Un nuevo intento de reformar la economía cubana Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Domingo, 23 de Febrero de 2020 01:19

El «enfriamiento» de la economía cubana

Por JORGE A. SANGUINETTY.- 

La Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) le ha presentado a Miguel Díaz-Canel unas propuestas para renovar la economía del país. Las propuestas incluyen elementos para una futura Ley de empresas, lo cual indica que por lo menos algunos profesionales en Cuba parecen estar dándose cuenta de que las raíces de los problemas económicos que plagan la Isla son también de origen microeconómico.

Lo anterior se confirma porque las recomendaciones o sugerencias de las propuestas incluyen la separación de las funciones estatales de las empresariales y la necesidad de descentralizar el comercio exterior, además de "crear mayores incentivos financieros para la exportación y la sustitución de importaciones".

Sin embargo, el hecho de que incluyan el término "sustitución de importaciones" mientras hablan de la exportación en singular, delata que, en lo macroeconómico, el pensamiento prevaleciente en Cuba sigue atado a una concepción anacrónica y ya obsoleta de lo que debe ser la política económica de un país. Además, sugiere tácitamente una continua dependencia del Gobierno como director central de la economía, lo que contradice en parte el objetivo de las propuestas.

Pero enfoquémonos en los aspectos más positivos de esta iniciativa, la que a todas luces está encaminada a que las empresas estatales ganen más libertades de gestión para poder producir lo que el país necesita en cantidades, precios y costos adecuados.

Las propuestas incluyen "cambios en el sistema bancario que favorezcan un mayor acompañamiento de las empresas, relaciones transparentes y legítimas entre todos los actores económicos, además de una política más específica para seleccionar, formar y estimular a los directivos como hombres (sic) de negocio con competencias profesionales."

En este segmento, los redactores vuelven a contradecir sus objetivos, al proponer un sistema de tutelaje o fiscalización que reemplazaría a la burocracia actual, con una igualmente restrictiva, aunque diferente, retórica burocrática, sobrecargando los sistemas administrativos empresariales con tales requisitos de información que le restaría tiempo y recursos a la verdadera gestión productiva. Al proponer cambios en el sistema bancario, el documento expresa cierta confusión entre lo que debieran ser las funciones del sistema fiscal y el bancario, mientras invitan al diseño de unos indicadores "para evaluar el cumplimiento del plan de cada empresa".

Esto es asombroso. A los casi 60 años de una planificación económica que ha destruido la economía nacional en prácticamente todos sus aspectos, los redactores de estas propuestas pretenden atar las empresas a un plan que va a ser evaluado por algún organismo superior. ¿Todavía no se han dado cuenta de que lo que le impide a la economía cubana producir lo que el país necesita es precisamente el plan? ¿Qué les impide comprender que la autonomía que están proponiendo es incompatible con el plan?

Las propuestas buscan destrabar la economía cubana, pero lo que hay que destrabar son las mentes paralizadas con ideas fijas que no acaban de superar una concepción policíaca del manejo de una economía y sus empresas.

Mientras tanto, DIARIO DE CUBA nos recuerda que el Gobierno no está cumpliendo con los compromisos adquiridos en 2015 con el Club de París, mediante el cual este conjunto de países acreedores le conmutó a Cuba las tres cuartas parte de la deuda, que había llegado a los 11.1 miles de millones de dólares, a cambio de unos pagos regulares del monto que quedaba. Hay que reconocer que esta reestructuración de la deuda fue un verdadero éxito por parte del quien la negoció. Pero la incapacidad productiva de la economía cubana ni siquiera permite cumplir estos compromisos, lo cual hace del país una especie de indigente financiero internacional, dificultándole aún más la posibilidad de lograr los créditos adicionales que necesita urgentemente.

La solución del problema económico cubano puede empezar muy rápidamente. Me atrevo a decir que casi todos los economistas que residen en Cuba saben lo que hay que hacer. Aunque las propuestas de la ANEC no sean perfectas, pueden ser un buen comienzo, un primer paso que demuestre resolución para sacar al país del abismo económico y social. Todo, sin embargo, depende del Gobierno. ¿Qué es lo que están esperando? ¿Una debacle económica que pueda estallar en una crisis alimentaria, de salud y de desorden público? ¿Están conscientes los gobernantes cubanos de qué y cuánto se están jugando por su incapacidad de tomar las decisiones correctas?

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Martes, 03 de Marzo de 2020 01:27