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La presidente brasileña, Dilma Rousseff, y su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva, analizaron la orden de detención contra ex dirigentes del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) condenados por corrupción en el caso conocido como "mensalao" y el efecto que el escándalo puede tener en las elecciones de 2014. Aparentemente hay desacuerdo entre la presidenta y la dirigencia del PT en ese delicado punto.

El principal condenado por la Corte es José Dirceu, quien fue el ministro más poderoso del gabinete de Lula da Silva y que renunció en 2005 a raíz del mensalao.

Dilma y su correligionario Lula conversaron durante más de 3 horas en el Palacio de Alvorada, residencia presidencial en Brasilia, sobre la inminente detención de Dirceu, condenado a cerca de 10 años de prisión por delitos como "corrupción activa" y por haber sido el cabecilla de una "organización ilícita", conocida popularmente como el "mensalao".

Según el instructor del proceso, el ministro Joaquim Barbosa, se trató de una red que pagó sobornos a legisladores a cambio de su voto en proyectos que eran de interés para el Palacio del Planalto (Presidencia) y financió con recursos ilegales campañas electorales, incluso una de Lula da Silva.

Durante las más de 3 horas de reunión entre Dilma y Lula, realizada el jueves, ambos habrían llegado a la conclusión de que es preferible que los arrestos ocurran este año y no en 2014, afirmaron miembros del Gobierno al diario Estado de Sao Paulo.

"¿Quién soy yo para hacer algún comentario insinuante o juzgar a la Corte Suprema? Yo creo que quienes tienen que plantear su desacuerdo o no (con la orden de detención ) son los abogados (de los condenados), quienes saben lo que hay que hacer desde el punto de vista jurídico", sostuvo por su parte Lula, el viernes.

Líder histórico y presidente honorario del PT, Lula habló brevemente con periodistas en Brasilia a bordo de un automóvil, donde lo acompañaba Rui Falcao, que la semana pasada fue reelegido presidente del partido oficialista.

Fuentes consultadas por Folha de Sao Paulo señalaron que Rousseff, Lula y algunos ministros acordaron como estrategia mencionar el hecho de que dirigentes del partido opositor PSDB no fueron procesados por otros casos de corrupción millonarios, como el de los supuestos sobornos pagados para la construcción del subterráneo de San Pablo.

Esta semana estuvo marcada por la conmoción que causó en el Gobierno la noticia del posible arresto de Dirceu, el diputado José Genoino, ex titular del PT en 2005, y del ex tesorero de la agrupación Delúbio Soares, quien negoció en persona los acuerdos ilegales con otros partidos y entidades financieras, según la condena del Supremo Tribunal Federal (STF).

El miércoles el Supremo Tribunal Federal (STF) aprobó la prisión de los condenados pese a que aún están en curso las apelaciones presentadas por sus abogados a las sentencias, y en Brasilia se especulaba que los arrestos podrían ocurrir a partir de este viernes, pero se consideraba más factible que se los realizara a partir del lunes.

Por su parte, el abogado del principal condenado, José Dirceu, declaró que pese a la "indignación" que le causó la decisión del STF, él está sereno y acatará la orden de arresto cuando ésta sea impartida.

"Tengo que examinar el final del juicio, pero lo que quiero decir es que se recurrirá a todos los recursos pertinentes para demostrar la legitimidad de la posición de mi cliente", declaró Oliveira Lima.