MIAMI, Florida (Redacción, www.cubanet.org).-Aunque no está claro todavía el balance de pérdidas humanas y materiales tras el paso del huracán “Sandy” (con rachas de viento de hasta 165 kilómetros/hora), las redes sociales alternativas indican que ha sido desastroso y desolador el panorama.

Santiago de Cuba, considerada la segunda capital y una ciudad con aires coloniales en su arquitectura, fue barrida por el meteoro en esta última madrugada. Testimonios de cubanos que viven fuera de la isla y han logrado conversar con sus familiares, muestran la tristeza añadida de perder techos e incluso casas enteras.

No bastaba con  la pobreza material provocada en Oriente por la llamada Revolución, cuya desidia sostenida en esa zona ha traído un éxodo alarmante de naturales de allí hacia el occidente, fundamentalmente hacia La Habana.

Pero no ha sido solo Santiago  el lugar ahora mismo en ruinas, sino también bellos pueblos o pequeñas ciudades como Gibara, al norte de la provincia de Holguín. Por esa localidad de pescadores han pasado tradicionalmente los ciclones y las reparaciones han sido escasas, de manera que lo que va quedando en la llamada “Villa Blanca” es lo que el tiempo y la suerte dejó.

Incomunicada prácticamente (se accede solo por una carretera estrecha llena de curvas, ya que el tren hace años no llega), Gibara recibió el impulso moral del cineasta Humberto Solá, quien se empeñó en localizar allí un Festival de Cine Pobre que no pocas dificultades burocráticas ha sufrido. Pero las inclemencias del tiempo parecen no respetar las buenas intenciones.

El abandono del gobierno militar de la isla no ha dejado que instituciones locales resguarden un gran patrimonio cultural. Gibara fue puerto de entrada de compañías españolas de zarzuelas que luego seguían a Santiago. Y también asiento de Habaneras, el género musical creado por los catalanes que hicieron sus Américas en Cuba.
Con el paso de “Sandy”, en el oriente cubano por desgracia hay que hablar hoy de un empujón más hacia la desolación.

Tomado de CUBANET