Cuba castrista hace malabares para ocultar su aprobación tácita a la presencia de soldados cubanos guerreando junto a Rusia contra Ucrania Imprimir
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Viernes, 08 de Septiembre de 2023 12:18

Dos días después de la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX) de Cuba, que denuncia y condena la contratación de cubanos para participar como mercenarios en la invasión de Ucrania, Moscú y Kiev siguen sin fijar posiciones públicamente.

Presuntos militares cubanos desplegados en el frente de Ucrania por Rusia.

No obstante, la prensa rusa sí ha reaccionado y especulado al respecto, con opiniones que van de la realpolitik al sarcasmo. De acuerdo con un análisis publicado por el importante diario Kommersant, y firmado por el analista político ruso Dimitri Drize, el presunto descubrimiento por La Habana de una red de reclutamiento y contratación de cubanos para llevarlos al frente de guerra dio lugar a "una dura declaración" que "no mencionó a la Federación de Rusia de ninguna manera y no la acusó de nada".

 

Pero para Drize, la reacción del régimen de Cuba "no beneficia las relaciones bilaterales".

"Cuba, como ustedes saben, es nuestra amiga y aliada. Pero por alguna razón, La Habana se abstuvo de votar en la ONU sobre la conocida resolución antirrusa que condena sus acciones en Ucrania. Por cierto, China, Irán, Kazajistán y Armenia hicieron lo mismo", recordó el experto.

"¿Qué pasa? Nada especial. ¿A quién le gusta cuando hacen algo a tus espaldas que categóricamente no te conviene? Se podría al menos habérsele informado; de lo contrario, la falta de respeto es obvia", indica.

Desde una perspectiva más pragmática, Drize subraya que "incluso un aliado, por extraño que parezca, tiene sus propios intereses, leyes y otros atributos de un Estado soberano. Este es un socio, no un subordinado, y, por extraño que parezca, no quiere pelear con el mundo occidental y agravar las relaciones ya difíciles".

El analista político sugiere que en esta cuestión "los países amigos se adhieren a la neutralidad. O tal vez da miedo pensar que los compañeros cubanos dudan de nosotros, por mucho que los abandonemos en un momento crucial del camino. Esto ya ha sucedido. ¿Dónde está la garantía de que no sucederá una segunda vez?"

El politólogo ruso Alexei Makarkin reconoce que "el régimen cubano no quiere correr riesgos. Por un lado, cualquier paso hacia Rusia conducirá a un deterioro en las relaciones con Estados Unidos. Y si bien la ideología comunista persiste, el país necesita dinero".

En declaraciones citadas por el medio ruso Newizv, el experto admite que estas son "las realidades de la vida en condiciones en las que el apoyo entre la población se ha ido, y el poder se mantiene por inercia y por miedo. Cuba es algo similar a la URSS de las postrimerías, con la única diferencia de que conservan el control político".

Sobre vínculos de dependencia con EEUU que La Habana no quisiera reconocer, Makarkin recuerda que muchos cubanos "tienen parientes en Estados Unidos. Si bien los emigrados en ese país eran percibidos como traidores, ahora son una fuente de dinero. Por lo tanto, ¿qué hacer? No pueden entrar en conflicto con los Estados Unidos y, por otro lado, temen que puedan ser utilizados y no tomados en cuenta, como fue el caso durante la crisis de los misiles cubanos de 1962".

Por todo lo anterior, para el politólogo la declaración del MINREX es "una señal que el liderazgo cubano dio a los estadounidenses de que no quieren estropear las relaciones, que no querrían verse arrastrados a la nueva Guerra Fría que ahora está teniendo lugar entre Occidente y Rusia. Ya tuvieron una experiencia".

Pese a ello, las alianzas entre Moscú y La Habana se han estrechado en lo que va de año. No solo en lo político y en lo económico, sino también en lo militar y represivo.

A nadie se le escapa que en mayo pasado el general de división Lázaro Alberto Álvarez Casas, ministro del Interior cubano, visitó Moscú, después que en marzo el secretario del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, Nikolai Patrushev, fuera recibido en La Habana por Miguel Díaz-Canel y hasta por el elusivo Raúl Castro, quien solo se deja ver públicamente en ocasiones especiales.

En el verano, el ministro de Defensa cubano, Álvaro López Miera, viajó a Moscú para conversar con su homólogo ruso, Sergei Shoigu. En ese viaje, el general de cuerpo de Ejército de la Isla selló además la alianza militar del régimen de la Isla con Bielorrusia, mano derecha de Moscú en la invasión de Ucrania.

Durante esa visita, Shoigu dijo que "Cuba ha sido y sigue siendo el aliado más importante de Rusia en la región del Caribe".

En respuesta, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Gerardo Peñalver, llamó a los dos regímenes "aliados estratégicos" que cooperan contra las "medidas coercitivas unilaterales" de Washington.

Luego, a principios de julio, el buque de guerra escuela ruso de la Flota del mar Báltico Perekop, con un centenar de cadetes a bordo, realizó su primera visita a Cuba.

Tampoco debe olvidarse que en abril pasado el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, visitó Venezuela, Nicaragua, Cuba y Brasil. Tanto movimiento tiene un fin obvio: desafiar la hegemonía de EEUU en su área de influencia directa.

Pero tras las declaraciones del MINREX y las denuncias de reclutas cubanos en Rusia, que aseguran haber sido engañados para ir a la zona de guerra y luego torturados por denunciarlo, Washington advirtió que "estamos tratando de evaluar información adicional".

En todo caso, las consecuencias de esta trama de conspiraciones podrían no ser convenientes para La Habana. Ello, cuando apenas quedan horas para la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, a la que debe asistir Miguel Díaz-Canel.

DIARIO DE CUBA

Última actualización el Jueves, 14 de Septiembre de 2023 19:41