Cada vez son menos. Incluso han pedido que las Damas de Blanco desmantelen la organización ahora que el gobierno ha prometido liberar a los disidentes cuya libertad ellas exigen.

Pero las líderes del grupo prometen que seguirán marchando por las calles de La Habana los domingos hasta que liberen a todos los presos políticos cubanos y exhortan a los familiares de otros prisioneros a que se sumen al grupo.

Por JUAN O. TAMAYO

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"El camino es para la liberación de todos los prisioneros políticos pacíficos. Este es el camino, y hay que seguirlo'', dijo la portavoz Berta Soler, quien calculó que quedarán en prisión entre 50 y 60 disidentes, despues de las 52 liberaciones que ellas demandaban.

"Estamos haciendo un llamado a los familiares del resto de los prisioneros que vengan a caminar con nosotros, y a cualquier otras mujeres que quieran caminar con nosotras para pedir la libertad de los hombres'', agregó Soler el lunes.

"‘Nuestras voces, nuestras protestas, nuestras piernas, nuestras voces no pararán mientras quede un solo preso político pacífico'', puntualizó Laura Pollán, otra líder de las Damas de Blanco. El Nuevo Herald las contactó por teléfono en La Habana.

La liberación hasta el momento de 19 presos políticos y la promesa de liberar a otros 33 --todos parte del grupo de 75 encarcelados en una ola represiva en el 2003-- ha provocado interrogantes sobre el futuro de las Damas de Blanco, grupo creado por mujeres familiares de los 75.

Las diferencias entre algunos miembros del grupo, que comenzaron a salir a la luz en mayo, parecen haberse profundizado a medida en que Raúl Castro, la Iglesia Católica y el gobierno español realizaron negociaciones que llevaron a la promesa de liberar a 52 disidentes.

"Tras lograr la liberación de nuestros presos debería de hacerse un comunicado desmantelando la organización como tal'', declaró Oleivys García, esposa del periodista independiente Pablo Pacheco, al diario español El Mundo, tras su llegada a Madrid. "Si de allí quieren surgir otros movimientos, entonces deben de cambiarse el nombre a damas de negro, azul o marrón''.

García "es una Dama de Blanco de plantilla'', dijo Soler. Ella vivía en la central provincia de Ciego de Avila, añadio, "y nunca o casi nunca vino aquí [a La Habana] a luchar por los prisioneros políticos'', agregó.

Desde que las marchas de las Damas de Blanco comenzaron en el 2004, funcionarios cubanos han amenazado a las mujeres repetidas veces que si mantenían sus protestas sus familiares permanecerían en prisión más tiempo.

En mayo, las autoridades católicas informaron a las mujeres que el gobierno quería que se distanciaran de las Damas de Apoyo si querían que avanzaran las negociaciones entre la Iglesia Católica y Castro.

Treinta y cinco mujeres familiares de los presos firmaron una carta con fecha del 31 de mayo en que agradecían su labor a las Damas de Apoyo pero las exhortaban a no asistir a las marchas dominicales durante cinco semanas como una "señal de flexibilidad y contribución al objetivo fundamental de las Damas de Blanco de alcanzar la libertad inmediata e incondicional'' de los disidentes que quedaban encarcelados desde el 2003.

Soler, Pollán y otras líderes del grupo rechazaron de inmediato la solicitud y continuaron sus marchas junto con las Damas de Apoyo. Poco después, el gobierno desactivó el operativo de turbas gubernamentales que las había acosado salvajemente durante las marchas.

"Estuvimos firmes cuando el gobierno pidió que tomáramos distancia de las Damas de Apoyo y nos mantendremos firmes ahora''', dijo Soler. "Las Damas de Blanco no van a desaparecer''.

Mientras tanto, se informó que otros ocho disidentes serían liberados y llegaría a España el martes por la mañana, lo que aumentaría a 19 la cifra de presos políticos liberados por el gobierno de Raúl Castro como parte de su promesa de liberar a los 52 a lo largo de cuatro meses.

Reportes noticiosos desde España identificaron a los ocho como Manuel Ubals González, Ricardo Enrique Silva Gual, Alfredo Manuel Pulido López, Blasgiraldo Reyes Rodríguez, Jorge Luis González Tanquero, José Ubaldo Izquierdo Hernández, Arturo Pérez de Alejo Rodríguez y Antonio Ramón Díaz Sánchez, a quienes acompañan 38 familiares.

La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, por su parte, invitó a familiares de los disidentes que quedan presos a visitar la sede diplomática a partir del martes para que se informen sobre el proceso de solicitar autorización para marcharse a Estados Unidos una vez que los liberen.

Entre los invitados había familiares de prisioneros que dijeron que no se marcharían a España si los liberaban, así como otros a quienes no les han preguntado si quieren irse a Madrid. La oferta no parecía indicar ningún cambio en la posición estadounidense de apoyar a los disidentes cubanos.