Mientras que los Estados Unidos y la Unión Europea exigen que haya una transición sin la participación de Al Assad, China y Rusia presionan para incluir al gobernante. La oposición acudió a la cita, pero sin expectativas

Las conversaciones para buscar una solución a la crisis en Siria, en las que participan 35 países y delegaciones del Vaticano, la ONU, la Liga Árabe y la oposición al gobierno de Bashar Al Assad, comenzaron este miércoles en la ciudad suiza de Montreux con bajas expectativas.

La delegación de Al Assad reiteró su negativa a negociar una salida del gobernante y generó una fuerte tensión con los representantes del resto de los países, que -en términos generales- coinciden en la necesidad de que haya una transición política en el país.

La posición del gobierno sirio es inflexible. Durante su alocución, el ministro de Exteriores Walid Muallem insistió en que el país es escenario del accionar de "terroristas" que intentan derrocar a Al Assad y culpó a la intervención extranjera, principalmente de Arabia Saudita, por financiarlos.

En ese sentido, defendió la postura del Gobierno, que reclama que la única forma de que Al Assad deje el poder es a través de las elecciones que se harán en junio de 2015, en las que se podría volver a presentar.

"Tengo el derecho de presentar la versión siria en este foro. Luego de tres años de sufrimiento, éste es mi derecho", dijo con furia al secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, cuando éste le indicó que debía dejar el podio.

La Coalición Nacional Siria, liderada por Amhad Al Jarba, remarcó en la conferencia de Ginebra II que la permanencia de Al Assad en el Gobierno significaría el fin de su participación en las negociaciones.

Dicha coalición, conformada por distintos sectores que se oponen políticamente al actual gobierno, considera que la única forma de dar fin a las masacres diarias que se viven en Siria es removiendo a Al Assad del poder.

Para ello, piden la intervención de la comunidad internacional en el país y la convocatoria inmediata a elecciones en las que esté excluido el mandatario. Vale recordar que la familia  Al Assad permanece en el poder desde los años 70.

La posición internacional

A nivel internacional, hay dos posturas fuertes. Por un lado, la que defienden los Estados Unidos y la Unión Europea y, por el otro, la que sostienen China y Rusia: todos estos con representación en Ginebra II.

Para los EEUU y la UE, es necesario consensuar una transición política que permita la pacificación del país y abra el camino a unas nuevas elecciones presidenciales, en las que no participe el gobernante sirio.

También es fundamental el avance de la destrucción de las armas químicas que estaban en manos del Ejército sirio. Esta posición es la que más apoyo tiene en Occidente y la más próxima a las exigencias de los opositores.

"No hay forma de que el hombre que ha respondido en forma brutal a su pueblo recupere la legitimidad necesaria para gobernar. Un hombre y quienes lo han apoyado no pueden mantener como rehenes a toda una nación y una región", criticó este miércoles secretario de Estado estadounidense, John Kerry, en defensa de la postura de la Casa Blanca.

En cambio, Rusia y China mantienen ciertas diferencias. Si bien coinciden en que es necesaria una transición de gobierno ya que el actual es insostenible, remarcan que no se puede dejar afuera de la refundación gubernamental a Al Assad, ya que es quien detenta el Poder Ejecutivo y debe ser "parte de la negociación".

Irán es el principal aliado de Siria

El principal aliado de Siria es Irán, que había sido invitado a la conferencia pero luego quedó excluido al rechazar un comunicado que solicitaba una transición en el país. De hecho, a pesar de pedir también una salida negociada entre el Gobierno y la oposición, en los hechos ha prestado apoyo logístico al país en la represión de los rebeldes y ha defendido a Al Assad.

Por el momento, las distintas posturas que están representadas en Ginebra II no parecen ceder ni conciliar. No obstante, las conversaciones continuarán con el correr de los días y el miedo al fracaso de una conferencia histórica, en la que finalmente se logró sentar en un mismo recinto al Gobierno y la oposición, podría presionar a favor de un acuerdo.

Las expectativas, sin embargo, son pocas. "La paz no llegará de un día para el otro. Lo importante es que el proceso ha comenzado", aclaró Kerry este miércoles durante una conferencia de prensa. En tanto, a corto plazo, el objetivo está en lograr un cese del fuego para detener la muerte de personas en el país. En casi tres años, el conflicto se cobró más de 130.000 vidas.

Por Agustina Ordoqui - Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla