Acusado de ser la cabeza del escándalo de corrupción que sacudió el gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el ex ministro José Dirceu se entregó este viernes a la policía para cumplir el decreto de prisión expedido por el Supremo Tribunal Federal y de declaró inocente y víctima de un "juicio político".

Según el hombre fuerte del primer gobierno izquierdista de Brasil, el juicio, "político y de excepción", termina "como comenzó: innovando y violando garantías individuales aseguradas por la Constitución".

"Como siempre, voy a cumplir lo que manda la Constitución y la ley, pero no sin protestar y denunciar el carácter injusto de la condena que recibí. La peor de las injusticias es aquella cometida por la propia Justicia", aseveró el líder izquierdista en un comunicado emitido poco antes de entregarse.

La prisión de Dirceu fue decretada este viernes junto a la de otros 11 reos en el llamado "juicio del siglo", entre los que se cuentan otros líderes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), como el ex presidente de la fuerza política José Genoino y el ex tesorero Delubio Soares y el empresario Marcos Valerio de Souza, apuntado como el operador financiero del esquema de "compra de votos" a parlamentarios aliados a cambio de apoyo al Gobierno en el Congreso.

Dirceu fue condenado a 10 años y 10 meses de prisión, en régimen cerrado, por corrupción activa y asociación para delinquir.

"Fui condenado sin acto de oficio o pruebas, en un juicio trasmitido día y noche por la televisión, bajo la presión de la prensa, que durante estos ocho años me sometió a un prejuzgamiento y linchamiento", enfatizó el histórico dirigente petista, quien recuerda en la misiva que se trata de su segunda detención "por cumplir su papel en el combate por una sociedad más justa y fraterna".

Anteriormente, Dirceu fue preso durante la dictadura militar brasileña (1964-1985).

"Aun preso seguiré luchando para probar mi inocencia y anular esta sentencia espuria. No importa que me hayan robado la libertad: continuaré defendiendo, por todos los medios a mi alcance, las grandes causas de nuestra gente, al lado del pueblo brasileño, combatiendo por su emancipación y soberanía", prometió.

Durante el día viernes, Dilma Rousseff y Lula da Silva mantuvieron un encuentro de tres horas en el que discutieron sobre los efectos de la decisión de la Corte sobre Dirceu, de cara a las elecciones presidenciales de 2014.

Según trascendió en los medios locales, los dirigentes del Partido de los Trabajadores habrían discutido la conveniencia de que los resultados del juicio se conozcan este año y no en el año 2014, con la campaña electoral ya en marcha.

DPA