Las ocho fosas fueron descubiertas en un terreno de Ciudad Hidalgo, según informó la Fiscalía del estado de Michoacán. "El Ministerio Público dio fe de lo que, al parecer, son los restos de 11 personas", señaló a la agencia AFP una fuente de ese despacho estatal que pidió el anonimato.

 

Debido al estado de descomposición de los cuerpos, se desconoce hasta el momento la identidad de las personas, y los peritos siguen excavando la zona para descartar que haya más cadáveres enterrados.

Por otro lado, fuentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional informaron que casi un centenar de policías de Ciudad Hidalgo fueron "acuartelados" para que se los investigue por "supuestos vínculos con el crimen organizado, además de la posible coparticipación en la desaparición y asesinato de personas".

Fuerzas estatales asumirán la seguridad de Ciudad Hidalgo y especialistas en balística revisarán las armas de los policías del poblado para determinar si alguna de ellas fue utilizada en la ejecución de las personas encontradas en las fosas, según autoridades de Seguridad Pública de Michoacán.

El hallazgo de las fosas tuvo lugar la noche del miércoles en un terreno cercano a una procesadora de resinas y a la carretera federal Morelia-Toluca, que une las capitales de Michoacán y del Estado de México, donde el Gobierno reforzó en marzo el despliegue de fuerzas federales por el repunte de la violencia.

Michoacán es un feudo de Los Caballeros Templarios

Michoacán es un estado clave para la lucha contra el narcotráfico, dado que se convirtió en feudo del cártel Los Caballeros Templarios, cuyos principales líderes han sido detenidos o abatidos en los últimos meses y del que queda como única cabeza visible y libre Servando "La Tuta" Gómez.

El gobierno federal comenzó un despliegue, en mayo de 2013, de miles de militares y policías en el estado y consiguió legalizar recientemente las llamadas autodefensas -civiles que se levantaron en armas en febrero de 2013 contra los asesinatos, secuestros y extorsiones de los Templarios- para convertirlas en policía rural.

La semana pasada fueron hallados 31 cuerpos en fosas clandestinas en un rancho de una comunidad rural de Veracruz (este), donde opera el cártel Los Zetas.

El hallazgo de tumbas clandestinas se ha convertido en algo recurrente en México como consecuencia de la violencia desatada desde 2006 por la lucha militarizada contra el crimen organizado y las pugnas entre los cárteles del narcotráfico, que han dejado más de 80.000 muertos.