Roma decretó la emergencia humanitaria por el repentino éxodo de tunecinos hacia Italia. Teme que haya infiltrados de Al Qaeda entre quienes escapan de la inestabilidad política en el norte de África.

 

Italia trasladó el sábado a centros de detención a cientos de inmigrantes tunecinos que llegaron a una pequeña isla siciliana. Aun así, el éxodo en precarios barcos pesqueros hacia las costas italianas no se detenía. Al amanecer, ya eran unos 3.000 los inmigrantes que habían llegado a la isla de Lampedusa en los últimos tres días. Cientos más llegaron durante el día y según informes se habían avistado varios barcos más en el horizonte, dijeron las autoridades italianas.

 

Aeronaves y barcos de la guardia costera vigilaban las aguas en busca de más embarcaciones. Lampedusa está más cerca de Africa que del territorio continental italiano.

 

Un inmigrante murió y otro estaba desaparecido luego que un bote con 12 personas se hundió en aguas tunecinas cerca de Zaris, informó la agencia estatal de Túnez TAP.

 

El gabinete italiano declaró en una reunión urgente un "estado de emergencia humanitaria" cuando el éxodo comenzó esta semana tras las protestas y disturbios que han sacudido a Túnez desde diciembre. Los incidentes también desalientan el turismo, una de las principales industrias tunecinas, por lo que la falta de empleo también podría impulsar a algunos inmigrantes.

 

La oficina del primer ministro Silvio Berlusconi dijo en un comunicado que la declaración de emergencia permite a la agencia de Protección Civil tomar "las medidas necesarias para controlar el fenómeno y ayudar a los ciudadanos que huyen de países norafricanos". No dijo cuáles serían esas medidas.

 

Italia comenzó a usar transbordadores y aviones para llevar a los inmigrantes desde la isla a centros de detención en Sicilia y otros lugares del sur del país, donde se revisarían sus documentos. Si no tienen ofertas de empleo en el país ni pueden sustentar un pedido de asilo, enfrentan una posible deportación.

 

El ministro del Interior Roberto Maroni dijo el viernes a la prensa que había temores de que terroristas, simpatizantes de al-Qaida y criminales comunes que huyeron de las prisiones tunecinas durante los disturbios pudieran aprovechar el éxodo para entrar a Italia