Frente a la embajada de Ecuador [ver ubicación en el Mapa de Noticias] están apostadas desde la mañana de este viernes más de 100 personas, pero detrás de la cinta amarilla con la que la policía ha bloqueado toda la manzana hay otras 100 personas que se enteraron tarde de lo que estaba sucediendo.

La policía no deja pasar en ninguna dirección: "Los que se quedaron adentro no salen y los de afuera, no entran", dice una vecina que asegura que a ellos sí les dejan pasar con el carnet de identidad. Y agrega: "Hoy esto ha estado caliente, hoy no es día de visitas ni de merodeos raros".

El municipio del Poder Popular de Playa sirve como parqueo a más de seis ambulancias y Ladas blancos de la Seguridad del Estado, aunque sus chapas no los identifiquen como tal. En la cerca están recostados choferes y hombres con caras demasiado serias. Tres cuadras más arriba, como para no llamar demasiado la atención, pero dispuestas a salir de inmediato si fuera necesario, están apostados a ambos lados más carros patrulleros.

La gente que se ha reunido a reclamar sus derechos, en su mayoría, no son los que soñaban con viajar, sino los que ya tenían planificado su viaje, lo que incluye reservas de avión, dinero invertido en hospedaje y negocios.

"Imagínate, ya ese dinero lo tengo pasado por la planta y como no se dice en ningún lugar que nos lo van a devolver, ¿qué hago ahora?", dice un hombre con tatuajes en ambas manos y muelas de oro.

En las esquinas se ve gente explicando lo que sabe a los que acaban de llegar. Un señor grueso le echa la culpa a los que se fueron. Otro dice: "No, la culpa la tiene el Daniel Ortega ese" y añade unas cuantas ofensas.

Otro dice: "Sí, no hay puertas ni paredes para los cubanos en Ecuador, lo que hay es mucho descaro y después de esto quizás haya muchos barrotes".

Hay personas con apariencia de profesionales que han ido a ver en qué condiciones quedaron sus contratos de trabajo. Esos son los que menos hablan.

Entre los que esperan una respuesta ninguno se atreve a grabar. Pasa un taxi amarillo y su copiloto le pide al chofer que aminore la marcha, saca una cámara HD y graba, en cuanto se da cuenta de que el policía le dirá algo, le dice al chofer que arranque y aprovechan la luz verde de 5ta avenida.

Tres ecuatorianos cuentan su experiencia: "Fui a pasar y me trataron como a un delincuente", y hace el mismo gesto de prohibición que le hizo un hombre vestido de civil que decía ser policía.

Pasan muchos curiosos en carro porque la calle 42 no está cerrada. La mayoría ni se pregunta qué pasa. Un curioso se detiene porque quiere entrar al mercado de 5ta y 42 y, al ver que está cerrado, se queja. "Y que culpa tengo yo si a mí no me interesa ir a Ecuador ni un carajo. Ahora lo pagamos todos."

Una señora que pasa dice cuando se entera de lo que esta pasando: "Son unos cochinos", pero no se sabe si se refiere a los que tienen aspecto de viajar a menudo a Ecuador o a los que parecen policías.

A los que quedaron dentro del cerco apenas se les ve. Están rodeados de guaguas y carros blancos, de hombres que pasan de una acera a la otra llamando.

Entre los que quedaron fuera, unos se ríen con cinismo. Otros simplemente, tienen cara de amargura. "Se nos ha caído el mundo encima", dice uno que se ha sentado a la sombra y agrega: "Estos singaos no hacen nada para bien" y no hay quien lo vuelva a sacar de su mutismo.

DIARIO DE CUBA