Subir intereses no reducirá la inflación en Cuba Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 23 de Mayo de 2022 19:20

Inflación.

Por RAFAELA CRUZ.-

A finales de febrero pasado, muchos bancos rusos fueron expulsados del sistema de comunicación interbancario SWIFT, provocando que, en 24 horas, el rublo perdiera muchísimo valor. La primera reacción del Banco Central de Rusia (BCR) fue subir los tipos de interés hasta el 20%. Elvira Nabiullina, gobernadora del BCR, explicó que "el aumento de los tipos de interés permitirá garantizar el incremento de los intereses de los depósitos a los niveles necesarios para compensar los riegos inflacionarios y de devaluación".

Prestigiosos economistas cubanos sugieren que el Gobierno castrista podría intentar algo parecido para contener la inflación y la devaluación que padece la Isla.

En "La inflación sigue fuera de control en Cuba", Pavel Vidal afirma que "el Banco Central de Cuba (BCC) podría incentivar la tenencia y compra de pesos cubanos a partir de un instrumento financiero con tasas de interés atractivas"; mientras Elías Amor, en "Cuba: con la inflación no se juega", dice que "en la economía cubana… tal vez se tengan que incrementar los tipos de interés para frenar la inflación".

Y efectivamente, subir los tipos de interés es una manera efectiva —aunque conflictiva— de contener una crisis inflacionaria y de devaluación, la cuestión sería saber si eso funciona en la sui generis economía cubana, y, de ser así, a cuanto habría que subir los tipos para que la gente, en vez de comprar dólares, optara por tener ahorros y liquidez en moneda nacional, cosa que harían si, y solo si, el tipo de interés bancario superara la tasa de devaluación del peso con respecto al dólar.

Supongamos que tenemos 1.150 pesos y debemos decidir entre depositarlos a plazo fijo o cambiarlos a dólares. Cambiándolos a dólares hoy se obtendrían diez dólares, que dentro de un año seguirán siendo diez dólares. Por otra parte, si esos 1.100 pesos se depositan en un banco cubano al interés actual del 4%, dentro de un año serian 1.150 + 46 de interés, 1.196 pesos cubanos. Para decidir si depositar o cambiar a dólares, debe calcularse que valdrá más dentro de un año, diez dólares o 1.196 pesos, algo que depende de la expectativa de valuación del peso.

En los últimos 12 meses el peso cubano se ha devaluado un 83%. Si ese ritmo continúa, y no hay razón para esperar lo contrario, dentro de un año cada dólar se cambiará por 201 pesos, lo que significa que, con los 1.196 pesos que se obtendrían de un depósito bancario, podrán comprarse solo seis dólares: la conclusión es que es mejor cambiar a dólares que depositar en el banco.

Para invertir esa situación, como mínimo, el Banco Central de Cuba debe igualar el interés que ofrece con la expectativa de devaluación del peso con respecto al dólar, y agregarle además otros factores que conforman el tipo de interés, como la tolerancia al riesgo, la preferencia temporal, la preferencia por la liquidez, la evolución del PIB o la inflación esperada, que suman puntos a la tasa de interés nominal, con lo que, como poco, el BCC deberá ofrecer un 100% de interés para que la gente elija mantener depósitos en pesos y no comprar dólares.

Supongamos entonces que, efectivamente, el Banco Central de Cuba sube los tipos al 100% y la gente comienza a depositar su dinero a plazo fijo, eso detendría la devaluación del peso y atajaría uno de los componentes principales de la inflación, cierto; pero, y cuando venza el plazo y los depositantes quieran retirar su depósito más el 100% de interés prometido, ¿de dónde saldrá este?

El único modo de que el Banco Central de Cuba pague ese interés con dinero no inflacionario, es que, milagrosamente, la economía cubana se vuelva súper eficiente y produzca riquezas que respalden la emisión monetaria que habrá que inyectarse en el sistema a causa de esos intereses, algo que no parece probable. Lo que realmente pasaría es que el Banco Central de Cuba monetizaría esa deuda. Es decir, imprimiría más papel moneda sin respaldo, causando más inflación de la que quiso evitar.

El otro mecanismo mediante el cual subir los tipos de interés enfría la economía, es encareciendo el crédito y afectando los balances de bancos, empresas y personas; lo que reduce la demanda agregada y frena la inflación. Al menos, así funciona en países donde el consumo y la inversión correlacionan con el crédito, y el tipo de interés cumple su rol como señal de mercado. Sin embargo, en Cuba nada de eso pasa. Aquí la financiación de las empresas es decisión política, y la cantidad de créditos a personas naturales es tan minúscula que es macroeconómicamente invisible.

A quien sí podría afectar una política de créditos altos es a las nacientes MIPYMES, cuyas restricciones crediticias les hacen más dependiente de la intermediación bancaria, lo que contribuiría a empeorar, no a mejorar la inflación, pues reprimiría el aumento de la oferta agregada, que es el verdadero problema.

Resumiendo:

  • Para que los tipos de interés detengan la devaluación del peso, tendrían que subir tanto que se volverían ellos mismos razón de inflación y posiblemente de devaluación.
  • La desconexión entre inversión, consumo y crédito, que caracteriza a la economía castrista, hace inefectivo al tipo de interés como señal macroeconómica.
  • Unos tipos altos afectarían desproporcionadamente a la parte más dinámica de la economía cubana, el incipiente sector privado.

Aumentar los intereses para detener una inflación causada por una mezcla de improductividad sistémica y expansión monetaria salvaje, es como tratar de detener un camión sin frenos que baja una montaña, pisando el acelerador a fondo… Digamos que no parece buena idea.

El desplome de la moneda cubana y la inflación son resultado del sistema castrista, un modelo que se agota tan pronto deja de recibir subsidios del exterior, porque es incapaz de generar riqueza. Ninguna manipulación monetaria resolverá un problema que es de estructura productiva.

El destino histórico del castrismo es el basurero de la historia. Hay que ser cuidadosos para no "aconsejarle" maneras de retrasar su desaparición, que es la única y verdadera solución de los males que sufre la Isla. Dejemos que lo viejo muera —¿en paz?—, para que lo nuevo pueda nacer.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Sábado, 04 de Junio de 2022 17:33