El "gobierno" cubano abraza un informe de la CIA hecho público la pasada semana y pide a la Administración de Joe Biden que restablezca el normal funcionamiento de la embajada de Estados Unidos en La Habana, así como las relaciones diplomáticas. El proceso de normalización, hecho público en 2014, se interrumpió durante el mandato de Donald Trump con el incidente de los diplomáticos afectados por síntomas neurológicos que se denominó "síndrome de La Habana".

El informe, que se hizo público la pasada semana, determinaba que de los 1.000 casos aproximadamente reportados de afectados por el síndrome de La Habana, solo dos docenas se seguían investigando por no haberse encontrado explicación a las dolencias referidas, mientras los restantes estaban descartados al hallarse causa, en la mayoría de los casos, atribuibles al estrés y afecciones ambientales.

Sin embargo, también se decía que la mayoría de los casos que aún permanecen sin explicación procedían de las embajadas de La Habana y Viena, además de algunos otros de diferentes destinos. Hay diplomáticos afectados por el síndrome de La Habana no solo en la Isla sino también en sedes en Rusia, China, Austria, India, Vietnam y Alemania, entre otras.

Carlos Fernández de Cossío Domínguez, viceministro del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, dijo a la cadena estadounidense CNN que el informe debería proporcionar evidencias suficientes para que el Gobierno de EE UU retome la normalización

"El paso lógico del Gobierno de Estados Unidos con esta evidencia, con lo que ahora saben, sería dejar de lado la excusa que se usó en su momento sobre los ataques y normalizar el funcionamiento y la operación de su embajada en La Habana y también de nuestra embajada en Washington", dijo el alto funcionario cubano.

El informe de la CIA es preliminar y el propio director de la agencia puntualizó que la investigación sigue adelante. William J. Burns pidió respeto para los trabajadores de la agencia, que trabajan con "rigor y buen oficio" y también hacia los afectados, cuyos síntomas, insistió, son reales.

"Si bien hemos llegado a algunos hallazgos provisionales significativos, aún no hemos terminado. Continuaremos con la misión de investigar estos incidentes y brindar una atención de primer nivel a quienes la necesiten", dijo.

La CIA representa el epítome de lo peor del enemigo estadounidense para el régimen cubano, pero en esta ocasión no han dudado en agarrarse su más reciente informe para desvincularse de un asunto que aún no ha sido aclarado

La CIA representa el epítome de lo peor del enemigo estadounidense para el régimen cubano, pero en esta ocasión no han dudado en agarrarse su más reciente informe para desvincularse de un asunto que aún no ha sido aclarado.

El síndrome de La Habana, de cuyos primeros casos se tuvo noticia en 2016, se ha atribuido a distintas causas, entre ellas a microondas o armas dirigidas que serían emitidas por un país enemigo. EE UU ha apuntado a Rusia en varias ocasiones, ya que uno de sus agentes, que estuvo en la Unión Soviética, asegura haber visto herramientas similares capaces de producir efectos como los reportados por los diplomáticos.

Sin embargo, en casi cinco años de investigaciones, nunca se ha podido demostrar la implicación de ningún país o identificar la posible fuente capaz de provocar esos daños, e incluso muchos de los casos están descartados por considerarse psicosomáticos.

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