PERSONALIDADES OPOSITORAS COMENTAN PALABRAS DEL CARDENAL ORTEGA SOBRE LA VISITA DEL PAPA A CUBA Imprimir
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Domingo, 18 de Diciembre de 2011 11:18
   EL PAPA Benedicto XVI  junto al Arzobispo de la Habana, Jaime Lucas Ortega y Alamino, durante su encuentro en Ciudad del Vaticano,  en una imagen de archivo.

El cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana, dijo que la próxima visita del Papa Benedicto XVI a Cuba en el 2012 se realizará en un momento “increíble” para el pueblo cubano, al tiempo que afirmó que la Iglesia Católica de la isla cuenta con mayores posibilidades de comunicación.

JUAN CARLOS CHAVEZ

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“El Papa, si bien había sido invitado desde hace tiempo, muy al inicio de su pontificado, ha tenido ahora una ocasión privilegiada para ir a la conmemoración de los 400 años, el próximo año, del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre”, manifestó Ortega en declaraciones a Radio Vaticano.

En la entrevista radial, incluida en el programa América Latina en la voz de sus pastores, Ortega se refirió al desarrollo de un nuevo escenario de acción de la Iglesia. Dijo que el punto de inicio se marcó con el encuentro oficial y pastoral que hizo el papa Juan Pablo II a Cuba, en enero de 1998.

“Su visita creó un hito en la historia de la nación cubana, un antes y un después”, declaró Ortega. Asimismo subrayó que desde ese momento “no hay dificultad para la entrada de misioneros en Cuba”.

Recientemente Ortega se ha mostrado confiado en seguir avanzando con el gobierno cubano en la búsqueda de soluciones humanitarias.

“Hay muchas cosas que salieron así, paso a paso, por ejemplo, el recibir todo tipo de libros filosóficos, teológicos y de divulgación religiosa”, añadió Ortega a Radio Vaticano. Reconoció el hecho que la Iglesia tiene ahora más acceso a los medios.

“Eventualmente nos hace falta sistematicidad”, apuntó.

Ortega hizo un repaso a la situación de la Iglesia hace 50 años y el impacto de la relación del gobierno cubano con el antiguo bloque comunista de Europa.

“El período aquel en Cuba de asimilación a los países del Este de Europa, especialmente a la desaparecida Unión Soviética, se copiaron tantas cosas negativas, entre ellas, el tipo de trato a la religión, que era controlado, muy limitado”, subrayó Ortega.

Finalmente dijo que la Iglesia Católica cubana requiere del apoyo de la comunidad y los laicos para la propagación de la fe.

“Creo que lo más difícil es la crisis vocacional de personas consagradas, es muy grande, gracias a Dios hemos construido un seminario en la Habana, tenemos 60 seminaristas”, aseguró Ortega. “Es decir, hay un buen grupo de cubanos preparándose para el sacerdocio, pero hay menos vocaciones para la vida consagrada femenina”, acotó.

En el sur de la Florida, monseñor Agustín Román, respaldó las declaraciones de Ortega. Dijo que el Papa Benedicto XVI irá al encuentro de la población.

“Sabemos que el Papa visita a la Iglesia y lo que sería el pueblo. Lo que dice el cardenal Ortega es cierto”, comentó.

Bajo el liderazgo de Ortega, la Iglesia Católica cubana y el gobierno de Raúl Castro iniciaron un diálogo para tratar el tema de los presos políticos y buscar una mejora de sus condiciones. Como resultado de los encuentros del 19 de mayo del 2010 fueron liberados progresivamente unos 130 prisioneros, entre ellos 52 opositores y periodistas independientes de la llamada Causa de los 75. La mayoría salió directamente de la cárcel hacia el aeropuerto, rumbo a España.

Otros 12 rechazaron el exilio y decidieron permanecer en Cuba, como Pedro Argüelles Morán, Angel J. Moya Acosta y Oscar Elías Biscet.

La gestión de Ortega y la Iglesia Católica cubana a favor de los presos políticos fue reconocida en el 2010 por el Vaticano y Federico Lombardi, su portavoz. Lombardi calificó la intervención como un “hecho evidente” de que están profundamente arraigados en el pueblo cubano y son intérpretes creíbles de sus esperanzas.

Sin embargo, en agosto del 2010, más de un centenar de disidentes enviaron una carta abierta al papa Benedicto XVI para protestar en duros términos por el papel de la jerarquía eclesiástica. Los disidentes argumentaron que la solución del destierro beneficia únicamente a la dictadura. Entre los firmantes se contaban conocidas figuras de la disidencia como Vladimiro Roca, Jorge Luis García “Antúnez” y Martha Beatriz Roque.

El portavoz del arzobispado, Orlando Márquez, emitió entonces un comunicado en el que decía que el contenido de la carta era “ofensivo”. Declaró también que la Iglesia espera que el diálogo con Castro alcance otros temas y genere nuevos frutos de común acuerdo.

Refiriéndose a la entrevista de Ortega en Radio Vaticano, el reconocido disidente Guillermo Fariñas, Premio Sakharov 2010 del Parlamento Europeo, dijo que la Iglesia debe involucrarse “por derecho propio” en los temas internos de la isla.

“Ortega tiene razón en todo lo que dice, pero se olvida que la Iglesia Católica cubana debe ir más allá de los asuntos meramente religiosos”, aseveró Fariñas en Santa Clara. “Debe preocuparse de las relaciones entre cubanos y tiene que meterse en los conflictos que hay dentro de la propia Cuba”.

Desde Pinar del Río, Dagoberto Valdés, activista católico y director de la revista digital Convivencia, recordó que cuando la Iglesia pide “libertad religiosa” no se refiere únicamente a la libertad de culto o a la facilidad para la llegada de nuevos misioneros.

“La dimensión plena es que cada uno de los creyentes no sea discriminado ni segregado por su fe o por las consecuencias sociales y políticas de su fe”, indicó Valdés. “Todavía en Cuba no hay suficiente libertad religiosa”.


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Última actualización el Domingo, 18 de Diciembre de 2011 11:23