Fuerte despliegue policial en el velorio de las víctimas del derrumbe de Infanta Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Lunes, 23 de Enero de 2012 10:20
Fuerte despliegue policial en el velorio de las víctimas del derrumbe de Infanta

Un policia de civil vestido con una camisa a rayas me cortó el paso a la entrada de la funeraria de Calzada y K, en el Vedado, donde eran veladas las víctimas del derrumbe acontecido el pasado 17 de enero, en el inmueble de Infanta 652. Quedé estupefacto cuando éste me extendió la mano cortésmente, para inmediatamente susurrarme al oído:  “¡Hazme caso. Mejor te pierdes de esta zona, la cosa está caliente por aquí, sino vamos a tener que conducirte a un calabozo!”. Mi retirada del área fue seguida por uniformados, durante varias cuadras, que sin disimular se pasaban la voz por radio.

LA HABANA, Cuba, 22 de enero (Leonel Alberto Pérez Belette, www.cubanet.org)- He asistido a toda  clase de velorios en esa funeraria, ubicada a solo 100 metros de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, donde suelen velar tanto a figuras del arte como a miembros de la cúpula gubernamental, y nunca había tenido inconvenientes, por lo que me extraño el inhabitual sigilo. ¿Por qué el misterio?  ¿A qué le temen las autoridades en este caso?¿Acaso sus extremas precauciones indican que reconocen su responsabilidad en estas muertes, por negligencia?

Las víctimas del derrumbe fueron tres muchachas estudiantes del preuniversitario Saúl Delgado y de otro centro de enseñanza capitalino, Yexnis Mejías Muñoz, Daniela Fleites Marchante y Rachel Labrada Mesa. No todas residían en el apartamento en que se encontraban en el momento del derrumbe, se encontraban allí reunidas, estudiando para las pruebas finales. También pereció el joven Jorge Osvaldo Gómez González, novio de una de las tres estudiantes, que había acudido a buscarla. Una quinta adolescente, del mismo grupo de estudio, salvó milagrosamente su vida debido a que poco antes de que se produjera el derrumbe había decidido irse a una fiesta, a unas cuadras de distancia del siniestro.El dolor y la impotencia, afloraban en las lágrimas de los familiares y en la de sus compañeros de clase.

Inexplicablemente, los veloríos de las victimas del derrumbe se convirtieron en una verdadera operación militar. La funeraria permaneció fuertemente custodiada, durante los tres días siguientes al suceso. El desproporcionado cordón policial no se limitó a los velorios, que fueron efectuados por separado, en diferentes fechas, sino que los cortejos fúnebres y las ceremonias de sepelio también estuvieron acordonados por gran cantidad de policías uniformados y de civil. Las principales avenidas de los alrededores, fueron ocupadas por tropas especializadas del Ministerio del Interior y en la cercana calle 23 había gendarmes con perros y numerosos camiones jaula para el transporte de detenidos, a pesar de que la calle permanecía tranquila.

Última actualización el Lunes, 23 de Enero de 2012 10:24