El miedo de las FARC: repetir la suerte de la Unión Patriótica Imprimir
Escrito por Tomado de INFOBAE   
Domingo, 02 de Marzo de 2014 12:41

El recuerdo del exterminio tras el diálogo de paz en 1984 y los recientes ataques a militantes de izquierda agitan fantasmas entre los negociadores sobre su futura desmovilización. Entrevista con la candidata presidencial Aída Avella

Crédito: AFP

"Algunos estamos amenazados de muerte por nuestra fidelidad a la patria, al pueblo y a la causa del socialismo. El enemigo no olvida ni perdona", gritaba el juez Jaime Pardo Leal, candidato presidencial de la Unión Patriótica, en su discurso de campaña de 1986. "Se ha masacrado de la manera más salvaje a dirigentes y militantes de nuestro movimiento político. En consecuencia, le hemos dicho al gobierno nacional que nos defina si tenemos derecho a vivir o no en nuestro país".

Un año después, Pardo fue asesinado de un disparo en la cabeza cuando conducía su auto de vuelta a su hogar y dos vehículos le cortaron el paso en una ruta cercana a La Mesa, municipio de Cundinamarca.

La Unión Patriótica surgió como un movimiento "pluralista" en 1985 durante el fallido diálogo de paz entre el gobierno de Belisario Betancur con las FARC en el municipio de La Uribe, campamento del secretariado de la narcoguerrilla. Una vez acordado el cese del fuego, los insurgentes avanzaron para lanzarse a la vida civil y política.

En ese entonces, los acuerdos conseguidos con el gobierno de Colombia establecieron plenas garantías y seguridad por parte del Estado para que los desmovilizados pudieran desarrollar una campaña electoral. Pero nadie esperaba que al año siguiente los resultados de las elecciones generales les otorgaran 12 diputados, 14 alcaldes y 350 concejales a nivel nacional. Incluso 2 comandantes fueron elegidos para el Parlamento colombiano.

Cuando pasaron los comicios, empezaron a ser asesinados uno tras otroLa representación de la UP en el país incluía jueces, abogados, gremialistas y campesinos que se negaban a tomar las armas pero compartían los objetivos ideológicos de las FARC, un grupo armado que cumplía 20 años de realizar ataques terroristas para llegar al poder.

Esto fue excusa suficiente para  que grupos paramilitares y narcotraficantes, aliados con latifundistas y caudillos regionales, se lanzaran a la caza de "comunistas". Cuando pasaron los comicios, los miembros de la UP empezaron a ser asesinados uno tras otro según el Plan Baile Rojo, elaborado por los Servicios de Inteligencia para matar a todas las personas elegidas democráticamente.



Finalmente, con la muerte de Jaime Pardo Leal, a fines de 1987 la guerrilla dio por concluido el diálogo de paz y volvió a la clandestinidad. Algunos militantes de la UP consideraron que la revolución por vía legal era imposible y decidieron responder a la violencia con más violencia. Como es el caso del adinerado profesor Ricardo Palmera, alias "Simón Trinidad".

La persecución a la UP implicó más de 4.000 militantes muertos durante seis gobiernos consecutivos y  una impunidad consentida por las Fuerzas Armadas, el Poder Judicial, la Iglesia y los medios de comunicación.

Tres décadas después

Llegó el año 2014 y lleva casi medio siglo un conflicto armado que azota a Colombia con 6 millones de víctimas. La población ya no tolera la violencia, sin importar cuál sea la causa, y quiere el desarme de los rebeldes.

Los negociadores de FARC en La Habana han logrado, por primera vez en su historia, pactar dos puntos de la agenda: "Política de desarrollo rural integral" y "Participación política". Sin embargo, la inseguridad es algo que los mantiene intranquilos en cada ataque que sufre la izquierda colombiana.

"Es urgente que el Gobierno detenga el vía crucis"Las nuevas amenazas a la UP, las muertes en Marcha Patriótica y la destitución del ex guerrillero y alcalde bogotano Gustavo Petro han sido el centro de reiterados y precisos comunicados desde Cuba.

Iván Marquez, ex congresista por la UP y jefe de las negociaciones, denunció que en dos años fueron asesinados 29 activistas de Marcha Patriótica. "Para que este proceso de paz no termine en una farsa o en una comedia, es urgente que el Gobierno detenga el vía crucis", advirtió.

"Si el gobierno del presidente Santos no es capaz de controlar y ponerles freno al sector militarista enemigo de la paz y a los grupos paramilitares que amenazan abiertamente con hacer abortar el proceso, nos veremos abocados inexorablemente a seguir en guerra", señaló el cabecilla Pablo Catatumbo. Y advirtió: "El Gobierno cambia este contexto o se alista para el escalonamiento del conflicto".



El recuerdo latente

La psicóloga Aída Avella volvió a su país natal tras pasar 17 años en el exilio por miedo a ser asesinada. Regresó para representar a la UP en las presidenciales del próximo 25 de mayo y desde el momento de su llegada, no deja de recibir amenazas. Incluso la caravana donde hacía campaña recibió disparos el domingo pasado; luego la guerrilla del ELN se atribuyó el ataque y le pidió perdón por el malentendido.

"El genocidio sigue y está presente"

"El ambiente moral y político del país no ha cambiado mucho durante estos años. Hay zonas del país donde las amenazas siguen llegando y todas tienen un común denominador: querer sembrar el terror para impedirnos incursionar en la vida política", explicó Avella en una entrevista con Infobae.

"La UP tiene el mérito de haber reivindicado a su gente y la condición moral de que nuestros muertos no terminaron en los cementerios condenados al olvido, sino que forman parte de la historia nacional y de la internacional. Cuando los jóvenes me preguntan cómo fue aquello, yo les respondo que el genocidio sigue y está presente cuando nos siguen amenazando y estigmatizando", señaló.

"Lo que está pasando ahora con la Marcha Patriótica es muy grave, es un torpedo al proceso de paz. La Marcha es un movimiento que surge de la inconformidad, de los indignados, por eso es que creo que este país no ha avanzado mucho. Al contrario, ha retrocedido", advirtió Avella.



Un diálogo de paz distinto

La candidata presidencial considera que la estrategia de paz impulsada por el mandatario Juan Manuel Santos es distinta a la maniobra de 1984, al sostener que "son dos procesos y dos períodos diferentes". Y explicó: "El espacio que abrió Belisario Betancur se desaprovechó, por esas fuerzas de la ultraderecha que siempre ha actuado a través de terceros o directamente. En la época de Belisario actuaban más camufladamente".

"El gobierno de Santos y el de Betancur son diferentes. Es la primera vez que se sienta la insurgencia a dialogar y que hay dos puntos pactados en una agenda profunda. Creo que esto tiene una validez inmensa pero también muchos peligros, porque los enemigos de la paz están siempre, quieren sabotear todos los días el proceso de La Habana,  y eso es gravísimo".

Desde 2013, la Unión Patriótica volvió a ser una plataforma política posible para los miembros de FARC. Sin embargo, Avella asegura que la nueva mirada del partido es no incidir sobre lo que ocurra en La Habana.

"Eso es la insurgencia dialogando con el Gobierno y nosotros estamos en otra dinámica, que es el ejercicio de la política abierta, desarrollando una propuesta viable que se trazó hace 28 años, que no se pudo realizar entonces, pero que hoy, bajo otras perspectivas y encarando nuevos desafíos, esperamos sí se pueda hacer", concluyó.