Aspirinas para un verano grave Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 19 de Agosto de 2012 11:52

Por Raúl Rivero.-

El régimen cubano enfrenta los agobios internos de estos meses calientes y los misterios del porvenir de su mejor amigo, protector y cómplice de la región con un cóctel rancio y vencido. Es una política en la que se combinan los placebos invalidados por medio siglo de uso, las promesas de cambios averiadas por su contacto con la realidad y el despliegue de la violencia policial y sus variantes de amenazas, arrestos, mitines de repudio, asaltos de viviendas y golpizas.

La burocracia estatal y los sabios de última hora que llegaron al poder en medio de juramentos sobre mejoras radicales en la economía, no han hallado una salida coherente y eficaz para esos asuntos. Están atascados en un pantano en el que el fango está compuesto por los restos del socialismo real y los gérmenes de la zambumbia de un capitalismo de estado.

Por otra parte, aunque los panfletos y los aliados de la dictadura en el exterior se empeñen en minimizar el trabajo de la oposición pacífica, los activistas de derechos humanos, los ex presos políticos, las Damas de Blanco, los periodistas independientes y otros grupos de jóvenes contestatarios, mantienen en el escenario nacional el empeño de los grandes sectores de la sociedad por hacer de Cuba un país democrático.

Ellos son el objetivo directo de la fuerza gubernamental. Los que salieron de la cárcel y organizan sus grupos para continuar el trabajo a favor de la libertad todos los días, las mujeres que están en las calles desde la Primavera del 2003 y los que tienen el coraje de salir a expresar con honestidad lo que piensan.

La atmósfera de la isla exhibe ese espesor. El de las trabas, la incapacidad (o la falta de voluntad real) para las trasformaciones necesarias y el la inconformidad, la rebeldía y el descontento popular que recibe mayor resonancia internacional en la medida que los represores se afanan en usar las agresiones físicas, los acosos a familias en sus residencias o los encarcelamientos arbitrarios, más de 400 en el mes de julio pasado.

Esa forma de reaccionar tiene que ver con unas fragilidades previsibles y ajenas. Los gobernantes cubanos también están inquietos con lo que sucede en los predios de su gran aliado y seguro servidor Hugo Chávez. Un hombre apremiado por otras agonías. Una, escondida como una fiera en una fecha del almanaque. Y las demás en lo hondo de la revuelta sociedad venezolana. Todas, eso sí, perturban la estabilidad de los que en La Habana tienen la mano abierta para los subvenciones que le saca el cantante de corridos a las billeteras de sus ciudadanos.

La represión y los golpes en armonía con el anuncio de que habrá pechugas de avestruz por la libre en el año 2018 o que de que ya se puede escuchar por radio a Celia Cruz y a Olguita Guillot es un cóctel equivocado para cualquier temperatura.


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Última actualización el Domingo, 19 de Agosto de 2012 12:01