Soldados leales al régimen de Bashar Al Assad en Damasco buscan acabar con las revueltas que piden el fin de la dictadura. Como sucediera hace tres décadas, la ciudad de Hama soporta una brutal represión

Tanques y soldados sirios que participan en una ofensiva nacional para acabar con la revuelta popular hacia el régimen rodearon la ciudad de Hama, conocida por otro levantamiento popular, aplastado en 1982 de manera sangrienta por el padre del actual mandatario, Bashar Al Assad.

Tras heredar el poder en 2000, enfrenta una revuelta mucho más extendida, que estalló hace casi dos meses y que plantea la amenaza más grave a la dinastía de su familia, en el gobierno desde hace 40 años.

La violencia se está intensificando mientras las fuerzas de seguridad se trasladan a las zonas más volátiles. El gobierno de los Estados Unidos ha calificado la represión de "brutal".

El activista de derechos humanos Mustafa Osso dijo que tropas respaldadas con tanques fueron desplegadas alrededor del centro de Hama y que estaban deteniendo a opositores.

Activistas sirios agregaron que el miércoles por la noche las fuerzas de seguridad utilizaron porras para dispersar a unos 2.000 manifestantes en los terrenos de la universidad de Aleppo, en el norte de Siria.

En otro hecho que pareció evocar el levantamiento de 1982, el Ejército sirio bombardeó el miércoles zonas residenciales del centro y sur del país, matando a 19 personas, también según fuentes de DDHH.

Durante el bombardeo de Hama en 1982, las fuerzas leales a Hafez Assad aplastaron una insurrección suní en la que mataron entre 10 mil y 25 mil personas. Amnistía Internacional maneja ese amplio rango de cifras, ante l ausencia de cifras oficiales.

La operación militar alrededor de Hama y la intensificación de las redadas demuestran el esfuerzo del régimen por disuadir a sus opositores, que se preparan para otro día de protestas el viernes en todo el país.

Más de 750 personas han muerto y miles más han sido detenidas desde mediados de marzo, cuando empezó el levantamiento contra la autocracia impuesta por Al Assad.

La chispa que encendió la revuelta fue la detención de varios adolescentes, inspirados en lo sucedido con Egipto y Túnez. Los adolescentes habían garabateado graffittis contra el régimen en una pared.

El periódico independiente sirio Al-Watan informó que Assad se reunió durante cuatro horas con una delegación de clérigos suníes de Hama. Dijo que éstos le pidieron que resolviera algunos problemas pendientes desde 1982, como los casos de varias personas obligadas a vivir en el exilio desde entonces.