Los apagones por escasez de combustible en Cuba, que se suman a las frecuentes averías en las termoeléctricas de la Isla, se extenderán en los próximos días debido a que el país no recibirá los cargamentos de petróleo necesarios, anunciaron las autoridades del Gobierno.

Ello afectará además el transporte de pasajeros y la actividad económica, así como el reparto de agua en pipas, del que dependen muchas comunidades en la Isla para abastecerse, entre otras actividades vitales, dijeron el viceprimer ministro y ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, y Vicente de la O Levy, ministro de Energía y Minas, al comparecer en el espacio televisivo de la Mesa redonda.

"Va a haber afectación en la población", reconoció Gil Fernández, quien evitó hacer precisiones o mencionar cifras del impacto real, y se detuvo en generalidades, al argumentar que ya se tomaron medidas de ahorro de combustible en las provincias, asignándoles cuotas de consumo a las que deben ajustarse.

Según ambos funcionarios, la situación más crítica es con el diésel. Pero el titular de Economía aseguró que en las decisiones tomadas por el Gobierno es prioridad "proteger a la población".

"Impactos hay", comentó Gil. "Hay un grupo de actividades que no son tan urgentes que quizás podemos aplazar para más adelante", dijo, sin precisar a cuáles se refería. No obstante, la Mesa redonda cerró con imágenes del congreso de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que reúne esta semana a cientos de delegados de toda la Isla en La Habana.

Gil Fernández mencionó que las empresas van a potenciar el teletrabajo para sus empleados, así como el control sobre el uso de los equipos de aire acondicionado. "Va a haber una disminución de algunas actividades, porque hay que priorizar otras", comentó, otra vez sin aclarar cuáles serán las afectadas y las priorizadas.

"No podremos mantener los mismos niveles" de transporte, dijo, sin detallar a cuánto llegará la reducción de un servicio ya deficitario, aunque mencionó que ello afectará al transporte local de pasajeros, el interprovincial, el de los trabajadores, el ferry a la Isla de la Juventud, pero "protegerá" el servicio de ambulancias, los necrológicos y el traslado de turistas, así como de mercancías.

En cuanto al uso del diésel existente, indicó que "estamos protegiendo lo más posible la agricultura", en referencia a que habría habido una buena siembra de las cosechas del invierno o campaña de frío, "que no podemos perder".

Pese al panorama, Gil dijo que "no habrá un gran colapso ni una paralización total".

Eso sí, terció que esta "tensa situación" afectará a las empresas estatales como también a las no estatales, en referencia a las cientos de MIPYMES que operan en el país.

De la O Levy fue más específico en su intervención y admitió que la situación actual se debe al déficit de generación de electricidad por escasez de combustible. Según dijo, de las 120.000-130.000 toneladas de diésel mensuales que necesita el país, en los próximos días apenas se dedicarán 1.000 toneladas de diésel para la producción de electricidad.

"Estamos en una situación muy apretada en estos días, que se va a ir recuperando", aseguró. Dijo que ello se debe a que "tenemos suministradores y países que no han podido cumplir y que han incumplido contratos. Hemos tenido que salir a comprar casi el combustible del día", mencionó, echando mano a similares argumentos a los usados por Miguel Díaz-Canel en abril pasado, cuando se produjo una aguda escasez de gasolina y diésel que provocó interminables colas en los servicentros.

El ministro comentó que en una circunstancia ideal, con la Termoeléctrica Antonio Guiteras, de Matanzas, funcionando; la planta de Energás (que ahora está en mantenimiento, y entraría en servicio el 3 de octubre); la producción nacional de crudo (en la refinería Ñico López de La Habana se están refinando 1.200 toneladas diarias), "más una cantidad de crudo que acabamos de recibir, habrá entre 400-450MW de déficit diario por falta de combustible en la generación distribuida durante los primeros días de octubre".

"Esto va a tener unos niveles de apagones de 700MW como máximo durante el día", dijo, equivalente a alrededor del 20% del consumo nacional. "Va a ser un periodo. En el mes de octubre va a mejorar", aseguró. Pero ello depende de que no ocurra una nueva avería en esas instalaciones y en las demás plantas de generación que entran y salen del sistema con frecuencia.

"Hay negociaciones y hay avances concretos de que vamos a recibir una cantidad de combustible, pero no vamos a tener el combustible que teníamos y mucho menos el que necesitamos. El principal problema es con el diésel y con el fuel oil", aclaró.

De la O Levy comentó, sin ofrecer otros detalles, que en el caso del fuel oil "está llegando al país con mala calidad, por lo que hay que mezclarlo y complica la distribución".

Como es habitual por parte del Gobierno, el ministro volvió a responsabilizar a los cubanos de que la situación no se agrave: "Depende de todos nosotros, porque el 70% del consumo está en la población. No vamos a llegar al cero apagón, ni Cuba va a estar apagada", dijo, pero pidió ahorrar en las viviendas apagando luces y encendiendo tarde en la noche los aires acondicionados.

También volvió a señalar al "bloqueo" entre las causas de esta situación. "Podemos cometer errores, podemos haber cometido ineficiencias, pero todo ello es menor frente al peso del bloqueo", aseguró.

Mencionó además que "se va avanzando en las energías renovables", y volvió a anunciar que el Gobierno tiene un plan para que la Isla logre ser independiente de los combustibles fósiles. Pero el Gobierno lleva más de una década hablando de ello sin que se noten los resultados.

Antes de finalizar el programa televisivo, Gil Fernández hizo un sospechoso aparte dedicado a la libreta de racionamiento, cuyas entregas merman cada vez más y son incumplidas por las autoridades.

Precisó que esas magras cantidades de productos mensuales que vende el Gobierno, apenas suficientes para comer menos de una semana, pero de las que aun así dependen las familias más pobres y muchos ancianos, cuestan a La Habana 1.800 millones de dólares anuales en importaciones. Esto, sin mencionar que las autoridades dejaron de subsidiar en 2021 la mayoría de esos productos, cuyos precios hoy muchos cubanos apenas pueden pagar.

Según el ministro, en octubre "hay presión" para cumplir con las entregas de leche de los niños de cero a seis años, así como con el pan (770 toneladas diarias para todo el país). Garantizadas están las libras de arroz del décimo mes del año, pero no todas serán entregadas en la primer semana, "a la espera de barcos que deben llegar", comentó.

Sobre el café, producto que se está importando en su totalidad y hace meses la mayoría de los cubanos no reciben, anticipó que "estamos pensando en entregar alguno en octubre", aunque se espera que con la cosecha nacional de ese producto a partir de noviembre haya mayor oferta.

Antes de terminar, deslizó una advertencia: "No podemos asumir el compromiso permanentemente de distribuir por la canasta básica lo que importamos. (...) No tenemos toda la divisa ni la capacidad para importar, con los precios de hoy, todo lo que se da por la canasta básica", comentó, y llamó a que por ello los territorios deben depender de la producción nacional. O sea, de casi nada.

De ello culpó a la inflación internacional y al embargo, pese a las compras millonarias mensuales de La Habana en EEUU. Y reconoció que el país tiene hoy 3.000 millones menos de ingresos. Pero no explicó cómo, a pesar de ello, según las propias cifras oficiales el Gobierno invierte miles de millones en construir hoteles e instalaciones turísticas cada año.

DIARIO DE CUBA