Cuba: Ayer, hoy y mañana (IV) Imprimir
Escrito por Fuente indicada en la materia   
Viernes, 27 de Mayo de 2011 13:35

Por HUBER MATOS ARALUCE

¿Tiene Cuba salvación?

El comunismo fracasó en Cuba como en todas partes, pero la variante castrista ha hecho este fracaso mucho más traumático. Más de medio siglo de tiranía ha resultado en una experiencia desgarradora para la población.

Todas las conquistas de más de medio siglo de república pre-castrista fueron satanizadas o destruidas y borradas de la memoria colectiva de los cubanos que nacieron después de 1959.  Los “logros” del castrismo en educación, cultura y salud están en la ruina porque fueron subvencionados desde el exterior. Para la brillante joven bloguera Claudia Cadelo, en la Cuba actual: “no hay conciencia social ni sociedad civil.”

Raúl Castro ha confesado que el país se encuentra al borde del abismo.  Desde la República Dominicana el analista cubano Haroldo Dilla describe que en Cuba “Lo que hay es una élite política con una base social cada vez más estrecha , que se empecina en ser el único factor de un cambio difuso al que llama “actualización”, que a nadie queda claro para dónde va, ni cómo lo hará…”

En La Habana el economista Arnaldo Ramos Lauzurique señala: “Tratando de salvar al régimen, Raúl Castro y su grupo concibieron lo que ha sido presentado como la “actualización del modelo cubano”, sin tener en cuenta que no existe tal modelo y que por tanto no hay nada que actualizar.”

Salir del atraso y la pobreza que sufre el país es una tarea colosal, pero la ruina psicológica y moral es lo más grave. Los pesimistas creen que por esta razón el país está perdido, que el pueblo no se ha rebelado por su degradación. Es un diagnóstico superficial de un problema complejo y circunstancial.  La libertad en Cuba no tiene necesariamente que llegar por una revuelta popular.

Pero ¿habrá un futuro de progreso,  justicia y felicidad para Cuba del siglo XXI?  Creo  que los mejores tiempos de Cuba están por venir. ¿Por qué?

Porque los cubanos son un pueblo excepcional.  Ni mejor ni superior, sino simplemente excepcional.  Aunque pareciera que nuestra nación ha naufragado, el castrismo es solo una página de nuestro calendario.

La historia de Cuba ha sido una lucha permanente por superar obstáculos que parecían insalvables.  España se empecinó a sangre y fuego en mantener su última colonia en América.  El costo fue terrible.  Cuba celebró su independencia con la economía en ruinas y parte de su población en el cementerio, entre ellos Antonio Maceo y José Martí.

El medio siglo de república, entre 1902 y 1958, fue un constante batallar de las clases vivas de la nación por alcanzar mejor  justicia y mayor  progreso. En ese periodo el avance económico, social  y cultural de Cuba fue asombroso.  Había mucho por hacer y la revolución democrática de la Sierra Maestra fue parte de ese proceso, pero Fidel Castro la traicionó.  Fue un ladrón que se montó en un tren que venía de muy lejos, lo asaltó y lo descarriló.

Durante cinco décadas de tiranía castrista el heroísmo y el sacrificio de miles de compatriotas son pruebas del amor de los cubanos a su patria y a la libertad.  La antorcha ha pasado de una generación a otra.  A pesar de sus rivalidades y defectos, fragmentada y sin recursos, la oposición ha resistido.  A ésta le sobra el relevo generacional que la dictadura no tiene y además teme.

Al margen de la rígida y desacreditada tiranía existe dentro y fuera de Cuba un intenso debate sobre el presente y el porvenir del país.  El pueblo, la nomenclatura y la oposición aspiran al comienzo de una nueva era de progreso, verdadera justicia social y democracia.

El éxito de los dos millones de cubanos que han huido de la isla ha demostrado el potencial de una Cuba en libertad. Los que siguen saliendo y los que en la isla consiguen limitadas patentes de trabajo por cuenta propia demuestran el mismo afán de superación.

Cuando un trabajador cubano gane en un día los $20 dólares que hoy recibe en un mes, el pueblo cubano liberará energías incalculables. Lo mejor de Cuba no está en el ayer, lo mejor de Cuba está por venir.