En su segundo día, la huelga general se fortalece con el cierre de gran parte de las escuelas y universidades públicas y una paralización casi total del transporte urbano. El presidente Evo Morales, por su parte, insiste en no ser parte de las negociaciones

Pese a la gravedad de la situación, el Gobierno de Evo Morales seguía sin dar respuesta ante la protesta, que hasta el momento no afecta a las actividades productivas más importantes como la exportación de gas natural, la minería y las escasas industrias del país. Sin embargo, prevén que de no solucionarse la situación, estos sectores comenzarán a verse afectados

La huelga, segunda de carácter general e indefinido en poco más de cinco años de Gobierno, fue declarada en demanda de un aumento salarial mayor al 10% decretado el mes pasado, medida insuficiente de la que los sindicatos responsabilizaron a los ministros de Economía, de Trabajo y de Salud.

"La huelga va creciendo, igual que las marchas, porque el Gobierno no quiere una solución, el Presidente nos sigue dejando en manos de esos tres ministros insensibles cuya renuncia ahora exigimos", dijo a reporteros el líder de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes.

Además de los maestros, anunció que otros sectores como los trabajadores de la salud, funcionarios municipales y obreros de minas estatales afirmaron que se sumarán "en las próximas horas" a la huelga que en su primer día tuvo impacto laboral.

La COB pidió el jueves mediante carta un diálogo directo con Morales, aunque desde el Ejecutivo, dijeron que el conflicto seguiría siendo atendido por los ministros. "Como Gobierno queremos dialogar pero ellos condicionan el diálogo a la presencia del Presidente cuando son los ministros los que tienen esa responsabilidad", afirmó el portavoz oficial.