México: la lucha del gobierno por derrotar el poder del sindicato docente Imprimir
Escrito por Tomado de INFOBAE   
Domingo, 10 de Noviembre de 2013 10:11

Enrique Peña Nieto encaró una reforma que busca devolver al Estado el control del sistema educativo, en manos de gremios corruptos desde hace más de 70 años

Por: Darío Mizrahi Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se convirtió con los años en un verdadero imperio. Con cerca de 1,5 millones de afiliados, es el más grande de América Latina y el más influyente de México.

Esto le permitió condicionar a los gobiernos, acumular miles de millones de dólares en recursos públicos -dando lugar a innumerables denuncias de corrupción- y controlar la educación.

Pero Enrique Peña Nieto, que devolvió al PRI la presidencia del país después de 12 años, llegó al poder con una mayoría más consolidada que sus predecesores y quiere hacer lo que nadie pudo hasta ahora: terminar con el dominio del SNTE.

Con ese objetivo en mente inició la reforma educativa, que fue sancionada a través de un paquete de leyes promulgadas en septiembre pasado. Pero su aplicación definitiva no está garantizada, ya que es fuertemente resistida por el sindicato, especialmente por su ala más radicalizada, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Este grupo, que es una línea interna disidente a la conducción del SNTE, mantiene desde hace meses "plantones" y ocupaciones en las principales plazas del Distrito Federal y realizó numerosas presentaciones judiciales pidiendo la nulidad de la reforma.

Pero la historia del SNTE muestra que siempre que los gobiernos buscaron domesticarlo terminaron mal, y el sindicato, más fortalecido que antes del conflicto.

México, un país controlado por los sindicatos

Lázaro Cárdenas, que gobernó el país entre 1934 y 1940, fue el presidente que institucionalizó la Revolución Mexicana, tras décadas de caos político. Durante su mandato se gestó el PRI y el esquema de gobierno que lo mantuvo 70 años en el poder de forma ininterrumpida.

Una de los secretos de su fortaleza fue crear grandes sindicatos únicos, que permitieran al PRI controlar a los trabajadores y utilizarlos como herramienta de reclutamiento para ganar las elecciones.

Desde entonces, los sindicatos fueron ganando mayor independiencia y poder propio, mientras que el PRI se iba debilitando. En 1988, el deslegitimado presidente Carlos Salinas quiso frenar el crecimiento del SNTE desplazando a su histórico líder, Carlos Jonguitud Barrios. En su lugar puso a Elba Esther Gordillo, a quien creyó que podría controlar más fácilmente.

"Pero lejos de hacerle caso a Salinas, Gordillo se fue haciendo cada vez más fuerte. Cuando en el 2000 el PRI perdió las elecciones por primera vez, ella dejó de apoyarlo y se acercó al presidente Vicente Fox, del PAN. Por su falta de lealtad la expulsaron del partido, y ella creó su propia agrupación, Nueva Alianza, algo inédito para un sindicalista", cuenta a Infobae la especialista en educación Marion Lloyd, coordinadora de Proyectos de la Dirección General de Evaluación Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México.

"Así logró demostrar que el sindicato era un aliando indispensable para cualquier gobierno. En las elecciones de 2006 fue muy claro que apoyó a Felipe Calderón y todo indica que le concedió el ajustado triunfo electoral. Por eso Calderón puso a su yerno como subsecretario de Educación Básica, a un aliado suyo en la lotería nacional y llenó la SEP (Secretaría de Educación Básica) de miembros del sindicato", agrega.

El manejo político de Gordillo fue tan hábil que logró incrementar su poder durante el período de alternancia partidaria que se abrió con el nuevo milenio. "Durante todos estos años -continúa Lloyd-, el Gobierno Federal estuvo abdicando su responsabilidad, y dando cada vez mayor control económico al sindicato. Por ejemplo, hay programas de viviendas para maestros que son gigantescos y que los manejaba directamente Gordillo".

Pero en febrero de 2013, tres meses después de la asunción de Peña Nieto, fue desplazada de la conducción del sindicato luego de que se le iniciara una causa judicial por enriquecimiento ilícito. "Se habla de miles de millones de dólares. Todo gracias a muchos programas que en vez de ser manejados por las SEP, que sería lo más lógico, los manejaba el propio sindicato, sin que existiera ninguna auditoría", dice la especialista.

Desde entonces, Gordillo permanece detenida y su situación procesal se complica cada vez más por la aparición de nuevas denuncias y evidencias en su contra, que incluyen los delitos de lavado de dinero y crimen organizado.

Pero así como Jonguitud Barrios cayó luego de haber sido uno de los hombres más poderosos del país, y el SNTE se mantuvo incólume, el gobierno sabe que si no actúa con habilidad, la historia podría repetirse.

Lo que propone la Reforma Educativa

El cambio más importante que quiere introducir el gobierno, y que más polémica ha generado, es la intención de evaluar el rendimiento docente y establecer concursos de oposición para la designación de los cargos y las promociones. Para eso crea el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, un organismo independiente que asumirá esas tareas, hasta ahora a cargo del sindicato.

"Los concursos son necesarios, no puede ser que se hereden o que se vendan las plazas que quedan vacantes. Gordillo públicamente aceptó ese punto, aunque luego lo saboteó por debajo de la mesa. Tiene que haber un mayor seguimiento y control de los maestros", explica Lloyd.

"También hace falta algún tipo de evaluación, pero tiene que ser propositiva. Se tiene que evaluar a los maestros para darles recomendaciones y herramientas para que mejoren, no para echarlos si reprueban, porque eso podría pasarle a la gran mayoría", agrega.

La reforma también propone quitarle al SNTE el control de la carrera magisterial, que son los cursos que se dictan a los docente para subir de nivel, lo que los habilita a cobrar mejores salarios. La conducción del sindicato hizo siempre un uso discrecional de esos cursos, como una herramienta para asignar premios y castigos. Por ejemplo, los miembros de la CNTE denuncian que para ellos es imposible ingresar.

La reforma también crea el Sistema de Información y Gestión Educativa, una base de datos que que registrará cuántas escuelas y maestros hay en cada región del país, y cuál es la proporción de alumnos por aula en cada caso, entre otras estadísticas educativas. El sindicato se opone fervientemente a este punto, porque siente que es una forma de control sobre los docentes.

"La falta de información estadística es un problema enorme en México -dice Lloyd-, y hoy no existe una base de datos centralizada con información de todos los niveles de educación. Ni siquiera se sabe la cantidad de miembros que tiene el sindicato. Algunos hablan de 1,2 millones, otros de 1,5".

Otro de los aspectos que se propone resolver la reforma es la enorme incidencia del ausentismo docente y el problema aún más grave de quienes figuran y cobran como maestros pero jamás dieron una clase. Es el caso de los "aviadores", que no van nunca a la escuela, y el de los "comisionados", que por distintos motivos están exentos de ir, pero deberían ser una excepción.

"Sin embargo, muchos estudios muestran que son decenas de miles. Por eso no quieren que haya un registro que muestre cuántos son", afirma la especialista.

Los errores que podrían hacer caer la reforma

"El mayor problema es que el Gobierno no está negociando, sino que directamente está imponiendo que el sindicato no va a mandar más y que los docentes empezarán a ser evaluados, en algunos casos de acuerdo con el resultado de los exámenes de sus alumnos. Entonces muchos dicen que es injusto, porque en ciertos ámbitos, como el de las escuelas rurales, la incidencia de los maestros llega hasta cierto punto", dice Lloyd.

Otro aspecto que objetan los gremios es que no se hable de dar más recursos a los maestros que enseñan en las escuelas indígenas, ni de invertir más en infraestructura, a pesar de que hay escuelas que no tienen ni baño.

"El reclamo -dice Lloyd- es que la reforma no se vuelva una cuestión punitiva para castigar a los malos maestros, sino que se proponga como una respuesta integral a los problemas de la educación. Cómo capacitamos a los docentes, qué recursos les ofrecemos a ellos y a los alumnos, y cómo mejoramos la infraestructura".

Por cómo ha sido llevada adelante, la reforma acentuó una tensión clasista que estaba latente en la sociedad mexicana. "Grupos como Mexicanos Primero, cuyos miembros son parte de Televisa y de otras grandes corporaciones, están impulsando la reforma. Y para ello, quieren pintar a los maestros como un lastre para el futuro del país, y los muestran con tienen tintes racistas".

En respuesta, los maestros radicalizaron su posición, ya que se sienten discriminados y amenazados. Así, el conflicto no da señales de ceder, y dado que los que mandan en las aulas son los docentes, si la reforma no logra ganar un mínimo de aceptación entre ellos, va a tener serias dificultades para prosperar.