El juicio contra dos sindicalistas independientes de Villa Clara y la esposa de uno de ellos quedó visto para sentencia este viernes. La Fiscalía pidió ocho años de cárcel para Vladimir Morera Bacallao, cinco para Jorge Ramírez Calderón y tres de libertad condicional para la esposa de este último, Nélida Lima Conde, informó a DIARIO DE CUBA el exprisionero político Iván Hernández Carrillo, líder de la Confederación de Trabajadores Independientes de Cuba (CTIC).

Los sindicalistas, que pertenecen a la CTIC, fueron acusados de daños, atentado, desórdenes públicos y desacato. Lima Conde, fue acusada de atentado.

La mujer permanece en libertad, pero Ramírez Calderón y Morera Bacallao están en prisión desde septiembre pasado. El primero, en Alambradas de Manacas, y el segundo en la cárcel La Pendiente, ambas de Villa Clara.

Nélida Lima Conde dijo a DIARIO DE CUBA que los dos hombres se encuentran en celdas de aislamiento.

La mujer, que no pertenece a la oposición, describió el juicio de este viernes como "desastroso". Dijo que los testigos presentados por la acusación —principalmente agentes de la Seguridad del Estado, policías, militantes del Partido Comunista y miembros del gobierno local— "se contradijeron entre ellos".

Agregó que régimen desplegó alrededor del Tribunal Provincial de Villa Clara un gran número de policías, agentes de la Seguridad e incluso fuerzas especiales.

El abogado defensor pidió la absolución para los tres acusados, indicó Iván Hernández Carrillo.

Según el exprisionero político y Lima Conde, los hechos por los que fueron juzgados los sindicalistas ocurrieron el 14 de febrero pasado.

La mujer relató que ese día, ella, su esposo, Morera Bacallao y otras personas celebraran por la tarde dentro de su casa, cuando comenzaron a sentir pedradas en el techo.

Lima Conde dijo que los dos opositores salieron a protestar y a gritar frases como "Abajo Fidel Castro" y "Vivan los derechos humanos". La respuesta de las autoridades fue rodear la vivienda con un "acto de repudio", añadió.

Según el relato de la mujer, Vladimir Morera Bacallao salió de la casa, fue detenido e introducido a la fuerza dentro de un vehículo cerrado en el que los agentes lo rociaron con un gas irritante que le impedía respirar.

La turba que participó en el acto de repudio "nos gritaba ofensas (…) A mí me decían puta, descarada", recordó Lima Conde, y dijo que salió de la casa para preguntar por qué le hacían aquello.

"Yo soy una buena madre, una buena vecina", señaló la mujer y agregó que incluso es miembro de los Comités de Defensa de la Revolución.

Al salir de la vivienda, "me golpearon, me cogieron por el pelo, estuve varios días con moretones (…) me rompieron un diente", dijo Lima Conde.

Señaló que su esposo salió a defenderla y le pegó a un hombre que la tenía agarrada por el pelo. Añadió que entonces un integrante de la turba sacó un cuchillo e hirió a Jorge Ramírez Calderón en la barbilla y un brazo.

Lima Conde y Ramírez Calderón denunciaron el hecho a la Policía, pero no hubo consecuencias para el agresor, miembro del PCC.

"A mí me acusan de haber mordido a un policía", dijo la mujer. "Pero el mismo policía dice que no sabe quién lo mordió, un testigo de la acusación dice que fue dentro de la casa y otro que fue fuera".

"Los que deberían ser sancionados son los que organizan los actos de repudio contra los opositores", afirmó Iván Hernández Carrillo.

Por otra parte, opinó que el proceso contra Nélida Lima Conde busca presionar a su esposo y a su familia.

"Ella no es opositora, lo hacen para crear el terror en la familia, para que ella se divorcie de Jorge y lo deje abandonado en la prisión, o para presionar a Jorge y que deje el sindicalismo independiente", consideró.

"Todo lo que ocurre en la Isla con los opositores, sindicalistas, periodistas independientes tiene repercusión en las familias", advirtió Hernández Carrillo. "Nuestros familiares pagan las consecuencias de nuestro proceder (…) en muchas ocasiones de manera directa, como es el caso de Nélida".

Aseguró que las actividades de Morera Bacallao y Ramírez Calderón como sindicalistas independientes son "completamente pacíficas". Indicó que consisten en recopilar información sobre violaciones de los derechos de los trabajadores y denunciarlas ante organizaciones internacionales.

"Buscamos los derechos que nos corresponden como seres humanos y defendemos los derechos de los trabajadores cubanos de manera pacífica", dijo Hernández Carrillo.

Romado del DIARIO DE CUBA