Faltan menos de dos meses para las elecciones generales. El 11 de septiembre los guatemaltecos acudirán a las urnas para determinar a sucesor de Colom. Sin embargo, el oficialismo no podrá jugar su carta más fuerte.

Ya por la mañana, cientos de militantes del partido gobernante, Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), se habían congregado frente a la sede del Organismo Judicial (OJ), con carteles y banderas partidarias para expresar su apoyo a Torres, mientras la Corte Sprema de Justicia (CSJ) debatía el tema. Pero la decisión del tribunal fue negativa y selló las esperanzas del oficialismo.

"No se otorgó el amparo por considerarlo inviable", resumió en conferencia de prensa el presidente del tribunal, Luis Archila.

Doce de los trece magistrados de la CSJ votaron en contra de otorgar el amparo con el que Torre buscaba revertir el fallo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) por considerar que este organismo, al negarse a avalar la inscripción de la, violó los derechos constitucionales de ésta de "elegir y ser electa".

Según los jueces, Torres incurrió en "fraude de ley" al divorciarse del presidente Álvaro Colom para evadir la prohibición constitucional que le impide aspirar a la primera magistratura.

La UNE se presentará el martes "a primera hora" ante la Corte de Constitucionalidad (CC) para apelar el fallo. Un revés en dicha instancia será el final de lass aspiraciones políticas de Torres.

Las autoridades electorales ya habían rechazado la inscripción de la ex primera dama en tres ocasiones, también con el argumento de que la pareja presidencial había cometido un "fraude a la ley".

Sucede que la Carta Magna guatemalteca prohíbe a los familiares del presidente de turno optar a la Presidencia y Vicepresidencia, respectivamente, en el periodo inmediato.

Mientras, el plazo para el cierre de candidatos vence este martes, lo que significa que el oficialismo no podría sustituir la candidatura de Torres.

El general retirado Otto Pérez, candidato de la principal fuerza de oposición, el Partido Patriota (PP), está en el primer lugar de las preferencias del electorado, con entre un 40 y un 42 por ciento de la intención de voto, según las encuestas, gracias, principalmente, a su discurso de mano dura contra el crimen organizado que convirtió a Guatemala en uno de los países más violentos de la región.