CAMPAÑA CUBANA POR LA LIBERTAD DE LOS PRISIONEROS POLÍTICOS
"Acuérdate de los presos como si tú también lo estuvieras".
Hebreos 13-3

PAYO LIBRE

Última actualización el Jueves, 21 de Enero de 2010 11:23
 
De la devastación a la esperanza PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Domingo, 17 de Enero de 2010 11:27

Por JOSÉ MIGUEL INSULZA

Hace sólo unos pocos días era posible conocer informes positivos sobre Haití. Se hablaba de estabilidad política, las empresas volvían a invertir aportando nuevos trabajos y se percibía un muy bien fundado optimismo hacia el futuro. Por ello la tragedia no pudo haber llegado en peor momento. El terremoto y su mortal impacto no sólo afectan todo lo que se había alcanzado, sino que además proyectan su daño hacia el futuro.

Los retos que enfrentan el presidente René Préval y su gobierno han sido dramáticamente redefinidos. Debe seguir procurando mantener la estabilidad política y el crecimiento económico de su país, pero ahora, además, debe buscar aliviar el dolor de su pueblo y reconstruir todo lo devastado.

La comunidad internacional ha desplegado una poderosa respuesta, proporcionando ayuda a corto plazo. La comunidad interamericana de naciones -los Estados Unidos, Canadá, las naciones del Caribe y América Latina- han proporcionado valiosa asistencia. Los Estados Unidos han desplegado equipos de búsqueda y rescate, movilizado múltiples agencias y se han comprometido a aportar 100 millones de dólares en ayuda a la recuperación.

Este esfuerzo debe continuar para enfrentar las preocupaciones humanitarias y económicas que la nación abordará en el futuro. La ayuda internacional será esencial para apoyar las bases estructurales e institucionales que conducen al desarrollo económico y social a largo plazo. Pero para ser efectivo, dicho apoyo debe estar coordinado.

La Organización de los Estados Americanos (OEA) se reunió horas después del terremoto para discutir la coordinación de esfuerzos de búsqueda y rescate, intercambiar información, promover donaciones y considerar maneras de estimular la recuperación. Además, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Fundación Panamericana para el Desarrollo (FUPAD) y la Junta Interamericana de Defensa activaron el Mecanismo Interamericano de Respuesta para ayudar a encarar el desastre.

Otras acciones bilaterales también ayudarán. La decisión del gobierno de los Estados Unidos de interrumpir las deportaciones de inmigrantes indocumentados haitianos y concederles un estatus de protección temporal es un paso positivo para la recuperación de Haití.

Será de una gran ayuda adicional, ya que permitirá mantener el flujo de recursos financieros y de alimentos que se necesitan desesperadamente. Los haitianos en el exterior enviaron alrededor de 1.870 millones de dólares a su país el año pasado (un 35 por ciento del producto interno bruto del país), por lo que Haití sin duda se beneficiará de un acto de apoyo como ese, al mismo tiempo simbólico y sustantivo.

El tiempo para actuar de manera colectiva y sostenida a largo plazo es ahora. Aunque cueste imaginarlo, fracasar en ese esfuerzo puede tener consecuencias aún mayores que las provocadas por el terremoto en materia social, política y de seguridad.

El gobierno de Haití, sus legisladores, el sector privado, la sociedad y la diáspora (con el apoyo de la comunidad internacional) deben transformar las consecuencias catastróficas de este desastre en la oportunidad de construcción de un marco sostenible para el desarrollo futuro de Haití.

* Secretario General de la OEA

José Miguel Insulza *

Última actualización el Domingo, 17 de Enero de 2010 11:30
 
Cómo crear empleos PDF Imprimir E-mail
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Domingo, 17 de Enero de 2010 11:13

Por CARLOS ALBERTO MONTANER

Dice Obama que quiere fomentar la creación de empleos. Cree que la recesión no termina, realmente, mientras casi la totalidad de la población activa no encuentre cómo ganarse la vida. En Estados Unidos el desempleo anda por el 10%. En España ese porcentaje se duplica y el gobierno de Zapatero se hunde paulatinamente, como si estuviera en una tembladera. Los dos, Obama y Zapatero, piensan utilizar el gasto público para estimular la economía. George W. Bush lo había hecho antes, enviando a los norteamericanos un cheque de 200 dólares, medida que estaba más cerca de la demagogia populista que de una política económica seria. Todo eso es lamentable.

Hace unos cuarenta años, un candidato venezolano a la presidencia prometió durante su campaña que crearía miles de empleos a poco de llegar al poder. Dicho y hecho: dictó un decreto mediante el cual obligaba a contratar a una persona para que apretara los botones en todos los ascensores del país. La sociedad aplaudió agradecida sin advertir que eso equivalía a crear falsos empleos, quiero decir, trabajos innecesarios que no aumentan la producción de riquezas ni mejoran la productividad. Poco después, volvió a la carga: obligó a que en los baños públicos hubiera siempre un encargado de limpieza. Otras decenas de miles de puestos de trabajo fueron creados con un chasquido de los dedos.

El mundo está lleno de ejemplos parecidos. En Andalucía, en el sur de España, se les paga a unos desempleados para que barran los parques, en lo que parece ser un curioso traslado de polvo de un sitio a otro. En Argentina, se subsidia a los ``piqueteros'' para que no armen trifulcas o para que las organicen contra los adversarios del gobierno. Tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea se les entrega grandes sumas de dinero público a ciertos empresarios agrícolas o ganaderos para que produzcan menos, como si la función del gobierno fuera mantener altos algunos precios.

Todo eso suele ser contraproducente. Para mantener el desempleo a niveles bajos, como sucede en Suiza, donde continúan por debajo del 4.5%, la única fórmula es contar con miles de empresas eficientes que compiten agónicamente y se esfuerzan en producir cada vez más utilizando cada vez menos recursos, es decir, aumentando la productividad y generando beneficios que les permiten ahorrar, invertir y crecer, lo que se transforma en nuevas oportunidades laborales.

Si un Estado quiere contribuir a reducir o liquidar el desempleo debe estimular la competencia, eliminarles obstáculos, reducir los impuestos, facilitarles la contratación, lo que también quiere decir abaratar los despidos, para que resulte factible expandirse en los ciclos favorables sin desaparecer cuando llega la hora de las vacas flacas.

Y si realmente desea que aumenten los salarios, el camino es fomentar la creación de empresas en el ámbito privado, lo que muy bien puede incluir las cooperativas u otras formas de propiedad colectiva, pero no en el sector público, porque ya sabemos a dónde conduce el Estado-empresario: a una cloaca de corrupción, dispendio y atraso técnico.

uienes todavía piensan que este modo de actuación convierte al Estado en cómplice del ``capital'' en detrimento del ``trabajo'', aún permanecen encharcados en las peligrosas supersticiones de la lucha de clases. El asunto es muy sencillo: en una sociedad sana todos los adultos deben colaborar con su propia manutención y con las responsabilidades colectivas, y eso sólo se puede lograr si desempeñan una tarea que genere o contribuya de algún modo a producir ganancias. (Un policía o un juez, por ejemplo, no crean beneficios directamente, pero sin las tareas que ellos desarrollan seguramente las empresas no podrían funcionar).

Desgraciadamente, para cualquier gobierno lo más fácil, y lo que más votos produce, es repartir dinero y asignar privilegios, operación a la que casi nadie se opone por un rasgo fatal de este tipo de acción: quienes se benefician (los que reciben) tienen nombre, apellido y rostro conocido, pero quienes se perjudican (el resto que paga la factura) es una masa difusa de contribuyentes que ni siquiera percibe que le están metiendo la mano en el bolsillo. Son víctimas inocentes que pagan con sus impuestos, o con inflación (que es un impuesto oculto) las maniobras clientelistas de los políticos de turno. Es muy difícil ponerle fin a esa perversa forma de empobrecer a los pueblos.

www.firmaspress.com

(C) Firmas Press

 

Última actualización el Jueves, 21 de Enero de 2010 11:24
 
Cero + cero = cero PDF Imprimir E-mail
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Sábado, 16 de Enero de 2010 20:58

Por LUIS TORNÉS AGUILILLA.

Lo que ocurría en Haití antes del terremoto y lo que ocurrirá allí en los próximos años, nos imponen una evidencia : para que la nación haitiana se levante algún día costará mucho, con o sin ayuda internacional.

 

Desde hace dos siglos, el mundo presencia la imposible constitución  de un Estado rector en el seno de los haitianos, un pueblo simbólicamente mayor que, aun llevando en sí el orgullo y dignidad que la historia de las Américas le otorga, nunca ha dispuesto de un mínimo vital que le sirva de estribo para su inclusión en el  concierto universal.

 

Con facilidad imaginamos los resultados que acarrea  una población de nueve millones de personas en un territorio tan  pequeño donde la mariguana, la cocaína, el SIDA, el analfabetismo y la violencia rural y urbana empujan violentamente a Haití a una tutela de facto a manos de la comunidad internacional porque sencillamente no puede ser de otro modo : la nación haitiana existe pero Haití se ha convertido en una quimera espeluznante donde  reina la ley de la jungla .

 

Haga usted su Revolución, destruya el aparato productivo del país, viole todas la leyes de la economía, decrete que lo que vale es la pureza, ya sea racial o política y, al cabo de cierto tiempo verá usted el resultado apocalíptico que obtiene.

 

Y como me es imposible dejar de hablar de Cuba, le recuerdo al amable lector que unas personas enfermas en un hospital habanero acaban de morir de frío y dicen que también que de hambre. De confirmarse ese drama, ello sería la prueba  tajante de que el sentido de humanidad que se respira hoy en la isla de Cuba está en vías de haitianización porque a la luz de la historia ( aunque nos cueste trabajo aceptarlo ) el proceso estructural haitiano es exactamente el mismo que Cuba ha seguido en sus últimos 50 años.

 

Ahora, todas las buenas voluntades se precipitarán para ayudar ante el sufrimiento inmediato de los haitianos pero una vez que haya pasado el primer impacto psicológico y que los muertos hayan sido enterrados bien sabemos que nada cambiará porque ¡ cero más cero es igual a cero !.


16 de enero de 2010.

Lección del día :  « sachons évaluer le souffle du boulet qui passe »*.

 

 

 

 

 

 

* Sepamos interpretar el soplo del cañonazo al pasar.

Última actualización el Sábado, 16 de Enero de 2010 21:00
 
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