Manuel Marrero reconoce que la hambruna en Cuba está al doblar de la esquina Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Jueves, 01 de Abril de 2021 02:15

El primer trimestre del 2021 ha sido desastroso para la economía cubana. La tercera ola del Covid-19 ha regresado la cuarentena al país, cerrando aeropuertos, el transporte entre provincias, municipios y estableciendo el toque de queda en numerosas ciudades.

Manuel Marrero, primer ministro de Cuba.

Para tapar el caos las autoridades tratan de esconder la realidad de la pandemia falseando cifras de la cantidad de fallecidos, obligando a los médicos a escribir certificados de defunción con causas de muertes por neumonía, bronconeumonía o influenza en vez de la causa real — Covid-19—, y vendiendo la idea de que varias vacunas de producción nacional están en camino y que seis millones de cubanos serán inmunizados antes de septiembre.

La tercera ola de la pandemia ha impedido el arribo de turistas y ha cortado la principal vía de envío de remesas: la ruta informal. Al mismo tiempo, ha hecho colapsar el sistema de salud, el cual tiene serios problemas estructurales, con la mayoría de los hospitales cayéndose a pedazos y con una escasez de medicamentos e insumos sin precedentes en la historia de la salud pública cubana.

A esto hay que sumar el aumento de la escasez de alimentos y otros productos de primera necesidad, lo cual se hace cada vez más visible en las redes minoristas. La combinación de estos factores ha agudizado la crisis política económica y social que vive la Isla en un momento que el país se encuentra a las puertas del VIII Congreso del PCC, el cual supone la retirada de los octogenarios del poder y el ascenso de una generación que nunca ha tenido en sus manos el control del Gobierno.

En medio de este escenario, la Tarea Ordenamiento implementada por las autoridades ha tenido como su mayor logro la protesta ciudadana. Mientras tanto, el bloqueo interno a los ciudadanos para generar riquezas ha desmentido el mito de que la Administración Trump afectó al cuentapropismo con las sanciones a Cuba. Los hechos y datos muestran que fue el Gobierno cubano quien paró en seco a las reformas y detuvo el crecimiento del emprendimiento en la Isla. Para ello, implementó una fuerte campaña para demonizar a los emprendedores en la prensa, subieron los impuestos, limitó a los emprendedores a tener solo una sola licencia y tomó medidas que hicieron crecer más la brecha que impone el apartheid establecido, que favorece la inversión extranjera y limita la inversión de los propios cubanos.