El presidente de Irán, Hasan Rohani, no cierra la puerta a negociar con EEUU, pero le exige gestos que generen confianza.

Este es el mensaje que se extrae de la entrevista televisada con el también apodado 'jeque diplomático', emitida justo en el día de entrada en vigor del primer paquete de las sanciones nucleares que Donald Trump decidió reimponer el pasado mayo, tras retirarse del pacto atómico.

La semana pasada, Trump ofreció a su homólogo un diálogo "sin prerequisitos", una oferta que ha reiterado este lunes, a la par que ha amenazado con "consecuencias severas" a las empresas internacionales que comercien con la República Islámica. Por televisión, Rohani le ha respondido que "si [Trump] es serio", debería "volver" al marco del acuerdo nuclear.

El jefe del ejecutivo iraní ha reprochado al presidente de EEUU que "las negociaciones exigen compromiso, y que aquel que dice estar listo para dialogar debe demostrar antes que es alguien de palabra". En su opinión, ha dicho Rohani, Trump está librando una "guerra psicológica" con su oferta, con el objetivo de dividir a Irán.

"Negociar mientras una de las partes está imponiendo sanciones no tiene sentido", ha criticado también Rohani, quien aparte ha agradecido a la UE -que este lunes ha lamentado "profundamente" la reimposición de sanciones a las transacciones con divisa y oro, y al sector de la automoción- su apoyo político al pacto nuclear. Sin embargo, ha sugerido la necesidad de más pasos prácticos.

Rohani ha aprovechado la misma entrevista, tras un fin de semana de protestas en al menos cinco ciudades de provincia, para llamar a la calma y anunciar nuevas medidas económicas. Ha prometido una intromisión mínima en el mercado secundario de divisas -en Irán hay un cambio oficial subsidiado y otro para la calle-, medida que llega tras el arresto del vicegobernador del Banco Central.

El presidente de Irán ha apuntado a "presiones" internas y externas como motivo de la brusca caída del rial -que ha perdido cerca del 80% de su valor en el último año- acrecentada en los últimos días. En el exterior ha señalado a Trump; dentro de casa, a problemas de acceso al dólar y disfunciones bancarias. El resultado ha sido un creciente descontento popular, soliviantado por carestías y denuncias de corrupción.

El discurso de Rohani, que ha mantenido un tono conciliador, ha llegado entre rumores crecientes de que Irán y EEUU se preparan para sentarse sobre la mesa. Una de las pruebas, según quienes lo mencionan, es el reciente trajín de diplomáticos omaníes, mediadores tradicionales. Con todo, un apretón público entre Rohani y Trump, como el visto en el paralelo 38 con el líder norcoreano, todavía parece lejos.

El escollo central ya no es sólo el resentimiento entre los políticos iraníes, que consideran a Trump un político "inexperto" y "deshonesto" que no ha cumplido jamás con su parte del acuerdo nuclear. El asesor en Seguridad de Trump, John Bolton, sentenció este lunes que Irán debe "renunciar a sus misiles balísticos", una condición que Teherán considera "inaceptable" por integrar su "estrategia defensiva".

EL MUNDO; ESPANHA