La autoridad electoral definió como ilegal al congreso del MAS reunido por Evo Morales en el Chapare en octubre y eso ha provocado la furia del cocalero y sus seguidores, que señalan al gobierno de Luis Arce de ser el responsable.

“Están tocando las puertas del infierno para incendiar el país”, dijo el diputado Daniel Rojas en nombre del cocalero Morales, aunque las primeras protestas callejeras han sido muy pequeñas en La Paz y Cochabamba.

“Este es el verdadero tamaño del MAS”, dijo el opositor José Carlos Sánchez después de observar que sólo unas treinta personas protestó en las puertas del Tribunal Electoral después de que Morales anunciara el incendio de Bolivia.

De todos modos, la policía ha informado que tiene todo preparado para controlar la situación si es que surgieran protestas más numerosas y violentas, como las que Morales quisiera provocar.

El Tribunal Electoral usó el estilo chavista para negar validez al congreso del Chapare: el congreso no tiene validez porque quien lo convocó (Evo Morales) no cuenta con un documento que certifique una antigüedad de diez años en el partido.

Por lo tanto, el congreso debe ser realizado nuevamente y no tiene validez la designación de Evo Morales como jefe del partido y menos como “candidato único” del MAS para las elecciones de 2025.

Ante las protestas del cocalero, la autoridad electoral hizo una pequeña enmienda: Morales sigue siendo jefe del MAS porque así fue designado en el congreso de 2017, pero su condición de candidato no tiene validez.

De inmediato, Luis Arce anunció que convocará a un congreso verdadero del MAS para elegir, esta vez sí, al jefe del partido y al candidato para 2025.

Morales respondió diciendo que el gobierno orquestó la resolución de la autoridad electoral con el propósito de provocar protestas y desorden que impidan ver el grado de corrupción de la familia Arce.

Acerca de la poca cantidad de personas que acudieron a las protestas convocadas por Morales, muy pequeñas para ser definidas como un infierno, José Carlos Sánchez dice que eso confirma las cifras de las encuestas, que dan al MAS un apoyo menor de 20%.

Pero no son esas cifras las que muestran la crisis del MAS, sino los problemas económicos que ha generado desde 2006, según Antonio Saravia, jefe del partido Liberal, y el economista Jaime Dunn, de la misma tendencia.

En este momento, la “Bolivia saudí” de que se hablaba hace veinte años no tiene dinero suficiente para importar los combustibles que ha dejado de producir por culpa del MAS, que ahuyentó las inversiones petroleras, dice Carlos Chalup, economista de Santa Cruz.

En efecto, la empresa estatal del petróleo, YPFB, admitió ahora que falta diésel oil y gasolina en el mercado porque el país no cuenta con los dólares necesarios para pagar las importaciones y responsabiliza de ello al ministerio de Economía y al Banco Central.

Las exportaciones de enero a agosto sumaron 7.422 millones de dólares, un monto inferior en 24% al de igual lapso del año pasado, una tendencia que se irá acentuando. Y siguen cayendo los volúmenes de exportación de gas natural.

La escasez de diesel oil ha paralizado el transporte pesado y ha frenado las actividades agrícolas en Santa Cruz, donde se produce 76% de los alimentos que consume Bolivia y 36% de las exportaciones de origen agrícola.

Todo esto en medio de versiones nacidas en las esferas del gobierno de que existe la intención de adelantar las elecciones que deben realizarse a fines de 2025, para que se hagan a principios de 2024.

La idea sería dejar a Morales sin la posibilidad de ser candidato, ahora que el congreso donde fue proclamado como “candidato único” ha sido declarado ilegal.

Pero desde las filas de Morales se dice que las elecciones se adelantarían para cortar el gobierno de Arce, que tropieza con graves problemas económicos.

Adelantadas o no las elecciones, la autoridad electoral deberá definir si revisa el padrón electoral que contiene, según la oposición, todas las trampas del masismo.

INFOBAE