Desayuno con política, Por Martha Beatriz Roque Cabello Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 26 de Enero de 2015 12:47

Ocho miembros de la oposición interna fueron invitados a desayunar el pasado viernes 23 de enero con los dos jefes de delegaciones norteamericanas que conversaron con el régimen, los señores Roberta Jacobson y Edward Alex Lee.


Sólo asistieron siete disidentes, pues Berta Soler, de las Damas de Blanco, decidió no ir en protesta porque en la reunión del 18 de enero con senadores y representantes demócratas favorables a la política del presidente Barack Obama, se había invitado a un número mayor de disidentes que aprueba dicha política a los que están en contra.

El resto de los asistentes fueron Antonio Rodiles, Guillermo Fariñas, José Daniel Ferrer, Elizardo Sánchez, Héctor Maseda, Miriam Leyva y yo.

Las conversaciones transcurrieron en español, pues tanto Jacobson como Lee lo hablan fluidamente; la primera estuvo en Cuba en enero de 2011, el segundo fue segundo jefe de la Sección de Intereses en La Habana durante la época de James Cason.

Todos pudimos conversar mientras disfrutábamos de un desayuno prohibido para los cubanos.

Cada cual expresó lo que estimó pertinente, pero de forma concisa, pues el tiempo estaba limitado a una hora y media.

Por mi parte, transmití que aunque algunos disidentes dicen no estar conformes con las medidas tomadas por el presidente Obama, eso es letra muerta para la oposición; no así para las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos, que haciendo uso del poder conferido por la ley, es probable que al menos traten de frenar el proceso, a pesar de que se les pidiera por parte del Presidente en el Discurso de la Unión, que consideraran el levantamiento del embargo.

Si después del relajamiento, a algo en específico que esté ejecutándose se le diera marcha atrás, esto sería un problema con serias consecuencias para el pueblo cubano.

En la calle, algunas personas que no están bien informadas tienen muchas esperanzas; por otra parte, como solo se tiene como fuente la información oficial, se teme que se elimine la Ley de Ajuste, por lo que quizás haya un incremento de personas lanzándose al mar.

Los que son escépticos al respecto han corrido un chiste que plantea que Obama no va a hablar más por teléfono con Raúl Castro, porque le marcó con 99 (llamada a pagar por quien la recibe). Con lo que están transmitiendo que Cuba no tiene dinero para realizar negocios.

Y es que hay personas que se preguntan cómo es posible que los americanos hayan olvidado que el régimen les nacionalizó sus empresas y no les pagó, mientras que tanto el exilio como los opositores recordamos las muertes que ha tenido este pueblo; desde los fusilados sin juicio en los primeros años de la dictadura, los asesinatos de los niños del Remolcador 13 de Marzo, los pilotos de Hermanos al Rescate, las oscuras muertes de Oswaldo Payá y Harold Cepero, y la de Orlando Zapata Tamayo, entre otros.

Tampoco es fácil de olvidar la miseria social, económica y política que han vivido y viven tres generaciones de cubanos.

Por otra parte, está la preocupación de que la liberación de presos políticos haya sido un fraude, pues salieron excarcelados y no en libertad; así como otro grupo había sido liberado por cumplimiento u otras modalidades, antes de ser anunciado el famoso número 53, e incluso una joven periodista que aparece en la lista fue sometida a juicio y declarada inocente tras siete meses de privación de libertad.

Esto no ha tenido ninguna explicación, ni la tuvo durante el desayuno, ni siquiera se sabe cómo se obtuvo la lista ni por qué no se contó con la sociedad civil.

Y es que este mal comienzo preocupa a todos; de nada sirve que se diga que se nos tienen en cuenta y se reúnan con nosotros, si no se materializa en hechos concretos donde esté nuestra voz.

Tiene que haber algo más formal que estos encuentros, porque la oposición es la que tiene los ojos y los oídos en el pueblo.

En las conversaciones anteriores con personalidades de Estados Unidos, como —vía internet— con el Sub Secretario de Estado para la Democracia y los Derechos Humanos, y con los Senadores y Representantes que nos visitaron, les expliqué la existencia de numerosos  componentes de la legislación actual que se oponen a la "buena" voluntad del presidente Obama, en particular la Constitución de la República.

Aunque se sabe que el régimen dirige el país de forma anticonstitucional y no respeta sus propias leyes, pueden usarlas para cuando tengan que dar alguna respuesta o hacer referencia a lo que esté legislado. Es por eso que antes de anunciar cualquier nuevo paso, se deber tener en cuenta si es viable o no, según la Ley, porque de lo contrario se quedará solo como la intención de una de las partes.

Siempre recalco que la democracia en Cuba es responsabilidad de la nación cubana, aunque la ayuda es bien recibida. Hay una generación adulta de cubanos, que no está comprometida con la gerontocracia y que aunque en estos momentos ve su futuro fuera de Cuba y en especial en Miami, la historia siempre ha demostrado que habrá una reacción de este estrato social; aunque hay que reconocer que la oposición interna no ha sido capaz de conducirla.

El camino técnico es largo para poner a funcionar las embajadas, el régimen tiene que escoger el personal cubano, que ubicará como trabajadores para suplir las necesidades de los americanos y que los espiará, según lo establecido. Esta lentitud va de acuerdo con lo que acostumbra a decir Raúl Castro: "Los cambios son sin pausa, pero sin prisa". Como ya la decisión está tomada, es importante para nuestro pueblo que no se acoja al gobierno americano a esta máxima.

Aunque el régimen necesita de la apertura, en el momento que se le cae la ayuda venezolana, no está preparado para ello y el cese del hostigamiento a la población cubana, de la cual es parte la oposición, no parece estar en los planes de quienes mandan en el país.

Por ejemplo los desalojos a familias, que de forma muy rústica, han dado solución al problema de la vivienda; los presos por peligrosidad predelictiva, que van a la cárcel sin que se les haga juicio y sin que hayan cometido delito alguno; así como poner fin al presidio político que encierra por años a los disidentes, involucrándolos en transgresiones de leyes inventadas, como desorden público, atentado, desacato, etc.

Al igual que dijo la señora Jacobson, no tengo ninguna fe en que el régimen cambie, porque de esta forma ha logrado mantenerse en el poder por 56 años. Pero si al menos cesa el inmovilismo, la nación cubana podrá respirar un poco de aire.

Nosotros hemos estado acostumbrados a la cultura del enfrentamiento, será muy difícil podernos adaptar a la cultura del entendimiento, sobre todo si va a estar en un solo lado de la balanza.