El cardenal de Panamá, José Luis Lacunza, pidió al Gobierno local que otorgue un estatus migratorio a los cubanos varados en la provincia de Chiriquí, para que puedan trabajar, informa el diario La Prensa.

El Gobierno "debe hacer un esfuerzo. Los cubanos no pueden ir para adelante ni para atrás", afirmó.

Asimismo, sostuvo que las autoridades tienen "que ser comprensivas y tolerantes con los migrantes".

"Una cosa es lo que Panamá puede decir a los cubanos y otra es lo que el Gobierno de Cuba haga o deje de hacer. Una vez hayan llegado a la Isla, lo cual genera duda sobre los migrantes que están en el albergue de Los Planes en el distrito de Gualaca en la provincia de Chiriquí", afirmó en declaraciones al medio Día a Día.

Los cubanos "están encerrados sin hacer nada y se han convertido en parásitos, porque ninguna persona se siente contenta mirando al cielo", afirmó el prelado.

"Debe existir una ayuda que les permita desenvolverse en este país", apuntó.

Centenares de cubanos se quedaron varados en territorio panameño en enero, tras el fin de la política "pies secos/ pies mojados" que permitía la entrada a EEUU.

En lo que va de año, algunos de estos migrantes o han continuado camino a EEUU (a pesar de la negativa) o han sido deportados por el Gobierno o han regresado a la Isla por su propia voluntad. El último grupo de cubanos, alrededor de un centenar, es el que permanece en Chiquirí.

Estos migrantes estuvieron esperando por la posibilidad de emigrar o conseguir una residencia en un tercer país, pero las autoridades panameñas señalaron que esto era imposible porque ningún otro país les dio garantía de acogerlos.

Panamá, además, negó la opción de legalizar a los cubanos, según explicó, "porque la entrada de los migrantes de forma indocumentada imposibilita cualquier tipo de trámites para su regularización".

A principios de julio, el Gobierno hizo su última oferta a los migrantes que incluye regresar con 1.650 dólares y la posibilidad de solicitar un visado en la embajada panameña en La Habana. En aquel entonces, algunos se mostraron resignados y otros desesperados.

Sobre la decisión que tienen que tomar los cubanos, dijo el representante de Cáritas que "aún no han decidido si aceptarán o no".

Los migrantes tienen oportunidad hasta el 31 de julio para responder a las autoridades. De no aceptar la oferta, tendrán 48 horas para abandonar por su cuenta el territorio panameño.

DIARIO DE CUBA