Enrique Iglesias, Secretario General de la SEGIB: “En Panamá no hay que esperar el nombramiento de ningún sustituto” Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 04 de Octubre de 2013 08:52

Enrique Iglesias octubre 2013

La cumbre que reunirá a los mandatarios de América Latina, España y Portugal el 18 y 19 de octubre en Panamá abrirá una nueva etapa de modernización y supondrá su transformación en reuniones bienales, dijo Enrique Iglesias, Secretario General de la SEGIB.

Esa es la expectativa del secretario general iberoamericano, el uruguayo Enrique Iglesias, que tras ocho años al frente del organismo coordinador de las cumbres dejará el cargo, aunque su relevo no será elegido en Panamá, sino previsiblemente a finales del próximo enero.

En una entrevista con Efe, el veterano político y economista destacó que la próxima cita iberoamericana “debe concentrarse en la modernización de las cumbres, tratar de buscar prioridades que se correspondan con los problemas que tienen hoy los países de la familia iberoamericana”.

P.- La cumbre de Panamá se presenta en algunos aspectos como una cumbre diferente, porque va a suponer cambios en la organización y por primera vez el rey Juan Carlos no va a poder estar presente debido a su recuperación de la operación de cadera. ¿Qué espera usted de la reunión?

R.- “Básicamente, la cumbre de Panamá es una respuesta a las preguntas y énfasis de la anterior de Cádiz con respecto al futuro de las cumbres. Todo el mundo coincide en que el mundo ha cambiado, de que el mundo está con nuevos problemas, nuevas aristas de preocupación, y la cumbre debe de alguna manera tomar esa problemática y reflejarla en sus actividades. Para ello, en Cádiz se apeló al expresidente (chileno Ricardo) Lagos y la excanciller de México Patricia Espinosa para que prepararan con el que habla un documento que ya tuvo un primer análisis de los ministros de Relaciones Exteriores y que ciertamente ahora en Panamá tendrá su sanción definitiva”.

P.- En el documento se recomienda que las cumbres se celebren cada dos años en lugar de anualmente, siendo el único foro que reúne a los mandatarios de ambas orillas del Atlántico, puede dar la impresión de que se reconoce que no hay materia para una reunión anual?.

R.- No coincido en absoluto en esa apreciación, porque cuando se hizo la cumbre no había otro foro iberoamericano, pero hoy tenemos por ejemplo un foro Europa- América Latina que trata muchos de los temas que tratamos nosotros también, hay foros regionales latinoamericanos, con un regionalismo muy activo que se ocupa de temas donde aparecen muchos de los problemas que tratamos nosotros. Hoy hay una plétora de organizaciones funcionando, todos con agendas que coinciden en parte, de manera que de lo que se trata es de aligerar la presión de una cumbre anual, para entre otras cosas compatibilizarla y acompasarla con la cumbre UE-América Latina”.

“Es una forma mejor de usar el tiempo y además de respetar las agendas de los jefes de estado muy tomadas por las serie de cumbres, de manera que lo que hace es responder a la nueva realidad que estamos viviendo y concentrar en el periodo entre cumbre y cumbre la acción con los cancilleres, que se reunirán entre cada una de ellas, reunión que estará precedida además por otra de los organismos de cooperación iberoamericanos”.

P.- El documento recomienda asimismo la creación de un Fondo Iberoamericano de Cooperación. ¿Se aprobará en Panamá?

R.- “Es una sugerencia en discusión. Las cumbres las financian los gobiernos y organismos internacionales que se suman a los objetivos, y se ha pensado que siguiendo el ejemplo de lo que hay en otras partes se pudiera también contar con fondos privados para apoyar proyectos previamente autorizados por los gobiernos. Sería sumar recursos privados en aquellas áreas donde los gobiernos desean tener acción. No se trata que el Fondo marque las prioridades de las cumbre sino que las cumbres apelen al Fondo para apoyar sus esfuerzos. No sustituye a lo que estamos haciendo ahora, sino simplemente se trata de complementar en un momento en el que hay problemas de recursos mucho más magros que en el pasado”.

P.- También se recomienda un cambio en el reparto de la financiación, que en la actualidad recae principalmente en España, que aporta el 60 por ciento (70 % junto a Portugal) frente al 30 % que asume América Latina?.

R.- “La idea y la proporción está en discusión. La idea es ir avanzando lentamente para que se convierta por mitades, América Latina y la Península Ibérica (50-50), pero hay que llegar por etapas. Veremos cuál es la primera etapa y eso es lo que se va a discutir en Panamá”.

P.- Se ha citado una nueva proporción de 60 % España y Portugal, y el 40 % restante los países latinoamericanos?

R.- “Esa es una de las ideas que más ha circulado. Pero aún no está decidido”.

P.- Tradicionalmente, se tiende a medir el éxito de las cumbres en la proporción de asistencia de jefes de estado y de gobierno. ¿En esta saben ya cuántos mandatarios han confirmado su asistencia?.

R.- Está en proceso de confirmación. Es un concepto que se tiende a reducir la imagen de las cumbres a un concepto aritmético, de quién concurre o no. Con ello se cometen dos simplificaciones, la primera es que las cumbres son preparadas por todos los gobiernos, y todos los gobiernos están representados en las cumbres. Cuando no va el presidente, a veces va el vicepresidente o el ministro, pero no están ausente ningún gobierno”.

P. ¿En esta tienen una mayoría de confirmaciones?

R.- “Ese tema lo está manejando directamente Panamá. Yo no tengo las últimas noticias, pero creo que hay por ahora una buena concurrencia, pero hay que ver como se concreta finalmente este buen deseo”.

P.- ¿La cumbre de Panamá tiene que abordar la renovación al frente de la SEGIB, su relevo, ¿cree que va a salir la persona que le va a sustituir en esta labor?

R.- No, el gobierno de Panamá ha sugerido, y esto ha sido aprobado, que el tema de la elección del futuro secretario no se haga en Panamá, sino en una etapa posterior, un par de meses más tarde para que la cumbre se concentre específicamente en los problemas que marcó Cádiz. Y la elección siempre es un factor de concentración de atención y debilitaría la atención de la cumbre en los temas de sustancia que marco Cádiz. De manera que en Panamá no hay que esperar el nombramiento de ningún sustituto. Eso vendrá un par de meses después”.

P.- Usted sabe que en estos casos siempre hay nombres en circulación, no le voy a pedir un nombre, pero si el perfil que desde su experiencia en la SEGIB debería tener su sucesor?.

R.- “Le voy a decir el perfil como yo lo veo, que no necesariamente tiene que ser como lo ven los gobiernos o como lo ve el público en general. Creo que tiene que ser primero una persona que tenga confianza en la comunidad iberoamericana, que crea que vale la pena trabajar por este objetivo y que aporte el conocimiento diplomático, internacional, la trayectoria que pueda haber tenido, pero lo importante es sumarse a este esfuerzo con la convicción de que vale la pena trabajar por Iberoamérica”.

P.- ¿Ayudaría que haya tenido una experiencia fuerte de gobierno, que haya sido ministro o incluso jefe de Gobierno?.

R.- “Ahí el convenio de Santa Cruz de la Sierra marca los rasgos que requiere el secretario general: que tenga experiencia de política nacional e internacional”.

P.- ¿Usted ha echado de menos tener alguna prerrogativa. Pediría alguna más para el secretario general iberoamericano?

R.- Creo que cada secretario tiene su punto de vista y hay que dejarle que lo ponga en práctica. A mi me tocó la etapa del lanzamiento. Son ocho años los que marcan el reglamento. Terminan ahora y creo que vienen nuevas etapas, pero seguramente hay que darle margen de libertad para que le dé los énfasis que considere apropiados escuchando a los gobiernos, en primer lugar, pero aportando su visión sobre Iberoamérica y su futuro”.

P.- Después de estos intensos ocho años ¿Cuál es su balance?

R.- “Estoy muy contento de haber pasado por esta experiencia. Creo que hay una realidad iberoamericana que responde a muchos años de existencia de un grupo de países que han tenido encuentros y desencuentros, pero tienen muchas cosas en común, aparte de las dos lenguas dominantes, forma de vida, cultura… y todo eso hace que haya en el espacio iberoamericano capacidad de hacer cosas juntos, que no van contra ninguna otra acción colectiva, sino que suman esfuerzos en lo que debe ser el objetivo común: buscar el progreso económico y fortalecer la democracia. Creo que lo que hace la comunidad iberoamericana no es reemplazar a ninguna organización ni enfrentarse a ninguna organización, sino trabajar por una realidad social que tiene esos largos años de convivencia y un factor que les une, que es la cultura”.

P.- Para usted ¿cuál ha sido el mejor momento y el más difícil?

R.- “He tenido momentos muy agradables, porque hemos tenido el apoyo de todos los gobiernos. Siempre hay pequeños roces, pero en lo esencial estoy muy contento de que se ha mantenido esto y el hecho de que ha habido 23 cumbres, casi un cuarto de siglo, anuales, es ciertamente un proceso de convicción de que realmente el tema importa a los gobiernos, sino no estarían ahí y debemos agradecer en ese sentido mucho a la figura del Rey Juan Carlos, que ha sido una figura de unidad, precisamente a partir de su profunda convicción de la validez de este esfuerzo”.

P .-¿Qué consejo le daría a su sucesor o sucesora?

R.- “Le diría que vea lo que se ha hecho y que trate de superarlo. Creo que habrá gente que podrá aportar más con otras vertientes, con otras experiencias. Esto es una suma. Los organismos internacionales son una suma de muchos esfuerzos, donde todo cuenta, los cimientos, el primer piso, el segundo… todo cuenta”.

P.- En estos años al frente de la SEGIB, el mundo ha cambiado mucho, el mundo era otro, América Latina era otra, España y Portugal eran distintas cuando usted llegó. ¿Cómo ve ahora el futuro de América Latina como región, y del espacio iberoamericano?.

R. – “Efectivamente en estos ocho años estalló una de las crisis financieras más grandes de la historia de la humanidad, sin duda la más grande desde los años 30 y estamos todavía en vías de superarla. Hemos superado algunos problemas, pero en lo esencial, todavía no ha sido articulado y sobre todo aún no hemos recuperado los grandes balances entre lo económico y financiero, que es fundamental para seguir creciendo bien. Eso nos tocó en el medio. Y ahí aparecieron nuevas prioridades. América Latina se consolidó con un crecimiento mucho más vigoroso, que les permitió pasar las turbulencias de la crisis mucho mejor que otras parte. España, en cambio, dentro de la zona euro, tuvo los impactos de la crisis de la región y lo está superando también, con grandes esfuerzos sociales y políticos. Esto abre puerta a nuevas formas de cooperación. La pregunta que uno tiene que hacerse hoy es ¿qué puede hacer la relación iberoamericana para ayudar a América Latina para sortear sus nuevos desafíos y qué puede hacer esta cooperación para ayudar a la Península Ibérica para salir adelante?. Es un momento de ayudarse mutuamente y para eso está el espíritu iberoamericano” .

P.- El mundo se está polarizando, en América Latina también hay intereses diferenciados entre grupos de países. No se ve una unidad regional que les haga más fuerte en el mundo global? ¿Hay peligro de disgregación?.

R.- “No se puede caer en la simplificación de hablar de América Latina sin reconocer que los problemas nacionales son distintos. Pero lo que si destaco es que en América Latina ha habido una gran capacidad por hacer cosas juntos, incluso en estos años se ha despertado un regionalismo latinoamericano muy vigoroso, la creación de CELAC, la creación de Unasur, la ALBA, son todos frentes que muestran que hay en América latina capacidad de acción conjunta, luego no significa que los problemas sean los mismos. Uno puede por encima de las diferencias encontrar los puntos de coincidencia y trabajar sobre ellos. En la comunidad iberoamericana, cada país tiene sus problemas propios, pero eso no evita que haya capacidad de trabajar juntos”.

P.- ¿Usted seguirá al frente de la SEGIB hasta que llegue su relevo?

R.- “Hasta en tanto no venga un nuevo secretario ejecutivo seguiremos aquí sirviendo a la SEGIB a la espera de poder entregarle el paquete”.

P.- ¿Y cuándo será?

R.- “No sé, en la última reunión de los cancilleres se habló del fin del próximo enero”. Para la elección “los jefes de estado delegarán en los cancilleres y se buscará un consenso”.

P.- ¿Por qué se ha evitado que se decida en Panamá?

R.- “Porque el Gobierno panameño no quería que el tema de la elección capturase toda la energía de la conferencia. Y con mucha razón, creo que ha hecho muy bien. Si no hubiéramos tenido esta cumbre dedicada exclusivamente a debatir la elección y eso secuestraría todo el tiempo en ese objetivo”.

P.- ¿Eso es quizás porque piensan que hay distintos perfiles que pueden optar y dificultar el proceso de elección, con candidatos, por ejemplo, presentados en representación de distintos bloques, como el bolivariano?

R.- “Eso tiene que preguntárselo a los panameños. Es una cosa muy normal y muy prolija por parte de Panamá haber actuado así”.

Tomado de INFOLATAM/EFE