“Uniendo las dos orillas” Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 19 de Julio de 2015 12:10
Por Andrés Candelario.-

Cuba y EE.UU. acaban de anunciar la reapertura de sus respectivas embajadas para el próximo 20 de julio, 54 años después de que las tensiones de la “Guerra Fría” desembocaran en la ruptura de las relaciones diplomáticas entre los dos países. ¿Y ahora, qué?

Ya el General-Presidente Raúl Castro ha declarado, con su boca de comer, que no habrá transformaciones políticas de clase alguna, que el Partido Comunista de Cuba (PCC) seguirá siendo -como aparece en la Constitución de 1976- “la fuerza dirigente superior de la Sociedad y el Estado”. En la reciente declaración oficial de la dictadura se establece que, “estas relaciones deben cimentarse en el respeto absoluto a nuestra independencia y soberanía, el derecho inalienable de todo Estado a elegir el sistema político, económico, social y cultural, sin injerencia de ninguna forma”, asegura el texto del Estado cubano. “Más claro no canta un gallo”, como dice el sabio refranero popular.

No obstante esas declaraciones, el instinto crematístico del empresariado internacional, se prepara alegremente para lucrarse de una supuesta oportunidad económica, sin importarle que en el proceso, si tienen éxito, van a alimentar un Capitalismo de Estado que terminará por fortalecer y prolongar en el tiempo la vieja y decrépita dictadura castrista.

Y el pueblo cubano que se las arregle como pueda.

Por otro lado, nadie dude que los intereses económicos y geopolíticos de Washington están detrás de esta desigual apertura diplomática, sin exigencias de que haya cambio alguno en el régimen cubano... La necesidad de recuperar a una América Latina infectada por el virus del Socialismo del Siglo XXI y fuertemente penetrada por Rusia, China e Irán, tenía que pasar necesariamente por la reconciliación con la Cuba castrista.

Aprovechando la atmósfera de supuestos cambios superficiales en el régimen de La Habana, como resultado de la mencionada restauración de las relaciones diplomáticas entre los dos viejos enemigos, Cubanos Unidos de Puerto Rico, una organización de cubanos exilados en esta isla, cuya misión principal es apoyar los cambios que la crisis actual de la dictadura hace hoy más viable que nunca antes, ha decidido convocar a un Encuentro Nacional Cubano en Puerto Rico, tomando en cuenta el histórico vínculo que ha existido siempre entre estas dos islas caribeñas.

Con este encuentro, que se llevará a cabo en San Juan los días 13, 14 y 15 de agosto de 2015, se quiere proveer un espacio de reflexión y diálogo entre las organizaciones opositoras al régimen castrista, tanto las de dentro del país como las del exilio.

De ahí que el título de este artículo, “Uniendo las dos orillas”, no se refiera al supuesto vínculo de las “orillas” diplomáticas entre Cuba y EE.UU., sino a la alianza de las organizaciones opositoras cubanas del interior del país y del exilio, con el fin de lograr por primera vez en más de medio siglo de esfuerzos dispersos la necesaria unidad en la diversidad, de cara a los nuevos escenarios internos y externos que provee el especial momento que vivimos hoy.

En ese contexto, la materialización de este Encuentro Nacional Cubano en Puerto Rico se propone impulsar la coordinación de esfuerzos entre ambas “orillas” y promover una estrategia común que permita al fin el desmontaje de la tiranía. Igualmente, se espera en dicho Encuentro echar las bases teóricas y de principios para elaborar, en el futuro cercano, una propuesta para una Nueva Cuba.

Para ello, ya se ha asegurado la asistencia de una treintena de los líderes de las organizaciones opositoras más importantes del interior de la isla, con largos años de enfrentamiento pacífico al régimen, al costo de encarcelamientos, torturas, golpizas y violaciones crasas a los derechos humanos más elementales.

Desde la diáspora estará presente también una cantidad equivalente de representantes de las principales colectividades de opositores externos, que durante décadas no han cesado de promover la búsqueda de la libertad del pueblo cubano, muchas veces en colaboración con algunos grupos de la oposición interna.

Frente a esta nueva y peligrosa realidad, los cubanos de las dos orillas, comprometidos como están con el rescate de su pueblo de esa sangrienta y cincuentenaria dictadura, se aprestan a juntar sus voluntades y a diseñar estrategias afines que convoquen al cubano de a pie a su liberación definitiva.

Con la expresión de José Martí “Juntarse es la palabra de orden”, se espera hacer realidad la unión estratégica de las organizaciones opositoras a la dictadura castrista, para enfrentar responsablemente este momento histórico, con el entrañable compromiso que tenemos como cubanos de seguir luchando por la libertad y la democracia de nuestra patria.