Ecuador añade preocupación a la izquierda sudamericana Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Viernes, 31 de Marzo de 2017 13:43

Por NELSON FERNÁNDEZ SALVIDIO.-

¿Liberal o socialista? Los ecuatorianos ya no tienen una carta amplia con propuestas de diverso tono y matices, ahora es como cuando los pasajeros de un avión deben decidir en poco tiempo ante la pregunta de la azafata: ¿pollo o pasta?.

La decisión no es tan sencilla y de alguna manera, no involucra solamente a Ecuador, porque las opciones implican una continuidad político-ideológico en uno de los países que fue fundamental en el eje “progresista” y alineado al “socialismo bolivariano” impulsado por Hugo Chávez, o un quiebre drástico de tendencia y la inclinación a un gobierno de corte liberal.

Al terminar el feriado de Carnaval, los candidatos presidenciales de Ecuador retomarán la campaña electoral hacia el balotaje del 2 de abril.

Curiosamente uno de los candidatos lleva por nombre el apellido del líder de la revolución bolchevique y símbolo del comunismo, y el otro, inició su vida laboral en la bolsa de valores y llegó a ser banquero, esencia máxima del capitalismo. Lenin Moreno es el candidato del oficialismo, el “Movimiento Alianza PAIS – Patria Altiva I Soberana” y en las elecciones primarias obtuvo 39,36% de los votos, muy cerca de ganar en primera vuelta.

Guillermo Lasso es el principal candidato de la oposición, desde su “Movimiento CREO- Creando Oportunidades” y consiguió 28,1% de los votantes. Para el camino a la segunda vuelta, Lasso tiene el apoyo de la que fue tercera en esa votación, la candidata del Partido Social Cristiano, Cynthia Viteri, que consiguió 16,32%.

Moreno ya sabe lo que es dar vuelta una elección, porque cuando Correa llegó a la Presidencia, él era su candidato a vice, y aunque en primera ronda quedaron segundos con 22,8%, detrás de la fórmula Álvaro Noboa-Vicente Taiano con 26,8%, luego revirtieron el resultado y ganaron por 56,7% a 43,3%.

Eso pone más nervioso ahora a Lenin Moreno porque sabe que no arranca necesariamente como favorito, sino que la experiencia muestra que es una carrera nueva. Y en este caso, el movimiento de Correa parte perdiendo la condición de favorito.

Rafael Correa y Lenin Moreno asumieron el 15 de enero de 2007 y desde entonces han estado en el gobierno. En 2009, Correa ganó en primera vuelta con 52% y en 2013 lo hizo por mayor diferencia, con 57,2%. O sea que crecieron fuerte en 2007-09, y lo siguieron haciendo en 2010-13, pero retrocedieron hacia este 2017.

La preocupación de la izquierda ecuatoriana también se reproduce en el resto del continente a movimientos que integraron una “ola progresista” que se ido retrayendo con un efecto de caída de fichas de dominó.

En Argentina, la sorpresa de cambio se dio el 22 de noviembre de 2015 cuando la fórmula Mauricio Macri-Gabriela Michetti de “Cambiemos” (alianza de centro-derecha liderada por el “Pro”-Propuesta Republicana), derrotó a la del oficialismo, Daniel Scioli-Carlos Zannini (Frente para la Victoria), por 51,3% a 48,7%. Eso marcó una dura derrota para la fracción de izquierda radical del peronismo que gobernaba desde 2003.

En Venezuela, el chavismo sufrió un revés en las urnas el 6 de diciembre de 2015, cuando en las elecciones parlamentarias para renovación de su Poder Legislativo de 167 escaños, triunfó la “Mesa de la Unidad Democrática”, una mega alianza opositora de liberales, progresistas, democristianos, socialdemócratas, socialistas democráticos, centristas y conservadores, que obtuvo 45.2%, frente al oficialista “Gran Polo Patriótico Simón Bolívar” que tuvo 40.9%. La relación quedó con 112 bancas para la oposición y 55 para el oficialismo, chavismo representado por Nicolás Maduro.

moreno lasso el comercio

Al terminar el feriado de Carnaval, los candidatos presidenciales de Ecuador retomarán la campaña electoral hacia el balotaje del 2 de abril.

En Bolivia, el 21 de febrero de 2016, el presidente Evo Morales perdió el referéndum constitucional para lograr una nueva reelección en 2020 y tener un cuarto mandato. El “No” logró 51,3% de los votos, mientras el “Sí” obtuvo 48,7%. Luego Morales ha insistido en buscar una vuelta para ser reelegido, lo que según sondeos es rechazado por 64% de los bolivianos.

En Perú, el final de un gobierno que había asomado como nueva izquierda, mostró que la mayoría se inclinaba a opciones de derecha. En las elecciones del 10 de abril de 2016, la candidata de izquierda, Verónika Mendoza del “Frente Amplio”, quedó en tercer lugar y sólo con 18,7%. Pedro Pablo Kuczynski (Peruanos Por el Kambio) ganó la presidencia frente a Keiko Fujimori (Fuerza Popular). Ollanta Humala había sido elegido por una coalición de socialistas y comunistas, y su mandato no tuvo continuidad.

En Brasil, tras la destitución de Dilma Rousseff, el 31 de agosto, el Partido de los Trabajadores (PT) dejó en evidencia su desgaste; lo que se vio el 2 de octubre de 2016, en las primeras elecciones después de esa crisis política. En San Pablo, el alcalde Fernando Haddad –que había sido ministro de Rousseff- tuvo baja votación (16%) y perdió la reelección. En Río de Janeiro, el PT no presentó candidato y apoyó a la postulante del Partido Comunista, Jandira Feghali, que tuvo apenas 3,3% de los votos.

En Chile y en Uruguay, los gobiernos de izquierda están con la peor aprobación de gestión, en el marco de una preocupación popular por el deterioro de la economía. El gobierno de Michele Bachelet está enredado en cuestiones internas y la carrera por el liderazgo.

En tanto, Tabaré Vázquez sufre el desgaste del Frente Amplio que a fin de 2016 perdió la mayoría propia en el Parlamento, por la disidencia de un diputado que se declaró en rebeldía y acompañó a la oposición en denuncias por supuesta corrupción en el gobierno de José “Pepe” Mujica.

Con ese contexto sudamericano, la elección de Ecuador tiene otro significado. Una derrota de Lenin Moreno pondría fin de un ciclo, y reafirmaría la nueva “ola” regional. Pero aunque el postulante oficialista gane, el resultado ya mostró un retroceso electoral del partido que gobierna hace una década.

La política no es aritmética, pero la suma de caudal electoral del segundo y la tercera de la primera vuelta, agrega nervios al candidato oficialista y eso incide en el ánimo y las estrategias. Es una elección muy importante.

Infolatam