Abucheada tres veces en la apertura de la Copa de las Confederaciones, en el Estadio Mané Garrincha, en Brasilia, Dilma Rouseff someterá su prestigio a una nueva prueba en el cierre del campeonato. la presidenta irá al partido final, informó la asesoría del Planalto este domingo (16). Será en  Río, día 30 de junio, en el Maracanã.
Por Josías de Souza

La preocupación de aliados y asesores comprueba que el coraje es aún una extraña calidad. Acostumbra a faltar justamente en los momentos de mayor pavor. Piensan-pedir a la FIFA que trate a Dilma con discreción. Nada de anunciar su presencia  por el servicio de sonido o que aparezca en pantalla.

El directivo  de la Federación Paulista de Fútbol, el diputado federal Vicente Cândido (PT-SP) recomienda también que Dilma se abstenga de hacer un discurso: “El Estadio no es ambiente para un discurso es un público apartado de la politica político y acostumbrado a los abucheos, porque  ya hace eso con los equipos.”

El líder del PT en la Cámara, el diputado José Guimarães (CE) cree que no se debe supervalorizar los abucheos de Brasilia. “Es una manera de ser  del aficionado brasileño. Cualquier político que fuera al estadio y anunciaran su nombre sería recibido de la misma forma”, dice. “No debemos perder el sueño, fue algo contra la política en general, no contra ella.”  Hummm… Si se oye a otros, el abucheo suena a refresco.

Sea cómo sea, no quedaría bien para Dilma cancelar la participación en la gran final. La oportunidad de oír nuevos abucheos es enorme. El carioca ya dio muestras de su “estilo molque” al abroncar a Lula en 2007, en la apertura de los Juegos Pan-Americanos.

Resta aprender lecciones de las broncas. He ahí la primera de ellas: cuando sea imposible conseguir la ausencia de cuerpo, se debe intentar mantener por lo menos la presencia de espíritu. Por lo demás, se sugiere a los organizadores que cuelguen un aviso en el camarote de las autoridades. Algo así como: “Sonría, usted está siendo abucheado”.

Tomado de INFOLATAM

Traduccion por  Infolatam