MÉXICO SE HA CONVERTIDO EN UN INFIERNO PARA LOS CUBANOS QUE HUYEN BUSACANDO LIBERTAD Imprimir
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Domingo, 14 de Noviembre de 2010 19:07

Yanisleidys Pineda.

El 26 de octubre, Yanisleidys Pineda Nápoles cumplió 20 años de edad. Sus regalos de cumpleaños --únicos objetos que dejan ingresar a la Estación Migratoria de Iztapalapa-- fueron una toalla, un tubo de pasta dental, un cepillo y un rollo de papel sanitario.

Por PENILEY RAMIREZ/Especial para El Nuevo Herald

CIUDAD DE MEXICO

Lleva seis meses en prisiones migratorias en México y, aunque ya no es deportable porque salió de Cuba hace más de un año, no sabe hasta cuándo las autoridades mexicanas prolongarán su encierro.

Su caso no es aislado. En los últimos dos años, después de la firma del Memorándum de Entendimiento entre Cuba y México fechado el 20 de octubre del 2008, el paso de cubanos por este país en su ruta hacia Estados Unidos se ha convertido en una aventura cada vez más peligrosa y más cara.

Organizaciones no gubernamentales como Amnistía Internacional México, Sin Fronteras y la Asociación Cívica Cubano Mexicana, dan cuenta de expedientes de abusos, torturas y extorsiones a cubanos por parte de las autoridades mexicanas del Instituto Nacional de Migración (INM), la Marina, la Policía Federal de Caminos, la Procuraduría General de la República, e incluso las propias policía Federal, Estatal y Municipal, al margen de los secuestros por parte la delincuencia organizada.

El INM se limitó a detallar los deberes y obligaciones de sus funcionarios y su director de Comunicación, Social, Fernando Mora Guillén, explicó que la institución no puede actuar si no cuenta con denuncias específicas presentadas ante la representación de la Secretaría de la Función Pública.

Los métodos se vuelven cada vez más sofisticados, y van desde la tortura mental hasta la física, pasando por los cobros de sobornos o "cuota de paso'' en efectivo, con giros y transferencias bancarias.

Yanisleidys y su pareja, Alexander Castillo Valdés, salieron de Cuba con una carta de invitación hacia Ecuador a finales de 2009, desde donde pasaron por tierra hasta Sanzurro, Colombia. Pagaron $4,000 a dos dominicanos, dueños de un barco pesquero, para que los llevara hasta las costas de Cancún, el 29 de abril de este año. Allí comenzaron su travesía de cinco días por México, conducidos por un "pollero'' guatemalteco.

Yanisleidys siguió los pasos de su hermana, Yanicel Dolphie Nápoles, quien vive en Nueva Jersey y hace cinco años hizo el mismo trayecto. Yanicel le envió $2,500 a la pareja para que saliera de Cancún y la misma cantidad a su paso por la Ciudad de México.

"Todo iba bien hasta que el taxi en el que viajábamos chóco camino de la frontera en Nuevo Laredo [Tamaulipas] y [las autoridades mexicanas] nos entregaron a Migración'', relató Yanisleidys.

En la estación fueron extorsionados. Primero, el subdelegado local de Migración les pidió $8,000 por darles un oficio de salida, documento que les permite transitar 30 días por territorio mexicano hasta llegar a EEUU.

Al no poder pagar, el funcionario trató de que firmaran un oficio de deportación junto con la aceptación del consulado cubano de su nacionalidad y los amenazó con entregarlos al crimen organizado.

Les fue concedido un amparo gracias a las gestiones de su abogado, Eduardo Matías López Ferrer, quien durante más de una década ha ayudado a cubanos en su paso o estancia en México. A pesar de ello, todos los días los sacaban de sus celdas para hablar por teléfono con el "licenciado Molina'', quien se presentaba como empleado de las oficinas centrales de Migración en la Ciudad de México y les pedía dinero para dejarlos salir.

Según Castillo, esta persona alegaba que "tenía los expedientes y podía decidir si nos sacaban o nos deportaban''. El joven aseguró que ha visto y escuchado "cómo empleados vestidos de civil golpean a los cubanos en el campo de futbol de la Estación Migratoria de Iztapalapa'', una vez que les llega su deportación.

Así fue en el caso de Leonel, hoy deportado en Cuba, un deportista cubano al que golpearon a las 5 a.m. en las instalaciones de Iztapalapa el día de su deportación. "Yo lloré esa noche, no pude dormir de oír los gritos y los golpes'', relató Alexander.

Fernando Mora Guillén, director de Comunicación Social del INM, respondió a estas acusaciones a través del semanario mexicano Proceso.

"Todos los extranjeros, de nacionalidad cubana u otra que se encuentran de manera indocumentada en territorio nacional, son asegurados de manera inmediata y se agiliza el retorno a sus países de origen o residencial legal. El INM ha establecido medidas de seguridad para dar especial seguimiento a cada caso, con el propósito de garantizar sus derechos durante los aseguramientos y su repatriación'', señaló.

Respecto a las extorsiones, aseguró que el Memorándum de Entendimiento firmado por México y Cuba busca "el propósito de desalentar las prácticas ilícitas, como la extorsión, y garantizar el cumplimiento de la normatividad vigente en materia migratoria, respetando los derechos humanos de los extranjeros indocumentados''.

Diana Martínez, funcionaria de la Coordinación de Atención y Servicios de Sin Fronteras, con sede en la Ciudad de México, reitera que Migración no ha tenido un comportamiento de acuerdo a la norma que ellos mismos expresan. Hizo referencia al caso de un cubano de nombre Mario, quien fue detenido en la Ciudad de México y trasladado a Chihuahua, donde lo convencieron de parar una huelga de hambre que había iniciado en protesta por su situación.

Después de ser golpeado, Mario fue deportado a Cuba en la parte de atrás de un avión envuelto en un cobertor "para que no se notara la sangre, como si lo estuvieran secuestrando'', aseguró Martínez.

Sobre este caso, está en trámite una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que documenta los detalles del caso y que cuenta con declaraciones del propio Mario vía telefónica desde Cuba.

Otro caso es el de Liván Vega Mejía y Miguel Angel Rimbau Montero, dos cubanos que se encuentran retenidos en la Estación Migratoria de Acayucan, 250 kilómetros al sur de Veracruz. No saben cuál es el estatus de su caso, tampoco hasta cuándo podrán acceder a un oficio de salida. Ambos aseguraron que un grupo numeroso de ciudadanos de la India, también detenidos en el centro, fueron puestos en libertad después de haber sobornado a funcionarios de Migración con $10,000 por persona.

El caso de los cubanos es doblemente complejo. En primer lugar, porque las autoridades de Migración tienen la discrecionalidad legal para decidir si son deportados o no a la isla.

En los últimos cuatro años el INM ha emitido varias circulares sobre los cubanos, que permiten su detención aún si se presentan voluntariamente a realizar trámites.

Según el abogado López Ferrer, este margen permite que sea una práctica común la extorsión en retenes migratorios, oficinas jurídicas de las Estancias y Estaciones Migratorias, y en la oficina de Control y Verificación de Migración en la Ciudad de México, que actualmente es la única con potestad para decidir a quién se le otorga un oficio de salida.

Esto sucede una vez que el migrante está "asegurado'', que es el término usado por Migración para denominar la retención en Estaciones, regularmente de altos muros, varias aduanas de acceso y con agentes de la Policía Federal realizando labores de vigilancia con armas largas, como cualquier cárcel de máxima seguridad.

Esta práctica está siendo actualmente revisada por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), pues según su presidente, Mario Burcio, se contrapone a la Ley General de Población.

"Evidentemente también hay diferencias entre migrantes de un país y otros que no responde totalmente a las políticas migratorias del país (...) lo que no tendría que haber son diferencias que constituyan actos de discriminación hacia ciertas nacionalidades'', señaló.

El segundo tema son las posibles consecuencias de una deportación a Cuba. El caso cubano, si bien es minoritario en comparación con el volumen de centroamericanos que transitan por México cada año, es peculiar en cuanto al peligro que enfrentan quienes son devueltos a Cuba.

La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ha negado el refugio a varios cubanos que se han declarado disidentes. Al deportarlos, enfrentan actualmente condenas de prisión en Cuba que van de los 20 a los 30 años, según el testimonio de varios cubanos en México y del propio abogado López Ferrer.

Según el delegado del INM en Veracruz, Humberto Alessandrini Mojica, los inmigrantes tienen derecho de pedir que no se reporte al consulado cubano sobre su detención y de solicitar refugio en México. Sin embargo, Diana Martínez, de Sin Fronteras, afirma que esta práctica muchas veces es ignorada por Migración y los cubanos son deportados. Con ello, sostuvo, México está violando la Convención de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el Estatuto de Refugiados y la Declaración de Cartagena de la OEA que amplía el derecho a pedir asilo.

Varios testimonios de cubanos recogidos para esta investigación y por organizaciones no gubernamentales, revelan que como promedio los cubanos pagan $10,000 para atravesar el territorio mexicano, pero ello tampoco garantiza la llegada a la frontera.

Un cubano que vivió por más de un mes en la Estación de Acayucan, reveló que "los cubanos que llegan aquí es porque ya se quedaron sin dinero, si traen $500 es mucho''.

Los agentes de la Policía Federal de Caminos, en combinación con los oficiales de los retenes de Migración, piden dinero para dejar a los cubanos durante el recorrido. Cuando no pueden pagar, los detienen.

Ya en la estación, según la fuente, les cambian "un peso mexicano por $1 y pueden llegar a cobrarte hasta $400 por una cuchilla de afeitar barata''.

Muchas veces, las autoridades mexicanas mienten a los cubanos sobre el estado de su caso.

"Les dicen que los van a llevar a un centro y que de ahí los van a llevar a la frontera, hasta les explican que cuando lleguen no digan que estuvieron presos y les recogen sus documentos. Hay cubanos que salen cantando, regalan sus cosas, dicen que se van a la 'yuma' [EEUU] y de repente llega la noticia de que los deportaron'', aseguró la fuente.

Aunque la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) niega que haya recibido quejas sobre abusos contra los cubanos en México además del caso de Yanisleidys y Alexander, su información pública contiene dos referencias a dos hechos similares en los últimos cinco años.

El primero, del 2005, informa sobre abusos a cuatro cubanos detenidos por Migración ilegalmente, a pesar de tener oficios de salida. El segundo, fechado en el 2008, indica que cuatro cubanos fueron sometidos a una revisión corporal abusiva por parte de la Policía Auxiliar de Servicios Privados de Seguridad, que resguarda las estaciones migratorias.

Además de estos casos, testigos han elevado quejas contra la CNDH ante la organización Sin Fronteras.

En el 2009, la CNDH respondió a una queja de una cubana de nombre Tania Camallea González por supuesta detención ilegal. Al ser consultada para esta investigación, la CNDH negó tener registros sobre el caso.

Camallea fue deportada a Cuba con sus dos hijos, aunque el propio personal del INM le hizo pagar 1,096 mexicanos por su oficio de salida ante el Banco de México y la detuvo ‘‘cuando ella fue voluntariamente el día que la citaron para recoger sus documentos'', indicó su abogado, López Ferrer.

El Consulado de México en Miami se negó a hacer declaraciones sobre el tema de los cubanos que pasan por México y su trato a manos de las autoridades.

Sobre el caso de Yanisleidys y Alexander, ya la CNDH solicitó informes a diferentes instancias del gobierno mexicano, pero aún no hay una fecha para su resolución. Su abogado consideró que la pareja es candidata a una visa humanitaria por haber sido víctimas de extorsión.

La joven, quien salió de Cuba el 30 de septiembre del 2009, ya cumplió los 11 meses fuera de la isla por lo que el gobierno cubano la considera una emigrante.

Las autoridades cubanas incluso redujeron la pensión de la madre de Yanisleidys de 121 a 58 pesos cubanos al mes porque "tiene dos hijas radicando en el extranjero'', y eliminaron a la joven de la "libreta de abastecimiento'' por la misma causa.

Desde Nueva Jersey, su hermana Yanicel declaró que no cree en las autoridades mexicanas porque "me han demostrado que hacen lo que quieren, además de enriquecerse con los cubanos que sí puedan pagar por su salida''.

En estos meses no ha tenido valor para decirle a su hermana detenida que la abuela que las crió a ambas falleció desde junio pasado. Tampoco que ella misma está enferma y no tiene trabajo. Con una sonrisa, la llama todos los días a la estación y le dice que mantenga la fe, que muy pronto van a estar juntas.



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Última actualización el Domingo, 14 de Noviembre de 2010 19:10