El mandatario chileno lamentó el rechazo a la propuesta del gobierno y afirmó que seguirá conversando con quien esté dispuesto a hacerlo. En todo el país, alumnos y docentes se manifestaron. Hubo incidentes

Luego de que el movimiento estudiantil y los profesores no aceptaran el plan de trabajo presentado por el Ejecutivo y mientras el reclamo se traslada a las calles, el mandatario chileno se comprometió a "seguir, junto al Congreso, haciendo avanzar los proyectos de ley para que la preocupación se transforme en solución".

 

Durante la promulgación de la ley sobre violencia escolar, en compañía del ministro de Educación, Felipe Bulnes, señaló: "Desgraciadamente, hemos visto en estos días que algunos se restan de esa mesa de diálogo. Ése no es el camino. El diálogo tiene que ser con buena voluntad".

"Nuestro gobierno no va a renunciar a ese compromiso que tiene con mejorar la calidad de la educación y va a seguir dialogando con los que quieran dialogar de buena voluntad", agregó.

Tras reiterar su compromiso por "una reforma educacional de fondo", Piñera indicó que advirtió "desde el primer día, que esto iba a significar un esfuerzo gigantesco de todos".

En tanto, en todas las regiones del país, con la única excepción de Santiago, los jóvenes y maestros marcharon para renovar su reclamo de fin de lucro en la educación universitaria y reforma constitucional.

En la capital chilena, la movilización fue suspendida por respeto a los familiares de la tragedia aérea de Juan Fernández, ocurrida el viernes pasado y que dejó 21 muertos.

En Valparaíso, cerca de cuatro mil estudiantes secundarios y universitarios se movilizaron. Un reducido grupo de manifestantes instaló barricadas en el centro, por lo que Carabineros los dispersó con carros lanzaguas y lanza gases.

En Santiago, donde no había autorización para ningún tipo de protesta, ocho estudiantes secundarios fueron detenidos cuando intentaron marchar desde Plaza Italia hacia el centro de Santiago.