DOLOR EN EL RECUERDO DE "BAHÍA DE COCHINOS": CUBANOS CONTRA CUBANOS Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 18 de Abril de 2011 20:52

Se conmemoró en Miami el enfrentamiento armado contra la revolución cubana. Habló Félix Ismael Rodríguez, quien interrogara al Che Guevara antes de su ejecución en Bolivia

Crédito foto: EFE

A metros de la famosa Calle 8 de Miami, un núcleo de Cuba fuera de Cuba, se halla la Asociación de Veteranos de Bahía de Cochinos (AVBC) donde en la tarde del 17 de abril de 2011 unas 200 personas se reunieron para recordar los 50 años del desembarco con el cual 1.400 exiliados cubanos entrenados por los Estados Unidos intentó hacer una revolución a la revolución que llevaba dos años en el poder (ver  nota relacionada).

La imagen de José Martí, que nunca falta en un rincón cubano, está aquí casi escondida: un cuadro a un costado de la puerta principal a la casa del 1821 SW 9th Street. En el lugar abundan los símbolos, no obstante. Empezando por la bandera de Cuba.

Otra, de fondo amarillo con un militar inclinado y la leyenda Brigada Asalto 2506 en azul, ocupa la pared principal de la sala donde sucedió el acto. Es la que recibió el presidente John Fitzgerald Kennedy de manos de los brigadistas derrotados y detenidos por Fidel Castro durante 20 meses. Cuando los Estados Unidos negociaron su libertad, Kennedy los recibió en el Orange Bowl de Miami junto a su mujer, Jackeline.

A los costados de la bandera, las paredes agrupan las caras de los brigadistas: hileras y filas continuas de retratos. A  la derecha del visitante, un mapa de la profunda cuña de agua de la Bahía de Cochinos está sembrado de aviones, paracaídas, líneas punteadas, flechas: la narración de la batalla. En extensas vitrinas, objetos del momento: carnets de identidad, rosarios, relojes, botas, cinturones, partes de radio, revistas, un boletín de la Central de Inteligencia, cantimploras, un ticket de PanAm Airlines, cascos, transmisores, auriculares. Fotos y más fotos: esposas de brigadistas, brigadistas capturados por el gobierno revolucionario, una carta "devuelta por no existir / prisioneros de guerra", un herido en un hospital, el detenido Tomás Cruz en el momento en el que desafió a Fidel Castro "Yo no he venido a bañarme en las playas de Cuba".

El acto oficial

José Félix Díaz, diputado del Estado de Florida, fue el primero en entregar una proclama a los brigadistas. Recordó que el 17 de abril de 1961 un grupo de hombres entrenados por los Estados Unidos desembarcaron en Cuba. "Llegaron sabiéndose inferiores tanto en número como en las armas que portaban, pero creyéndose, de acuerdo con lo prometido, que tanto armas como una cobertura aérea habría de llegar", dijo.

El reproche tácito al presidente Kennedy no ha menguado entre los brigadistas, aunque hayan pasado 50 años (ver nota relacionada). La mayor parte del público de unas 200 personas asentía cuando Díaz continuó: "Tristemente el refuerzo ni la cobertura aérea llegaron nunca, sufriendo lamentables consecuencias. Sin embargo, los otros siguieron luchando hasta agotar su capacidad bélica".

Según Díaz, los brigadistas "sacrificaron todo en el nombre de la libertad. Aunque la operación de Bahía de Cochinos no fue exitosa, aunque ellos fueron llamados mercenarios, estos hombres son héroes".

El hombre que interrogó al Che Guevara

A su lado, el presidente de la AVBC, Félix Ismael Rodríguez, agradeció la proclama y repitió con Díaz: "Viva Cuba libre". Rodríguez es una leyenda entre sus compañeros.

Este agente de la CIA retirado, que peleó en Vietnam y participó del aprovisionamiento de la Contra en sus enfrentamientos al sandinismo en Nicaragua, es famoso por haber sido de las últimas personas que vio con vida a Ernesto Guevara.

Detenido en Bolivia, el Che fue interrogado por Rodríguez, quien se encargó de transmitir a los ejecutores la orden en código "500-600": la primera cifra significaba "Guevara" y la segunda, la orden de ultimarlo. Durante muchos años el cubano exhibió ante la prensa el reloj Rolex del guerrillero argentino, que conservó de aquella misión.

Recuerdos con políticos

Como titular de la AVBC, recibió también la proclama que entregó Joe Martínez, presidente de la Comisión del Condado Miami-Dade, quien se presentó: "Mis padres llegaron a los Estados Unidos en 1955. Yo nací aquí. Nunca he ido a Cuba. Todos hemos perdido algo".

Para Martínez, "Bahía de Cochinos fue una pelea para defender tu propia patria y tuviste que entrar: no estabas dentro, intentaste recuperarla. Nadie pensaba entonces que iban a pasar 50 años".

Cuando le extendió la pieza enmarcada, Rodríguez la recibió con una frase repetida, casi litúrgica, entre este grupo de exiliados de la primera época: "Ojalá la próxima me  la puedas dar en una Cuba libre".

El último en hablar fue el alcalde de Hialeah Gardens, una de las ciudades satélites de Miami con tanta población cubana que parece importada desde la isla. "Es el alcalde más joven de los Estados Unidos", presentaron a Joseph de la Cruz.

El político dijo que los brigadistas "abrieron caminos de esperanza, de volver a una Cuba libre". Siguió: "Estamos orgullosos de este país y también de ser cubanos. La victoria no es del que gana la batalla sino del que persevera en la lucha y gana la guerra".

En la Calle 8

A las 4 de la tarde el acto se trasladó a pocas cuadras, en la Calle 8 esquina con 13, donde se halla el monumento Cuba / A los mártires de la Brigada de Asalto 2506. El grupo es más numeroso que en la asociación de  veteranos.

Están muchos de ellos, identificables por sus guayaberas con el escudo que identificaba al grupo y la gorra negra con las leyendas "Bay of Pigs Veteran" y "1961-2011". Miguel Ángel Cruz-Peraza es hoy un anticuario pero a los 18 años participó de los hechos de Bahía de Cochinos. "Vine para sumar mi voz al mensaje de fe, de aliento y de esperanza para el pueblo de mi país", dijo. "Muy pronto estaremos nuevamente en pie de guerra, ellos allá y nosotros acá, para que Cuba esta vez sí vuelva a ser libre."

Se ha reencontrado con una amiga, "una verdadera patriota cubana", la presenta. Mercedes Torres Roselló había entrado clandestina a Cuba pocos meses antes del desembarco, pero un problema de salud la llevó a un quirófano y terminó detenida el mismo 17 de abril de 1961. Salió nueve años más tarde. "¡Da la casualidad que me acabo de encontrar con la muchacha que estaba de enfermera!", dijo. "Le recordé que yo era la señora a la que le habían puesto los dos milicianos en la puerta."

Hay también familiares, como la mujer mayor que se irá con su hija apenas nombren a su muerto, Ernesto Hernández Cossío, o la mujer que corrige la pronunciación del apellido del suyo, Raúl Vianello, del que ha llevado una foto enorme que exhibe a los asistentes.

Blas Elías ha llevado a su hijo, al que poco le falta para entrar en la adolescencia. Ambos lucen remeras con el escudo de los brigadistas, ninguno tiene edad para haber sido uno. "Mi padre, Guillermo Elías, luchó en el Batallón 2", dice el hombre nacido en New Jersey. "Es importante que él sepa", dijo, señalando a William. "Ya tiene edad para empezar a conocer la historia de su abuelo y de su madre patria. Me haría mucha ilusión conocer Cuba, pero no voy. Nosotros somos intransigentes con la dictadura."

Suena el himno de los Estados Unidos. Algunas personas se llevan la mano derecha al pecho. En cambio, cuando suena el cubano, La Bayamesa, todos cantan los versos famosos: "No temáis una muerte gloriosa / que morir por la patria es vivir". Menos personas conocen el último himno que se escucha, el de la Brigada 2506.

Del pasado al presente

El presidente de la asociación de  veteranos dio un discurso breve, luego de que el congresista David Rivera calificara a Bahía de Cochinos como "uno de los eventos más dolorosos de nuestra historia, porque la batalla involucró a hermanos cubanos contra hermanos cubanos". Rodríguez calificó las décadas de los Castro en el poder como "una cruenta dictadura" y recordó que la brigada "peleó más de 60 horas y no se rindió, sino que se quedó sin suministros".

Su discurso rozó el presente: rechazó las reformas económicas que impulsa el mandatario Raúl Castro ("que en Cuba no se hagan aperturas que no sean la libertad total de nuestro pueblo") y las calificó como "acciones desesperadas para mantenerse en el poder". Cerró con un pedido  que repitió la palabra más usada en la jornada. "que Cuba sea libre y democrática".

También el vicepresidente de la AVBC, Jorge Gutiérrez Izaguirre, se refirió al presente para esta web: "Indiscutiblemente lo que estamos viendo no son sino cambios cosméticos. Esta serie de reformas tiene sobre todo a engañar y endulzar el régimen y su verdadero carácter ante los organismos internacionales en busca de un reconocimiento, argumentando que están haciendo algo distinto, cuando en realidad no existe una apertura hacia la democracia, la libertad de elegir gobernantes, la posibilidad de expresarse sin temor a represalias".

Gutiérrez opinó que los veteranos constituyen "un ejemplo para las generaciones que han venido sufriendo con posterioridad a nuestras acciones". El cree que hay muchos cubanos jóvenes, "que no habían nacido o eran pequeños en aquellos años, que se han ido enterando de nuestra lucha por tratar de establecer un sistema democrático en Cuba y han encontrado inspiración en ella", dijo.

A medida que se leía la lista de nombres de los caídos y su procedencia ("Fuerza Aérea", "Tanques", "Jefatura", "Operación 40", "Batallón 4 Blindado", "Infiltración", "Batallón 5 de Infantería"), los brigadistas comentaban sobre sus conocidos. "Ese fue compañero mío", "Ese fue mi jefe", "Ese se murió en un bote".