La sepultura del preso político cubano tendrá lugar a primera hora de mañana en su pueblo natal, Banes, donde agentes de seguridad del Estado y policías cercan la localidad cubana e impiden el paso de la comunidad.

Martha Beatriz Roque, una de las pocas integrantes de la oposición que logró asistir al velorio de Zapata, explicó que la seguridad finalmente "accedió" a realizar el entierro mañana a las 7.00 hora local, después de que otras fuentes disidentes dijeran que las autoridades insistían en que fuera hoy mismo.

Según Roque, la situación en el pueblo del oriente cubano "es muy difícil" porque la seguridad del Estado vigila, pero "no da la cara" y "manda a una doctora que parece una esbirra a comunicarse" con la familia.

Fuentes de la oposición habían denunciado anteriormente que el cuerpo de Zapata seguía "preso", por las demoras de la seguridad del Estado para entregarlo a la familia y por sus órdenes de realizar el entierro sin dilación.

Finalmente, este mediodía el cadáver llegó a Banes, en la provincia oriental de Holguín, a unos 750 kilómetros al este de La Habana, y fue entregado a su madre, Reina Tamayo, que acusa al Gobierno de haberlo asesinado.

Roque, de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, señaló que Zapata está siendo velado por algunos familiares, vecinos y amigos en su casa de Banes, que se ha convertido en un "pueblo tomado" por los agentes de la Policía y la seguridad.

Añadió que el perímetro fue cerrado por policías y oficiales "vestidos de civiles" y "con grados", que no dejan pasar a la casa.

La disidente viajó de La Habana a Holguín junto con una representación de Damas de Blanco y familiares del grupo de 75 disidentes encarcelados en 2003, al igual que Zapata.

La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) denunció que tras la muerte de Zapata se ha desatado una "oleada de represión política", con al menos 25 detenidos y otros tantos retenidos en forma ilegal en sus casas.

Según dijo a Efe el portavoz de la CCDHRN, Elizardo Sánchez, la mayoría de las "detenciones arbitrarias" confirmadas han tenido lugar en las provincias orientales del país, "sobre todo para evitar que los disidentes asistan a los funerales".

Zapata Tamayo, albañil de 37 años, falleció el martes en un hospital de La Habana, tras pasar 85 días en huelga de hambre para exigir un tratamiento digno en la prisión.

De acuerdo con fuentes opositoras, el fallecido exigía ser tratado como "prisionero de conciencia", condición que le reconoció Amnistía Internacional (AI).

Fuente: EFE