El ascenso de Rafael Correa, seguido de su consolidación en el poder, ha provocado que todos los poderes hayan quedado en manos del correismo. Solo subsiste ajeno al control del presidente la ciudad de Guayaquil en manos del centroderecha, ahora liderado por Jaime Nebot.

(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. La portuaria ciudad de Guayaquil, capital económica y comercial de Ecuador, permanece en manos de la derecha desde 1994, primero con León Febres Cordero como alcalde (1992-2000) y luego con Nebot al frente de la municipalidad.

Correa, guayaquileño desde que saltó a la arena política nacional en 2005, ha ido cosechando éxitos y acumulando poder: ganó la presidencia en 2006, derrotó al poder legislativo en 2007 y a la “partidocracia” en las elecciones de 2009. Desde 2011 el poder judicial favorece también al presidente.

Como explica el académico John Polga-Hecimovich “la debilidad de la Asamblea y su ineficiencia para legislar en comparación con el Presidente da pistas sobre la relación entre los poderes del Estado. En el escenario actual, el Presidente impone su voluntad sobre todas las facetas de la política ecuatoriana, además del peso que ejerce sobre la rama judicial. Si se suma a esto la falta de autonomía provincial, es claro que todo fluye a través de Carondelet”.

Más allá de la discrepancia entre el éxito legislativo, las interacciones públicas entre líderes de la Asamblea y el Presidente demuestran la hegemonía del segundo.

Solo Guayaquil ha sido capaz de resistir el ascenso correista.

Las elecciones municipales de 2014

Por todas estas razones, las elecciones municipales del próximo 23 de febrero tienen un componente nacional muy marcado por la posibilidad de que Correa acabe con el principal bastión opositor a su gestión.

Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil

Por ello, la gran apuesta presidencial se ha centrado en lanzar la candidatura por PAIS de la joven exgobernadora del Guayas, Viviana Bonilla y a la vez socavar la figura de Nebot, quien cuenta con una gran popularidad en la ciudad.

“A Febres Cordero, en primer lugar, y a Nebot, en segundo, se les atribuye la recuperación y hasta el “renacimiento” de una ciudad cuyo control político lo mantuvo durante muchos años la familia Bucaram (en especial Abdalá y Elsa)”, comenta Rubén Darío Buitrón.

En la batalla por Guayaquil, Rafael Correa espera derrotar a la segunda figura política de más peso en el país, el alcalde guayaquileño. Algo que quedó muy claro en uno de sus últimos discursos: “Querida Guayaquil, llegó la hora de tu segunda y definitiva independencia, de liberarte de las oligarquías que te han dominado durante tanto tiempo”.

El mandatario finalizó su alocución asegurando que “tendrán todo el dinero del mundo, el descarado e indecente apoyo de sus medios de comunicación, la propia administración municipal, pero ahora serán derrotados por lo mejor de la política nacional, por la Revolución Ciudadana, por la fuerza de la juventud, por la belleza, el empuje, por la ternura de la mujer guayaquileña. Haremos de Guayaquil verdaderamente independiente, incluyente, joven, bella con rostro de mujer.  Por Guayaquil independiente, hasta  la victoria siempre”.

El Partido Socialcristiano (PSC) de la mano de Febres Cordero (quien además fuera presidente del país entre 1984 y 1988) conquistó Guayaquil en 1992. Su heredero y sucesor, Nebot, controla la ciudad desde 2000.

Las grandes peleas por Guayaquil

El objetivo de Correa no es solo poner a Bonilla en la alcaldía de Guayaquil sino dominar el Consejo, que ha estado en manos del PSC desde 1992.

Durante los 21 años que el Partido Social Cristiano (PSC) ha gobernado Guayaquil lo ha hecho con mayoría en el Concejo Municipal.

Rafael Correa junto a Viviana Bonilla

El Concejo está formado por 15 ediles y Febres Cordero logró que el PSC pasara de contar con 9 en 1992 a 14 en 2000.

Con Nebot esa mayoría ha ido bajando a 12 en 2004 y a 8 en 2009.

La única organización política que ha incrementado su número en el Concejo Municipal, desde 1992, ha sido Alianza País.

En el 2006 fue el primer año en que el movimiento oficialista incursionó en el Municipio con Octavio Villacreses, actual asambleísta. Luego, en el 2009, ascendió a cinco.

La pugna entre el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, y el alcalde opositor de Guayaquil, Jaime Nebot, se intensificó en 2013 tras la denuncia de que el Gobierno quiere “sacar” al puerto marítimo de esa ciudad costera.

Rafael Correa: “Querida Guayaquil, llegó la hora de tu segunda y definitiva independencia, de liberarte de las oligarquías que te han dominado durante tanto tiempo”.

En un mensaje televisado a todo el país, el alcalde de Guayaquil advirtió, de manera vehemente, de la supuesta intención del Gobierno de construir otro puerto marítimo en el sector de Chandui, en la vecina provincia de Santa Elena.

“Si el joven de 50 años que preside el Ecuador (Correa) todavía no ha aprendido geografía y afirma o firma cosas confusas, ese es su problema, pero lo claro es que sus afirmaciones implican sacar al puerto de Guayaquil”, señaló Nebot.

“Jamás vamos a permitir que la actividad portuaria de Guayaquil sea reducida prácticamente a la nada y que burócratas centralistas decidan que se importa y exporta por Guayaquil, perjudicando a sus habitantes”, añadió Nebot.

Además, los gobiernos de Correa y Nebot están enfrentados por el emplazamieto del monumeto a Frebres Cordero. Correa ha sostenido que es ilegal la instalación en Guayaquil de un monumento al expresidente León Febres Cordero,  ya que el lugar elegido es una plaza en un barrio patrimonio histórico.

El busto gigante del exmandatario, obra del escultor español Víctor Ochoa, se encuentra retenido en la aduana tras una demanda en contra de su colocación.

Así pues, en Guayaquil se va a vivir una batalla que va mucho más allá de saber quién será el próximo alcalde.

Tomado de INFOLATAM