El gobierno de Barack Obama refuerza el control de las fronteras, en particular las del sur, donde un número cada vez mayor de mujeres y niños ingresan a Estados Unidos de forma ilegal e irregular. Fuentes de la Casa Blanca señalaron que el refuerzo de los controles apunta a enviar una señal muy clara: los inmigrantes no autorizados serán rechazados.

El refuerzo de los controles incluye el despliegue de un mayor número de jueces para la Inmigración, con el fin de darle mayor rapidez a la validación de los pedidos de asilo o, por el contrario, acelerar la deportación de quienes son rechazados.

Las nuevas estructuras están en vía de apertura para albergar a las familias que esperan una audiencia. Está previsto además el uso de brazaletes electrónicos para monitorear cualquier movimiento, y evitar que nadie se escape.

La decisión de parte del gobierno de Obama fue tomada teniendo en cuenta el flujo de miles de niños inmigrantes, hecho que se convirtió en una crisis humanitaria y política. Anunció además una serie de subvenciones para ayudar a Guatemala, Honduras y El Salvador -los países desde donde llega la mayoría de los niños- para que los menores puedan ser mantenidos en sus naciones.

La mayor preocupación de parte de la Casa Blanca es precisamente por la avalancha de niños pequeños que no han podido ser detenidos cruzando la frontera. Obama anunció también la creación de un subsidio federal para contratar abogados para representar a los menores ante la corte de inmigración.

El secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Jeh Johnson, recorrió la frontera sur de Texas para inspeccionar el manejo del gobierno en la region. Al mismo tiempo, el vicepresidente Joe Biden se reunió con líderes centroamericanos para ver qué hacer para ayudar a detener el flujo de personas dispuestas a cruzar la frontera.

"La pregunta ante nosotros es cómo podemos hacer que el proceso en las fronteras sea más eficiente, dado el aumento en el número de personas que están siendo aprehendidas", dijo el viernes el subsecretario Adjunto de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.

En general, los menores de edad cruzan la frontera sin sus padres, y con la ayuda de los denominados "coyotes" (traficantes de personas). En el año 2011, unos 4000 niños provenientes de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron capturados a lo largo de la frontera. En lo que va del 2014, esa cifra es de 34.000.
ANSA