La OMC resucita, buenas noticias para América Latina Imprimir
Escrito por Indicado en la materia   
Martes, 10 de Diciembre de 2013 08:33

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El paquete de Bali que la Organización Mundial del Comercio (OMC) alcanzo el pasado 7 de diciembre permite a la institución mostrar que es útil para gestionar los problemas económicos globales precisamente cuando todos comenzaban a darla por muerta. Esto es sin duda una buena noticia para la comunidad internacional, pero es incluso mejor para los principales países de América Latina (sobre todo los de América del Sur), que se estaban quedando al margen de los principales acuerdos regionales de liberalización comercial que han surgido en los últimos años como resultado de la parálisis de la OMC.

(Especial Infolatam).- La Organización Mundial del Comercio (OMC) llevaba desde 2008 en estado de hibernación. Tras su creación como heredera del GATT en 1995, estaba llamada a ser la principal institución de gobernanza de la globalización. Sin embargo, desde entonces, ha sido incapaz de cerrar acuerdos vinculantes. En 2001 lanzó la Ronda de Doha, pero ya desde la cumbre de Cancún de 2003 se hicieron evidentes (e insalvables) las diferencias entre los países emergentes y los avanzados.

Tras años de negociaciones estancadas, y con el comercio internacional avanzando a gran velocidad al margen de los acuerdos OMC, en 2008 hubo una ventana de oportunidad para cerrar la ronda de Doha, pero las diferencias entre India y EEUU por los subsidios agrícolas hicieron descarrilar el acuerdo. Meses después estallaba la crisis financiera global, y con la recesión resurgían las presiones proteccionistas. La OMC bastante tenía con evitar el auge de las barreras arancelarias, por lo que la Ronda de Doha cayó en el olvido.

Aunque uno de los grandes éxitos de la comunidad internacional ha sido evitar el auge del proteccionismo durante la Gran Recesión, no es posible calibrar si la OMC ha sido el principal artífice de los mercados abiertos. Aunque sin duda le corresponde algo de mérito, las nuevas cadenas de suministro globales hacen cada vez menos rentable el proteccionismo para la mayoría de los países que importan productos intermedios para luego exportar bienes finales.

El hecho de que el brasileño Roberto Azevêdo, Director de la organización desde el pasado septiembre, haya logrado fijar este acuerdo, demuestra que cuando los organismos internacionales están presididos por personalidades del mundo emergente los países avanzados no tienen nada que temer...

En todo caso, lo que sí es cierto es que las principales potencias dejaron hace años de considerar la OMC el principal foro para continuar liberalizando el comercio. Aparecía como una organización poco flexible, con una agenda anticuada y sin liderazgo político. Por ello, se iniciaron acuerdos preferenciales que aspiraban a continuar la tarea de la apertura comercial entre grupos de países más pequeños que pudieran sortear los obstáculos que inmovilizaban a una organización con casi 160 estados miembros y con intereses contrapuestos.

Pero, para sorpresa de todos, la cumbre de Bali ha logrado, por primera vez, adoptar un acuerdo. El contenido del mismo es muy limitado, y aún tiene que ser ratificado. Pero demuestra que la OMC se ha dado cuenta de que estaba cayendo en la irrelevancia y que tenía que reaccionar, además de servir como revulsivo para intentar cerrar la Ronda de Doha a lo largo del próximo año. El paquete de Bali incluye medidas de facilitación del comercio, cuyo objetivo es reducir los obstáculos burocráticos en las aduanas y que podría aumentar el PIB mundial entre 400.000 millones de dólares y 1 billón.

Además, incorpora acuerdos en materia agrícola y de desarrollo, tanto de eliminación de subsidios a la exportación como de nuevas normas para permitir que los países en desarrollo apoyen sus producciones y acumulen reservas por motivos de seguridad alimentaria, pasando por un acuerdo en el controvertido sector del algodón y de un compromiso de apertura de mercados en los países avanzados a las exportaciones de los productos de los países más pobres.

Para América Latina el acuerdo es muy positivo, no tanto por el contenido del mismo, que es bastante reducido, sino porque la región, que por el momento ha quedado fuera de la mayoría de las nuevas negociaciones comerciales iniciadas al margen de la OMC, necesita una OMC fuerte y activa para que su voz se escuche. Además, el hecho de que el brasileño Roberto Azevêdo, Director de la organización desde el pasado septiembre, haya logrado fijar este acuerdo, demuestra que cuando los organismos internacionales están presididos por personalidades del mundo emergente los países avanzados no tienen nada que temer, sin más bien todo lo contrario.

El análisis
Federico Steinberg

Federico Steinberg

Tomado de INFOLATAM

Última actualización el Martes, 10 de Diciembre de 2013 08:35