En San Pablo y Río de Janeiro hubo enfrentamientos entre manifestantes y policías. La jornada de movilizaciones se cumplió de forma pacífica en casi todo el país

La jornada de movilizaciones convocada por las principales centrales sindicales del país se desarrolló de forma pacífica durante todo el día en gran parte de Brasil.

Decenas de carreteras y entradas a los puertos en Brasil fueron bloqueadas el jueves; y el transporte público fue paralizado en varias ciudades al llamado de sindicatos, en las primeras protestas desde las históricas protestas de junio.

Policías y manifestantes se enfrentaron la noche del jueves en una importante autopista que conecta San Pablo con el sur del país, donde se levantaron barricadas que bloqueaban el tránsito. Según la policía, había unos 1.500 manifestantes en el momento de los incidentes.

Efectivos de las fuerzas de seguridad debieron dispersarlos con gases lacrimógenos y bombas de estruendo. Para bloquear el paso de vehículos los manifestantes levantaron barricadas con neumáticos en llamas, que desprendían gruesas columnas de humo.

La autopista une San Pablo (sureste) con la ciudad de Curitiba, la capital del estado de Paraná (sur). En medio de la manifestación un vehículo atropelló e hirió a dos manifestantes en una avenida paralela.

Las cinco principales centrales sindicales reclaman la reducción de la jornada laboral y retoman varias de las reivindicaciones de las masivas manifestaciones del mes pasado, como transporte público de calidad y más inversiones en salud y educación.

La policía de Rio de Janeiro lanzó gases lacrimógenos y gas pimienta contra manifestantes que participaban de una manifestación en la plaza Cinelandia y alrededor del Palacio Guanabara, sede gubernamental, donde hubo al menos 30 detenidos según medios locales.