La izquierda bolivariana profundiza su divorcio con el ecologismo Imprimir
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Lunes, 29 de Junio de 2015 09:51

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El auge de los movimientos de izquierda “bolivariana” durante la pasada década en América latina traía una agenda favorable a las tesis indigenistas y ecologistas. Sin embargo, con el pasar de los años y una vez en el poder, se ha producido una ruptura entre los gobiernos y movimientos del “socialismo del siglo XXI” y los defensores de la naturaleza.

(Infolatam, por Rogelio Núñez)-. La raíz de esta ruptura se encuentra en que gobiernos como el de Rafael Correa, Evo Morales, Daniel Ortega o el chavismo en Venezuela antes que fuerzas de izquierda defensoras de las tesis ecologistas son, en esencia e ideológicamente, nacionalistas de corte desarrollista que anteponen el crecimiento económico al respeto al medioambiente.

Como han construido un modelo de desarrollo basado en la exportación de commodities que, a su vez, alimenta su elevado gasto fiscal en subsidios y políticas sociales, necesitan seguir incrementando las exportaciones a fin de que la bicicleta económica en la que están montados no se pare y acabe por los suelos.

El abandono de las tesis ecologistas

El ecologismo fue un buen compañero de viaje para conquistar el poder pero una vez en él se ha convertido en un crítico molesto, primero, y en un enemigo después. Los ejemplos de ello abundan en la región:

Rafael Correa con su mano manchada por los desechos del Yasuní

Rafael Correa con su mano manchada por los desechos del Yasuní

En Ecuador, Rafael Correa alcanzó el poder en 2007 prometiendo que los yacimiento del Yasuní no serían explotados para preservar la integridad medioambiental de la Amazonía.

Sin embargo, en 2013, ante el fracaso de encontrar financiación internacional, abrió la puerta a su explotación con el siguiente argumento de tipo desarrollista: “Es un error subordinar derechos humanos- básicamente una vida plena y sin miseria-, a supuestos derechos de la naturaleza … Cuánta necesidad en la Amazonía, cuánto hemos avanzado: carreteras, hospitales, escuelas del milenio, puentes, etcétera, pero cuánto nos falta todavía por avanzar. Y hay gente que nos pretende hacer creer que nos sobra la plata”.

En el caso de Bolivia, Evo Morales acaba de promulgar tres decretos supremos para garantizar a YPFB y a los operadores privados  la exploración y explotación hidrocarburífera en las 22 áreas protegidas nacionales.

Morales llegó a la presidencia en 2006 con un discurso indigenista y centrado en la Madre Tierra, la Pachamama. “La Tierra no nos pertenece, sino que pertenecemos a la Tierra”, expuso Morales ante la Asamblea General de la ONU en 2009.

Ahora ese discurso ya no es tan indigenista sino nacionalista y desarrollista en vez de ambientalista.

Evo Morales en el Carnaval Pachamama

Evo Morales en el Carnaval Pachamama

Ese cambio explica por ejemplo el conflicto del TIPNIS desde 2011 por la construcción de la carretera por el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).

Con motivo de la resistencia indígena a este proyecto Evo Morales no dudó en apuntar que “los enemigos históricos del movimiento indígena se presentan como defensores del medio ambiente cuando sus políticas nunca estuvieron dirigidas a su preservación. La derecha se adhiere a los conflictos que se presentan en algunas regiones o sectores, para desgastar al Gobierno. Cuando se presenta un problema de límites toda la derecha está ahí, para magnificar se meten ahí, profundizar y enfrentar a los propios compañeros”.

El académico Pablo Rosell aseguraba, en un artículo en NUSO, que “el contenido programático central en el conflicto del Tipnis está referido a la orientación del modelo de desarrollo. La propuesta de la carretera se constituye en un hito material y simbólico de la preeminencia de un modelo de desarrollo convencional (integración física del país) y conlleva los riesgos de la expansión de la frontera agrícola en detrimento de la preservación de zonas boscosas vírgenes”.

Y añadía que “para las organizaciones que se autorreconocen como esencialmente indígenas, el territorio es lo central, puesto que se constituye en la base de una vida económica fundada en usos y costumbres ancestrales. Las organizaciones indígenas –especialmente de tierras bajas– propugnan el acceso al territorio y la gestión de los recursos naturales bajo formas comunitarias. Para las organizaciones que se autorreconocen como esencialmente campesinas, en cambio, la demanda central es el acceso a la tierra cultivable”.

En Nicaragua, el proyecto de canal interoceánico que impulsa Daniel Ortega con el respaldo y las inversiones del empresario chino Wang Jing enfrenta al gobierno sandinista con los grupos ecologistas.

Canal seco en Nicaragua

Canal seco en Nicaragua

El presidente nicaragüense defiende su proyecto respetuoso con el medio ambiente y cuyo objetivo es estimular el desarrollo mundial: “Son esfuerzos complementarios, son otras rutas que va demandando el desarrollo del comercio mundial. El tema medioambiental y social es de primer orden”.

Sin embargo, los grupos ecologistas no están muy de acuerdo y creen que la consecuencia de construir el canal será la destrucción del lago Nicaragua.

La coalición de entidades contrarias a la construcción del Canal denunció en su día que el gobierno nicaragüense y la compañía china HKND Group -concesionaria del proyecto- por no haber presentado estudios rigurosos y globales de impacto ambiental del proyecto: “Iniciar la construcción de las obras atingentes [pertenecientes] del canal interoceánico sin que las autoridades nacionales hayan conocido y aprobado los estudios de impacto ambiental y de factibilidad es contrario a las más elementales prácticas ambientales y técnicas nacionales e internacionales”.

Además, los campesinos han empezado a movilizarse en defensa de sus tierras. Miles de personas vienen marchando en Juigalpa, zona central de Nicaragua, contra el proyecto del canal interoceánico que lleva a cabo la concesionaria china HKND Group. Pobladores de diferentes puntos de Nicaragua, en su mayoría campesinos, se desplazaron en diciembre hasta Juigalpa para reclamar al Gobierno de Daniel Ortega que anule el proyecto canalero, porque los expulsaría de sus tierras y afectaría el medioambiente.

“Ortega vendepatria”, “fuera chinos”, y “decimos no al canal”, rezaban algunas de las pancartas de los manifestantes. También gritaban consignas como “¡la tierra es de los campesinos, no de los chinos!”, “¡sin nuestras tierras no somos nada!” y “¡no al canal!”.

Pero no son solo los gobiernos más a la izquierda en Améria latina los que dan la espalda a sus antiguos aliados ecologistas.

LA AGUSTINA (COLOMBIA), 01/04/2014.- EFE/CHRISTIAN ESCOBAR MORA

Los últimos ataques de las Farc han provocado grandes daños medioambientales

Las Farc en Colombia (bolivarianas y comunistas) están en plena ofensiva contra el gobierno y han elegido como objetivo de sus ataques y atatentados oleaductos petroleros.

Y los daños causados están provocando enormes daños ambientales.

El gobierno colombiano acusa a la guerrilla de las Farc de ocasionar el peor daño ambiental de los últimos tiempos en el país por el ataque  en Tumaco (Nariño) que causó un derrame de unos 410.000 galones de crudo.

El atentado fue cometido contra el oleoducto Trasandino y dejó sin agua potable a cerca de 200.000 habitantes del puerto marítimo de Tumaco, en el departamento de Nariño (suroeste), pues la mancha de crudo afectó el sistema de acueducto.

El presidente Juan Manuel Santos no ha dudado en resaltar la doble moral de la guerrilla: “Esta mañana estaban hablando de reparar las víctimas y estaban citando la encíclica del Papa, que precisamente llama la atención al mundo entero sobre los daños ambientales y cómo esos daños ambientales afectan siempre más a los pobres”.

“Este es, quizás, el daño ambiental más grave en la historia del país. Medir el alcance es prácticamente imposible. Se causaron daños a ecosistemas –flora, fauna, peces y otras especies marinas– que probablemente jamás se recuperen totalmente…Verter petróleo en los ríos no es un acto de guerra, es un acto de barbarie. Dejar sin agua, sin luz, sin sustento a miles de campesinos y pescadores no es un acto de guerra, es un acto de indolencia”, ha comentado el propio Santos.

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Última actualización el Jueves, 02 de Julio de 2015 11:27