La disidente cubana, exiliada en la Argentina, analizó en InfobaeTV el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la isla y los EEUU. Calificó a Fidel Castro de "psicópata"

La médica Hilda Molina, quien formó parte de la revolución cubana y luego se convirtió en disidente, se mostró escéptica sobre el acuerdo anunciado ayer por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro de retomar las relaciones diplomáticas.

"Esto va a afianzar al régimen cubano. Estoy convencida de que las dictaduras no tienen arreglo, no son reformables. Los señores Castro no van a cambiar su estrategia. A pesar de que el marketing internacional lo presente como una revolución, es un dictadura", aseguró en los estudios de InfobaeTV.

"Obama no está bien informado de la realidad cubana. Sobre la base de su desinformación y de la coyuntura política de su país, emprende un discurso populista. También sé que hay fuertes presiones del poder económico de los EEUU para invertir en Cuba. Se están repartiendo en pedacitos a Cuba. No les interesa en lo más mínimo lo que le pasa al pueblo de Cuba", sostuvo.

Molina contó que estaba en su casa cuando escuchó la noticia de la liberación de Alan Gross y de los tres espías cubanos, que luego derivó en los respectivos anuncios de Estados Unidos y Cuba. "Esa alegría que se ha desatado en el mundo, esa euforia, no la sentí", afirmó.

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No obstante, apoyó que Estados Unidos levante el bloqueo a Cuba porque "es una forma de violencia económica". "A mí me alegra que cesen los conflictos. Pero no estoy acostumbrada a tantos problemas, ni a que nos peleemos; al pueblo cubano no le gusta pelear. Las peleas empezaron con los Castro, cuando nos enfrentaron con medio mundo y entre los mismos cubanos", explicó.

"Fidel Castro es un psicópata" La disidente cuestionó, además, que el acuerdo entre ambos países se haya realizado en secreto, sin la participación del exilio o del pueblo cubano, que "no conoce la libertad". "Faltó un protagonista muy importante de esta larga historia", indicó. Para la médica, no hay duda de que las negociaciones comenzaron con el aval de Fidel Castro, más que por iniciativa de su hermano Raúl: "Él no da un paso sin consultarle".

Molina acompañó al líder de la revolución cubana por más de 30 años, hasta que en 1994 decidió pasarse a la oposición. Durante ese tiempo que compartieron juntos, Molina, a quien permitieron abandonar la isla recién en 2009, señala que fue trazando un perfil psicológico de Fidel: "Es un psicópata. Es incapaz de cualquier tipo de sentimientos. Diseña su estrategia con precisión maquiavélica".