Los universitarios instaron al Ejecutivo a que precise si tomará en cuenta sus reclamos para decidir si se suman al diálogo propuesto por el Parlamento. Edificios de Unicef y el Servicio Electoral fueron blanco de las protestas

"Para que ese diálogo sea útil a la solución del conflicto, es necesario que el gobierno diga si efectivamente va a avanzar en lo relativo a las reivindicaciones estudiantiles y ciudadanas", dijo Giorgio Jackson, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc).

"Eso es lo que estamos esperando para poder analizar con mayor seriedad y detalle la propuesta del Parlamento", agregó el dirigente, uno de los líderes de las movilizaciones que desde el pasado mayo mantienen los estudiantes, en demanda de una educación pública gratuita y de calidad.

El Parlamento propuso, el fin de semana, establecer una mesa de negociaciones tripartita (gobierno, Congreso y estudiantes) para buscar una solución al conflicto. La oferta fue aceptada por un sector de los secundarios, pero rechazada por las federaciones universitarias, que mantuvieron su postura firme y convocaron a un nuevo paro nacional para este jueves.

Al respecto, Jackson aclaró que el sector que representa no rechazó la invitación, sino que insistió en que espera que el Ejecutivo aclare sus intenciones antes de participar. "Muchos de los puntos que está presentando esta mesa tripartita son de exclusiva facultad del Ejecutivo, por lo tanto, por mayor buena voluntad que exista por parte del Parlamento, la palabra final para enviar los proyectos de ley la tiene el gobierno", explicó al señalar que ven "cierto grado de intransigencia" en La Moneda. El dirigente llamó, además, al gobierno a dejar de lado "orgullos ideológicos para dar paso a una demanda de la mayoría de la ciudadanía".

Tomas simbólicas

En ese tenso contexto, que ha llevado al gobierno de Sebastián Piñera a límites inéditos de impopularidad, dos edificios fueron tomados este martes. Varios artistas se desplazaron hasta la sede del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para manifestar su apoyo al reclamo estudiantil, mientras que un grupo de jóvenes exigió en el Servicio Electoral la realización de un plebiscito.

Unas 70 personas se acercaron a la dependencia de la ONU en Santiago en la mañana del martes. Eran integrantes de los grupos musicales Illapu, Chico Trujillo, Banda Conmoción y Schwenke y Nilo, entre otros. "Nos convocamos de forma espontánea para apoyar a los estudiantes", relató Roberto Márquez, de la agrupación folklórica Illapu. "La idea es llamar la atención sobre esta insoportable indiferencia del gobierno", agregó.

"Chile tiene uno de los sistemas de educación más segmentados de América Latina y, de hecho, más segmentados del mundo", dijo el representante de la agencia multilateral en Chile, Gary Stahl. "Esto qué quiere decir: que si uno es pobre recibe una pobre educación, si es rico recibe una excelente educación", explicó.

Según el diario La Tercera, estudiantes y ambientalistas fueron los autores de la toma simbólica del Servicio Electoral con el objetivo de exigir un cambio constitucional que permita la realización de plebiscitos para resolver conflictos sociales como el educacional. "Exigimos plebiscito vinculante y que permita a los mayores de 14 años participar en la definición del rumbo que debe tomar la reforma", dijo Francisco Figueroa, vicepresidente de la Fech.

"Apoyamos la demanda de la resolución del conflicto estudiantil a través de un plebiscito, que sea convocado por la ciudadanía. Creemos que este instrumento debe ser utilizado para resolver otros grandes temas como, por ejemplo, la soberanía del país sobre riquezas naturales, la propiedad del agua, etc.", añadió Eduardo Giesen, dirigente ambientalista del colectivo Viento Sur.

"Huelga en serio"

A un mes de iniciada la medida, cuatro estudiantes del liceo A-131 de Buin que mantenían una huelga de hambre anunciaron que a partir de este martes radicalizarán su postura ante lo que consideran una negativa del gobierno a acoger sus demandas. Anunciaron que disminuirán, de forma progresiva, el consumo de líquido.

"En una huelga de hambre en serio, después de un mes, las cosas se empiezan a poner peligrosas. Estos jóvenes están expuestos a cualquier complicación, sobre todo infecciosas", dijo el ministro de salud, Jaime Mañalich.