Cuba: El artículo que no conseguí escribir Imprimir
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Sábado, 15 de Febrero de 2014 16:23

 

Por Jorge Hernández Fonseca.-

Dos aspectos me gustaría resaltar como impulso de mis sentimientos: primero, hay algo de muy equivocado que la oposición política cubana de dentro y fuera del país está haciendo (o dejando de hacer) para que las ópticas de los cubanos estén tan distantes de la del resto del mundo. Segundo, los enormes sacrificios que hicieron los héroes cubanos en las décadas anteriores, debe continuar, si de alguna manera queremos tener el derecho a ser libres.

 

Cuba: El artículo que no conseguí escribir

Jorge Hernández Fonseca

15 de Febrero de 2014

Hoy, antes de sentarme a escribir un artículo de opinión sobre el rico accionar político exterior en torno al denominado “problema cubano” --enmarcado por la rendición de las banderas de la UE ante la dictadura de los hermanos Castro; las declaraciones de exitosos empresarios cubanos del exilio de Miami favoreciendo un acercamiento humano con la isla; de llamados a levantar el embargo de EUA a Cuba por parte de un ex gobernador de la Florida; de la publicación de una encuesta dentro de la sociedad norteamericana que resaltó la existencia de una mayoría de norteamericanos partidarios de “acercarse a Cuba”; entre otras noticias propias del bombardeo mediático de ablandamiento, necesario antes de una decisión oficial de EUA-- decidí dar una revisada a las noticias de hoy, para publicar en mi Blog diario Cuba Libre Digital.

Me había propuesto argumentar sobre el peligro que implica dar crédito a una dictadura cuyo método más conocido (por haber sido usado siempre) es el engaño, la mentira y la falsificación de hechos y realidades –el ajedrez nos enseña la futilidad de sacrificios propios, sin haber antes premeditado las jugadas propias y la del adversario-- pero la lectura del noticiario internacional y de los acontecimientos actuales que se suceden Venezuela, me derrotó totalmente.

Todos los cubanos sabemos que el gobierno venezolano actual no es más que un títere comandado desde la Habana y que por tanto, la lucha actual de sus estudiantes, políticos y ciudadanos dignos dentro de la sociedad venezolana, continuarán siendo reprimidas sin cuartel, incluso por personal militar cubano desplegado en el país hermano --como nos muestran voluminosamente las agencias de prensa internacionales, los videos y las fotos de la bárbara represión contra mujeres niños y jóvenes pacíficos-- me llevaron al siguiente razonamiento: si la represión en Venezuela ha llegado a extremos intolerables orientado por los hermanos Castro, ¿qué no serían capaces de hacer en su propio país cuando les facilitemos el camino invirtiendo dinero y esfuerzo por parte de los muchos cubanos exitosos en el terreno de los negocios?

Lo anterior por un lado, por otro lado, ¿por qué los cubanos de dentro y fuera de la isla creemos que la dictadura castrista va a “negociar” la entrega de las riendas del gobierno (que tomaron “por la fuerza” y “por la fuerza tienen que quitárnoslo”, dicen ellos) si hasta dentro de Venezuela son capaces de luchar a brazo partido contra la juventud democrática que hoy se manifiesta?

Todo este trauma de la represión cubano-chavista en Venezuela --que incluso se recrudece mientras escribo-- me llevó a otros pensamientos relacionados al enfoque tan diferente que hacemos los cubanos de nuestro drama, muy distinto al que hacen los gobiernos y los pueblos de toda Latinoamérica, de toda Europa y de una buena parte del pueblo y el gobierno de EUA. ¿Cómo es posible que en Venezuela una mayoría aplastante de los estudiantes sean capaces de inmolarse para protestar --sin armas-- contra el chavismo y en Cuba se haya celebrado una reunión internacional con la presencia de prácticamente todos los presidentes de Latinoamérica y no haya habido ni siquiera un grito individual, como sucedió cuando la visita del Papa en 2012?

Es verdad que los cubanos hemos entregado una cuota de sacrificios en la lucha por la democracia para la isla, probablemente como ningún otro pueblo de Latinoamérica hasta hoy. La dictadura cubana ha fusilado casi 10 mil cubanos por causas políticas; cientos de miles de lo mejor de nuestra juventud cumplió largas penas de más de 20 años en las ergástulas de la dictadura; pero eso no ha bastado para que el castrismo entregue sus banderas, como lo está demostrando hoy en Caracas, a expensas de la sangre noble del “bravo pueblo venezolano”.

En estas crudas realidades hay dos enfoques: el enfoque patriótico cubano, apegado a su país a su tierra y a su bandera, que quisiera una abertura democrática por parte de la dictadura que insiste sin remordimientos en encabezar una transición a lo ruso: familiar, castrista y castrense. Y el enfoque exterior de los no cubanos, sean gobiernos o pueblos, argumentando por un lado que, si EUA tiene relaciones con gobiernos comunistas, como China y Viet Nam (contra el cual incluso ya EUA libró una guerra recientemente) ¿por qué no establecer un estatus de convivencia con la dictadura cubana? Adicionalmente –esto en Latinoamérica-- en estos días, los que vivimos en esta región del mundo hemos tenido que escuchar la frase siguiente, que todavía retumba en mis oídos: ¿por qué los cubanos no hacen lo mismo que los venezolanos?

No voy a entrar en el mérito del análisis de ninguno de los razonamientos anteriores, porque todos tienen respuestas que hubiera querido analizar hoy en este artículo, pero que la sangre venezolana que corre en estos precisos momentos que escribo no me permite analizar.

Dos aspectos me gustaría resaltar como impulso de mis sentimientos: primero, hay algo de muy equivocado que la oposición política cubana de dentro y fuera del país está haciendo (o dejando de hacer) para que las ópticas de los cubanos estén tan distantes de la del resto del mundo. Segundo, los enormes sacrificios que hicieron los héroes cubanos en las décadas anteriores, debe continuar, si de alguna manera queremos tener el derecho a ser libres.

Si alguna lección los cubanos debemos extraer de los hechos narrados es que tanto Cuba como Venezuela están solas. Solamente ex presidentes, ex miembros, ex secretarios y ex “cualquier cosa”, han sido los únicos en “quebrar su espada” contra el chavismo por la represión actual. Son los mismos que no hablaban nada contra Chávez, ni contra Fidel Castro cuando eran titulares. Vean por ejemplo toda la fauna latinoamericana que fue a Cuba a respaldar a Raúl Castro, o hace silencio cómplice con la sangre derramada, o simplemente apoya a Maduro en su afán represivo (los países del ALBA). Una lección que los cubanos no debemos olvidar.

Tradicionalmente ha sido un “tabú” desde el exterior criticar el procedimiento de la oposición política cubana de dentro de la isla, pero esta vez, la sangre de los venezolanos nos traumatiza. El exilio cubano no soporta más tener que valorar como un mérito grande que un opositor fornido se deje abofetear por un represor, sin ripostar a la altura. Los que dentro de Cuba no tuvieron el coraje de hacerlo dieron un paso al lado, viniendo al exilio. De manera que, quien se decida a luchar dentro de la isla por una Cuba libre, o viene al exilio como muchos de nosotros (sin patria pero sin amo), o reedita el heroísmo de otro grupo de exiliados, que están acá después de muchos años de prisión dentro de la isla por haber sabido “devolver el golpe”.

Artículos de este autor pueden ser encontrados en http://www.cubalibredigital.com

Última actualización el Sábado, 22 de Febrero de 2014 15:14