López Obrador afirmó que el PRI lanzó una "guerra sucia" en su contra a raíz de su avance en las encuesta. Peña Nieto sigue estancado en los sondeos, pero con una cómoda ventaja

Peña Nieto, del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), obtuvo un 35.8 por ciento de intención de voto, sin cambios respecto a un sondeo de la semana pasada, mientras que López Obrador, postulado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y sus aliados, subió a un 24 por ciento desde el 21.7 por ciento previo.

 

México tiene un sistema electoral de mayoría simple, por lo que el candidato que obtenga más votos el 1 julio será quien asuma la presidencia.

El aspirante izquierdista se mostró satisfecho durante un mitin en el poblado de Puruándiro, en el occidental estado de Michoacán, y afirmó que ya ha comenzado una "guerra sucia" en su contra porque sus rivales están nerviosos. "Estoy seguro que ya llevamos la delantera y les voy a decir por qué. Porque ya empezaron a arreciar los ataques", dijo el candidato, quien a mediados de abril se ubicaba 23 puntos porcentuales debajo de Peña.

La candidata Josefina Vázquez Mota, del gobernante Partido Acción Nacional (PAN), obtuvo un 20.8 por ciento en el sondeo de Mitofsky, frente a un 20.4 por ciento de la semana anterior.

Un triunfo de Peña en las elecciones del 1 de julio significaría el retorno al poder del PRI, que gobernó México por 71 años seguidos hasta el 2000 y que a menudo es acusado de corrupción y autoritarismo. De ganar López Obrador, quien compite por segunda vez por la presidencia, la izquierda llegaría por primera vez al poder.

Peña comenzó la campaña electoral el 30 de marzo con una cómoda ventaja sobre Vázquez Mota, que estaba en segundo lugar, mientras que el aspirante izquierdista se había colocado tercero. Pero protestas estudiantiles desatadas a mediados de mayo, más casos de supuesta corrupción entre ex gobernadores del PRI han salpicado a su candidato y beneficiado a López Obrador, quien  asegura que el país es gobernado por una mafia de dirigentes del PRI y el PAN que no quieren cambios en el país.

Antes rebelde, ahora amoroso

López Obrador perdió las elecciones del 2006 frente al ahora mandatario Felipe Calderón por un puñado de votos, denunció fraude, desató protestas bloqueando una de las principales avenidas de la Ciudad de México y se declaró "presidente legítimo" de México, algo que le restó popularidad.

En esta campaña se ha mostrado más moderado y proclama una "república amorosa", al tiempo que ha buscado acercamientos con empresarios que desdeñó en el pasado. Su avance en las encuestas contribuyó ligeramente la semana pasada a un debilitamiento del peso mexicano, que ya había sido golpeado por la volatilidad en los mercados por la crisis de la eurozona.

La conservadora Vázquez Mota y su partido están sufriendo el desgaste de 12 años en el poder durante los cuales la segunda economía latinoamericana no ha crecido lo suficiente para resolver el problema del desempleo.

Además, durante la administración de Felipe Calderón el país se vio envuelto en una ola de violencia que ha dejado más de 55 mil muertos a raíz del combate frontal que el mandatario lanzó contra los cárteles del narcotráfico a poco de asumir, en diciembre del 2006.